Llega el primer solomillo de laboratorio

Una start-up israelí produce el primer solomillo artificial que imita las texturas más complejas de la carne de vacuno

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Muchos carnívoros la considerarán una primicia, o incluso un atrevimiento. La carne sintética, creada en laboratorio y suprimiendo del proceso el sometimiento del reino animal, creció como la espuma desde sus primeros avances tangibles en 2013. Ahora hasta el gigante Unilever metió sus narices en este mercado con The Vegetarian Butcher, una de las muchas compañías que venden productos vegetales que huelen y saben a carne de vacuno (o pollo).

Los resultados de las hamburguesas vegetarianas han llevado a la fama a marcas como Impossible Burger o Beyond Meat, que no solo se han introducido en las estanterías de los supermercados sino también en restaurantes que buscan una alternativa para los clientes que por una u otra razón evitan la carne. En Israel, una start-up llamada Aleph Farms trabaja para perfeccionar la carne de laboratorio en un apartado más allá del sabor y el aroma: la textura.

En aras de replicar la integridad de la experiencia de ingenir carne, Aleph Farms patentó una plataforma de ingeniería de tejidos tridimensionales, capaz de crear carne sintética más estructurada y compleja. El sector hasta ahora se ha enfocado en productos de estructuras simples con dos tipos de tejido celular como máximo; por ejemplo, hamburguesas de imitación de carne picada que tienen una estructura poco compleja si se compara con otros cortes.

Pero los laboratorios de esta compañía ya pueden replicar hasta cuatro tipos de células encontradas en cortes convencionales, en cuenta los tejidos vasculares y conectivos. Su creación más reciente es un solomillo sintético con el que pone en práctica su capacidad para emular «la experiencia completa de la carne, con la apariencia, la forma y la textura de los cortes de carne».

Así se ‘cultiva’ el solomillo artificial

En el vídeo de presentación del primer solomillo de laboratorio del que se tiene registro, el fundador y consejero delegado de la start-up, Didier Toubia, entiende que «la carne es un tejido complejo» de imitar. «Estos primeros cortes basados en células demuestran nuestra capacidad de lograr nuestra versión de la carne cultivada».

«Este avance incluye varios tipos de células que se encuentran en los cortes de carne convencionales que crecen juntos fuera del animal para formar una estructura 3D similar a la de la carne de vacuno, pero que utilizan métodos más sostenibles, seguros y éticos», agregó Toubia, que fundó Aleph Farms en 2017 junto al doctor Shulamit Levenberg. La compañía cuenta con el respaldo de la incubadora de tecnología de alimentos The Kitchen.

Este solomillo artificial no llegará pronto a los supermercados, dado que por ahora cada loncha tiene un coste de unos 50 dólares y su producción demora tres semanas. Toubia estima que está a tres o cuatro años de estrenarse como producto de consumo. «Tenemos un poco más de trabajo pendiente para asegurarnos de que el sabor sea 100% similar al de la carne convencional», comentó.

Alessandro Solís Lerici

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