La isla de Tabarca, la escapada ideal para despedir el verano en Alicante
A 22 km de la costa de Alicante se encuentra este pequeño archipiélago, antiguo refugio de piratas, que además de su hermosa playa cuenta con una rica tradición gastronómica de pescados y arroces

Un rincón del Mediterráneo para escaparse. Foto Turismo de Alicante
Vista desde el aire parecen dos formaciones insulares unidas por un delgado istmo. Pero es una sola, y es la única isla habitada en toda la costa de la Comunidad Valenciana. Esta es Tabarca.
En realidad Tabarca es un pequeño archipiélago, al estar rodeada de otras islas menores como La Cantera, La Galera y la Nao.
Se encuentra cerca del cabo de Santa Pola, a unos ocho kilómetros de su puerto y 22 kilómetros de Alicante.
La parte más pequeña concentra al pueblo de casas encaladas y detalles de color, mientras que en la formación mayor solo se encuentra el faro en el centro, una torre de vigía, un pequeño cementerio en uno de los extremos y nada más que arbustos.
Con una población permanente de 55 habitantes, en verano llega a recibir 4.000 turistas diarios
En veranos es una de las mecas turísticas más apreciadas de la costa alicantina, porque permite escapar del fragor de la ciudad a una de las playas más bonitas del Mediterráneo, donde su pequeño pueblo cuenta con una sorprendente cantidad de restaurantes y chiringuitos para probar toda clase de platos marineros.
La fortaleza de Tabarca
El nombre de la isla y su villa proviene de la ciudad tunecina de Tabarka, cuyos habitantes genoveses se asentaron como refugiados bajo la protección de Carlos III en 1770.
El monarca ordenó construir unas sólidas murallas que todavía están en pie, y que servían para tener a raya a los piratas berberiscos que asolaban estas costas.
La fascinante playa de Tabarca
Desde los puertos de Alicante, Santa Pola y Benidorm parten las excursiones a esta isla alicantina.
En su playa, galardonada con la bandera azul, las aguas transparentes la hacen ideal para el snorkel. La diversidad de su flora y fauna submarina la ha llevado a ser nombrada como Reserva Marina del Mediterráneo.
En kayak o en motos acuáticas también se pueden hacer paseos hasta los islotes más cercanos.
La cocina de Tabarca
Tras haber disfrutado del mar, y cuando el sol está más fuerte que nunca, hay que probar la recomendada cocina de la isla, sobre todo el caldero tabarquino, un arroz elaborado con caldo de pescado proveniente de la bahía de Santa Pola.
El pueblo está preparado para recibir al turismo: de manera permanente solo viven 55 personas, pero en plena temporada pueden llegar unos 4.000 turistas al día.
Paseo por la historia en Tabarca
Antes de volver a la playa se recomienda dar una vuelta por el centro minúsculo y descubrir algunos de sus vestigios históricos como las murallas con las puertas de San Rafael, San Miguel y San Gabriel; la iglesia de San Pedro y San Pablo; la Casa del Gobernador, la torre San José de vigía y el faro que custodia las costas.
Las murallas recuerdan el pasado de una isla que se convirtió en una base militar para repeler los piratas berberiscos
En su museo se puede conocer la historia de Tabarca desde que era refugio de piratas, su asentamiento permanente y su vida marinera.
Debido a reformas actualmente solo se puede ver la sala de audiovisual, donde se pueden ver fotografías y un documental sobre la relación de sus habitantes con el Mediterráneo.
Cuando reabra sus puertas también se volverá a mostrar el valor que tiene Tabarca como ecosistema y la riqueza ambiental de sus aguas.
Este museo funciona en el edificio del almacén de la Almadraba, que solía ser usado en la pesca del atún.