Relax cinco estrellas en el oasis mediterráneo de Sitges
El Hotel Dolce de Sitges se convierte en un destino en sí mismo, con un despliegue de propuestas de desconexión y gastronomía en un entorno de lujo rodeado de naturaleza

A media hora al sur de Barcelona, Sitges mantiene su espíritu de pueblo de pescadores con una sofisticada oferta de cultura y gastronomía.
En sus calles de cuestas pronunciadas, su paseo marítimo y sus construcciones encaladas conviven el modernismo más elegante con las discotecas más audaces, los restaurantes que presumen de sofisticación con un respeto a rajatabla por la tolerancia y un alma festiva que brilla en eventos como los carnavales o las celebraciones del Corpus.
El hotel más exclusivo de Sitges
En la falda de una colina a pocos minutos del centro de La blanca subur, las formas circulares y blancas del Dolce by Wyndham Sitges Barcelona se perciben a la distancia.
Este es el único hotel de cinco estrella de esta ciudad, y su variada gama de servicios lo convierten en un destino en sí mismo.
El hotel reabrió sus puertas el pasado 7 de mayo, y ya están trabajando a toda máquina, con lleno casi total los fines de semana, apunta a Tendenciashoy Ruth Tobío, responsable de marketing y comunicación del establecimiento.
“El concepto del hotel Dolce de Sitges es el de un oasis mediterráneo de lujo”
Ruth Tobío, responsable de marketing y comunicación
“El concepto es el de un oasis mediterráneo de lujo”, describe, donde la búsqueda de la desconexión se da en varios ámbitos: en la naturaleza del macizo del Garraf que rodea al hotel, en su circuito de spa, piscinas, gimnasio y jardines; en las diferentes propuestas culinarias de sus bares y restaurantes, y hasta en las vistas hacia la ciudad arrinconada entre las sierras y el mar.
Colores del mar y la montaña
En la renovación emprendida desde 2019 el hotel Dolce ha dado nuevos aires a sus 263 habitaciones, que van desde los 28 m2 hasta los 100 m2 que despliega la impactante Suite Mediterrani.
En todas ellas, como en los salones, la decoración se presenta en tonos naturales que evocan la conjunción de mar y montaña, con un predominio de colores como el celeste o el marrón claro.
“La idea es conectar el interior del Hotel Dolce con el exterior de Sitges”, describe Tobío, en concepto de diseño dirigido por el estudio Rose Ink Workshop de Miami, donde no hay música sonando en las salas ni en los pasillos para que los huéspedes puedan escuchar los sonidos del viento y, con un poco de imaginación, el del mar.
Las opciones gastronómicas
El hotel Dolce presenta seis opciones gastronómicas. Los restaurantes, dirigidos por el chef Jaume Balada, oscilan entre las propuestas más sofisticadas de La Punta (recomendado para ver el atardecer entre las sierras de Garraf), los brunchs y desayunos del Verema (donde se despliega el jardín y el magnético balcón sobre el Mediterráneo) y el DDB Dolce Deli Bar, más pequeño y con una cocina informal de ensaladas y platos livianos.
El Bar Malvasía, con sus juegos de espejos que reflejan el exterior, sirve cócteles por la tarde y noche, en tanto que el Oasis Pool Bar ofrece preparaciones entre las piscinas exteriores.
La filosofía gastronómica se basa en privilegiar los productos de temporada, con preferencia por los ingredientes de kilómetro cero y producido bajo pautas sostenibles.
Así se ve en el desayuno, donde hay una colorida y nutritiva variedad, pero sin llegar a la exageración que puede derivar en el desperdicio de alimentos.
O en el menú de sus restaurantes. Cuando tuvimos la oportunidad de ir a cenar vimos que la carta se limita a siete entrantes y siete principales, para recordar que la calidad se aprecia mejor en su medida justa.
La degustación
Así pudimos degustar un arroz cremoso de espárragos verdes y mascarpone con crema de colmenillas con un tartar grueso de atún con aguacate, espárragos verdes, rúcula y crujiente de alga nori.
La filosofía gastronómica del Dolce se basa en privilegiar los productos de temporada, con preferencia por los ingredientes de kilómetro cero
Pero podrían haber sido el spaguettini al huevo con una carbonara de verdad, guanciale y queso pecorino romano, o el gazpacho de mango con langostinos y tomate marinado.
Entre los principales, nos decantamos por el solomillo de ternera con salsa Café de París, vegetales de temporada y patata Pont neuf y la suave merluza con patata, cebolla, tomate y tosta de aioli de azafrán.
Para la próxima, prometemos probar el jarrete de cordero a baja temperatura con puré rústico de calabaza asada y verduras glaseadas y la colita de rape asada con mini puerro, romesco y aceite de albahaca.
Relax en el spa
La desconexión es completa cuando se deja pasar el tiempo entre las cuatro piscinas exteriores, climatizadas con energía solar; o la interior, integrada al circuito de Dolce Vital Spa.
Es como el oasis dentro del oasis, gracias a sus ocho cabinas de tratamientos y masajes, el jacuzzi, el baño de vapor, el sauna finlandesa que roza los 80 grados y un gimnasio con aparatos de última tecnología.
Para el viajero corporativo
El hotel también cuenta con propuestas para el viajero corporativo, con sus 24 salas de reuniones con luz natural, una sala de coffee break permanente y salas de conferencias de 2.000 metros cuadrados.
Precisamente en estos tiempos de pandemia la cadena Wyndham reformuló sus propuestas y permiten la realización de eventos híbridos, para asistentes presenciales y vía streaming, en donde hay hasta un plató para grabaciones y transmisiones.
Eso se vio en la última edición del proyecto #WeCanChangeTravel de Travel Advisors Guild, jornada que unió a más de 80 participantes presenciales y más de 300 en forma remota.
Paquetes para desconectar
Con la reapertura de la primavera el hotel Dolce lanzó varios paquetes, algunos con una alta demanda, para desconectar y renovarse.
El más solicitado es el Disfrutar, que comprende una noche de alojamiento, desayuno con vistas al mar, cena en La Punta o el Verema y acceso ilimitado al Dolce Vital Spa, desde 112 euros por persona.
El paquete más vendido es el ‘Disfrutar’, que comprende estancia de una noche con desayuno, cena y acceso al circuito de spa
Otra opción es el programa Bio Detox, que también incluye alojamiento con desayuno pero en vez de la cena se propone un masaje relajante de 25 minutos, en donde se usan los productos orgánicos de la línea Scens. Su precio es de 119 euros por persona.
También hay una alternativa para los que tienen poco tiempo para una estancia de fin de semana, que es el Pool Vip Pass, que permite el acceso por un día a todas las piscinas, el jacuzzi y la cascada vertical por 30 euros por persona.
El Dolce permite que uno siga con el móvil con la mano pero solo para subir las experiencias a Instagram, porque la desconexión es tan absoluta que, paradójicamente, se tiene la sensación que el tiempo pasa demasiado rápido.