Los empleados que usan la IA a diario son más productivos, mejor pagados y disfrutan de mayor estabilidad laboral
Un estudio global de PwC revela que el uso habitual de la inteligencia artificial generativa multiplica la productividad, eleva los salarios y fortalece la seguridad en el empleo
La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa de futuro: es una herramienta cotidiana que está transformando la forma en la que las personas trabajan, aprenden y progresan en sus carreras. Según el informe Global Workforce Hopes & Fears 2025 de PwC, los empleados que usan la IA a diario se destacan sobre el resto por su mayor productividad, mejores salarios y una mayor seguridad laboral.
El estudio, realizado entre casi 50.000 trabajadores de 48 países, incluida España, revela que el 92% de los usuarios frecuentes de IA asegura haber mejorado su productividad, frente al 58% de los que la usan solo de forma ocasional. Además, más de la mitad (52%) de estos profesionales ha experimentado un aumento salarial, mientras que su percepción de seguridad laboral se eleva al mismo porcentaje.
“La IA no reemplaza el talento humano, lo amplifica”, destacan desde PwC. Los datos respaldan esta afirmación: quienes integran la inteligencia artificial en su jornada diaria no solo trabajan de forma más eficiente, sino que desarrollan nuevas habilidades digitales que los posicionan mejor ante los desafíos del futuro.
Solo una minoría aprovecha todo su potencial
A pesar de los beneficios tangibles, el estudio pone de manifiesto que solo el 14% de los empleados utiliza la IA generativa de forma diaria, aunque la cifra ha crecido ligeramente respecto al año anterior. Más de la mitad de los encuestados, un 54%, afirma haberla usado al menos una vez durante los últimos doce meses.
El grado de adopción también varía por tipo de empleo. Entre los trabajadores de oficina, el 19% emplea la IA con frecuencia, frente a solo un 5% de quienes desempeñan tareas manuales. Asimismo, un reducido 6% utiliza agentes de IA, herramientas avanzadas capaces de tomar decisiones y ejecutar tareas de manera autónoma.
Para los expertos de PwC, esta diferencia refleja una nueva brecha digital dentro del mercado laboral: “Aquellos que dominan la IA están ampliando su ventaja competitiva frente al resto”, aseguran.
La formación: el gran catalizador de la transformación
El informe también advierte que el avance de la inteligencia artificial en el entorno laboral va a dos velocidades, especialmente en lo que respecta a la formación y el acceso a recursos educativos. Solo el 51% de los empleados que no ocupan cargos directivos considera que dispone de oportunidades suficientes para aprender sobre IA, frente al 66% de los mandos intermedios y el 72% de los ejecutivos de alta dirección.
Los usuarios más activos de IA son, precisamente, quienes más formación reciben: tres de cada cuatro (75%) creen contar con los recursos necesarios para desarrollarse profesionalmente, frente al 59% de los empleados con un uso limitado.
Esta diferencia no solo se traduce en habilidades técnicas, sino también en motivación y compromiso. Los trabajadores que confían en que sus competencias seguirán siendo útiles en los próximos años duplican su nivel de motivación frente a quienes temen quedar rezagados. Además, quienes perciben apoyo real de su empresa en su aprendizaje están un 73% más motivados.


El sector tecnológico, líder en capacitación
En el panorama global, el sector tecnológico encabeza la inversión en formación relacionada con la IA. Según el estudio, el 71% de sus profesionales ha adquirido nuevas habilidades en el último año, frente al 56% de la media general.
Esta apuesta por la capacitación no solo mejora la productividad, sino que refuerza la confianza de los empleados en la dirección. De hecho, los trabajadores que confían plenamente en sus líderes muestran un nivel de motivación un 72% superior al resto. Y aquellos que creen en la visión de su alta dirección están un 63% más comprometidos con los objetivos de la empresa.
En un contexto donde la automatización y la digitalización avanzan a gran velocidad, la confianza y el aprendizaje se convierten en pilares clave para sostener la motivación y la retención del talento.
La IA, una oportunidad para reinventar la gestión del talento
Elda Benítez, socia de Capital Humano y Workforce Strategy en PwC, lo resume con claridad: “Adoptar la IA sin una visión clara, sin gobernanza ni infraestructuras sólidas, es como construir sobre arena. Hay que definir una estrategia, asegurar datos de calidad y capacitar a las personas”.
Su mensaje subraya la necesidad de pasar del entusiasmo a la implementación estructurada. No se trata solo de incorporar herramientas de IA, sino de rediseñar los procesos y las competencias humanas que las acompañan.
Las empresas que han comprendido esta realidad ya están transformando sus modelos de negocio y elevando la propuesta de valor para sus empleados. La IA, cuando se utiliza con criterio, permite automatizar tareas repetitivas, liberar tiempo para la creatividad y mejorar la toma de decisiones, generando un impacto directo en la productividad y el bienestar.
El estudio de PwC deja claro que la inteligencia artificial no es una amenaza, sino un acelerador de oportunidades. Los profesionales que la dominan no solo avanzan más rápido, sino que construyen carreras más sólidas, seguras y bien remuneradas.
No obstante, el desafío para las empresas está en democratizar el acceso a la tecnología y la formación, evitando que el progreso genere desigualdades. En este sentido, las organizaciones que inviertan en capacitación inclusiva y acompañen a sus equipos en el cambio se posicionarán como líderes de la nueva era laboral. La revolución de la IA no solo está cambiando la forma de trabajar: está redefiniendo el concepto mismo de éxito profesional. Y los datos son contundentes: quienes la integran cada día en su trabajo no solo producen más, sino que viven mejor.