Viaje por los caprichos de la naturaleza de la Costa del Sol
La Costa del Sol, en Málaga, es mucho más que playas: las sierras de su interior atesoran maravillas como cuevas, vertiginosos puentes colgantes, bosques que parecen de cobre y surrealistas paisajes rocosos

La extraña belleza del Torcal de Antequera. Foto Foto Turismo de Costa del Sol
Presentarla como Costa del Sol es quedarse a mitad de camino, porque además de la franja costera de nueve municipios de la provincia de Málaga también están los paisajes y pueblos del interior; región de valles y sierras que atesoran impactantes maravillas al aire libre para descubrir.
La naturaleza ha sido generosa con estas tierras, donde ha dejado desfiladeros que quitan la respiración, lagos que son importantes reservas de vida silvestre, cuevas que parecen pasajes a lo desconocido y formaciones rocosas de figuras caprichosas.
A través de la Gran Senda
Son paisajes que se pueden descubrir andando a través de la Gran Senda, un itinerario de 850 km divididos en 35 etapas.
Aquellos senderistas de largo aliento que se han animado a transitarla han descubierto que a lo largo de las nueve comarcas se despliegan paisajes de grandes contrastes, con picos escarpados, frondosos bosques y cursos de agua.
Durante generaciones las paredes rocosas ha sido obstáculos para la movilidad, pero los residentes de la provincia de Málaga han sabido buscar soluciones.
El Caminito del Rey
Sino que lo diga el audaz trayecto del Caminito del Rey, una ruta que transcurre por pasarelas colgantes que están sujetas al acantilado pétreo.
Quien haya cruzado el Desfiladero de los Gaitanes, con el vacío a 300 metros bajo los pies, sabrá lo que es mirar cara a cara al vértigo.
Quien haya cruzado el Desfiladero de los Gaitanes, con el vacío a 300 metros bajo los pies, sabrá lo que es mirar cara a cara al vértigo
Este camino se construyó a principios del s.XX para movilizar a los trabajadores de la central eléctrica de El Chorro, y se convirtió en uno de los reclamos turísticos más importantes de la Costa del Sol.
Cueva de Nerja
En el Parque Natural Desfiladero de los Gaitanes se pueden encontrar más de 20 cuevas de gran valor geológico y arqueológico, en las que se han hallado ejemplos de arte rupestre del Paleolítico superior.
Pero uno de los yacimientos más fascinantes de ese tipo de arte prehistórico es el que se encuentra en las Cuevas de Nerja, en la pedanía de Maro.
Descubiertas por casualidad en 1959, se divide en tres galerías, de las que solo una es accesible al público.
En estas formaciones subterráneas se han encontrado casi 600 muestras de arte rupestre, que impactan tanto como el extraño paisaje interior de estalacticas y estalagmitas.
Las Cuevas del Tesoro
No menos impactantes son las Cuevas del Tesoro, a 10 kilómetros de la ciudad de Málaga. Es la única cueva de origen marino del Europa, y solo hay otras dos del mismo tipo en el mundo.
Las Cuevas del Tesoro son las únicas de Europa que han sido creadas por la acción del mar
Hay que contemplar con calma la belleza de las aguas que se reflejan en las paredes, de estructuras curvas como si hubieran sido moldeadas por manos gigantes.
El nombre remite a la leyenda de que un gobernante almorávide habría guardado un tesoro en el interior, pero al llegar mucha gente se da cuenta que hay otra riqueza en su laberinto rocoso.
El Torcal de Antequera
La naturaleza parece tener vocación de artista en el interior de la Costa del Sol, como se puede ver en el Torcal de Antequera, que es el paisaje kárstico más fascinante de Europa.
El paisaje kárstico del Torcal de Antequera es como una ciudad de rocas que se extiende por 20 kilómetros cuadrados
Es como una ciudad de piedra que se extiende por 20 kilómetros cuadrados, creado cuando esta región estaba cubierta por las aguas del Mediterráneo hace millones de años, con la sedimentación que se fue generando tras el choque de las placas tectónicas.
El lugar es hogar de 116 vertebrados, entre anfibios, reptiles, pequeños mamíferos y aves, además de casi 650 especies de plantas.
Los Dólmenes de Antequera
En el seno de este Paraje Natural se encuentran los curiosos Dólmenes de Antequera, construidos hace 6.000 años, durante el período Neolítico y la Edad de Bronce.
Entre las rocas esculpidas por manos anónimas y levantadas con esfuerzo sobrehumano destacan la de los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral.
Y otro rincón curioso es el Tornillo de Torcal, un monumento natural que parece una pila de gigantescas rocas apiladas en un preocupante equilibrio; aunque es un sólido ejemplo de paisaje kárstico de Antequera.
El Bosque de Cobre
Ahora habrá que esperar unos meses, pero para cuando llegue el otoño la Serranía de Ronda ofrece uno de los espectáculos visuales más hermosos: el Bosque de Cobre, que son el teñido de las hojas de los castaños en colores marrón, amarillo, naranja y ocre; que entre las formaciones de los árboles y las que caen al suelo conforman un tapiz cromático de gran belleza.
En otoño el Valle del Genal se tiñe de marrón, amarillo, naranja y ocre. Por eso se le llama el Bosque de Cobre
Este regalo otoñal se concentra en el Valle del Genal, marcado por un relieve de sierras agrestes y pendientes pronunciadas.
Y para aprovechar recordar el paso por estas tierras, ya sea a pie, en bici o en coche, hay que detenerse en los pueblos de la región como Alpandeire, Benadalid, Benalauría, Cartajima, Faraján, Genalguacil o Igualeja y probar las castañas y sus derivados. No se arrepentirán.