El bolichico aterriza en España con una inyección en Hawkers

Alejandro Betancourt, contratista predilecto del chavismo, diversifica su fortuna con la entrada en empresas españolas emergentes

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Con apenas 30 años, Alejandro Betancourt, mejor conocido como el «bolichico» en su Venezuela natal, ganó 12 multimillonarios para construir plantas eléctricas en su país. Pese a su escasa experiencia en esa área, obtuvo 12 de los 14 grandes contratos energéticos otorgados por el gobierno de Hugo Chávez. Hoy, conocido como el pequeño burgués bolivariano y señalado como uno de los grandes enchufados del chavismo, ha decidido resguardar y poner en valor buena parte de su fortuna en España.   

Betancourt ha entrado en el mercado nacional con una inversión millonaria en Hawkers, una exitosa empresa emergente española que ya se ha convertido en referencia mundial en gafas de sol de moda. El venezolano ha liderado una ronda de financiación de 50 millones de euros que ha recibido la empresa levantada por tres emprendedores de Elche que ahora se codea con las grandes del sector. 

Betancourt, que ha mostrado interés por invertir en empresas españolas, llegó a Hawkers de la mano de Félix Ruiz y Hugo Arévalo, fundadores de Tuenti, quienes le recomendaron invertir en esta empresa emergente.  

«Hay muy pocos fondos en España con capacidad para darnos el dinero que necesitábamos. Félix y Hugo, que son nuestros amigos, le dijeron a Betancourt que íbamos a una ronda en Nueva York y él se interesó», explican los socios-fundadores David Moreno y Francisco Pérez.  

Borrachos de felicidad 

Así, los jóvenes que han levantado una empresa de la nada, que han diseñado un coche para Ford y que han logrado ser la única marca externa que venda sus productos en las tiendas de Inditex, darán una importante participación al bolichico.  

Los fundadores consultaron Garrigues y a Rosaud, Costas Durán, dos de los mejores despachos de abogados de España durante el proceso de inversión. Les dijeron que todo estaba bien y no había ni una sola línea que hablase de algún posible inconveniente o que desaconsejara su entrada, explican los fundadores que ven a Betancourt como un «joven emprendedor», muy cercano y convencido de la potencialidad de la marca española.

Los dueños de Hawkers, Francisco Pérez, Pablo Sánchez y David Moreno, iniciaron la empresa en 2013 con apenas 300 euros y han tenido una carrera fulgurante con crecimiento de triple dígito. El primer año facturaron, 15 millones; el segundo pasaron a 40 y este año tendrán una facturación anual de 70 millones de euros. «Aunque no bebemos, estamos borrachos. Borrachos de felicidad por todo lo que nos está pasando», explican los fundadores.

Con el dinero entrante, el fabricante español hará investigaciones con nuevos materiales y fortalecerá sus operaciones en Italia, Alemania, Austria, Francia, Portugal, Reino Unido y Australia. También quiere ampliar las ventas por internet para iniciar una etapa de apertura de tiendas propias. Ahora la empresa ya no se considera pequeña y piensa en alcanzar la cima. «Con esta inversión, podremos adquirir al mejor talento del mundo», han declarado sus fundadores este lunes. 

Las próximas inversiones del bolichico 

Además de la inversión en Hawkers, Betancourt está analizando la entrada en otras empresas españolas emergentes, especialmente en el sector de las tecnológicas, según ha podido saber este diario. Hasta ahora, Betancourt sólo había adquirido propiedades inmobiliarias como el castillo de El Alamín, en Toledo, que costó casi 30 millones de euros.  

Ahora, acercándose a los 40 años, Betancourt intenta correr un tupido velo sobre sus inicios empresariales con los polémicos contratos chavistas. Quiere multiplicar su dinero con inversiones productivas y con empresas con alta capacidad de crecimiento fuera de Venezuela entre las que se encuentra un banco en Senegal donde está asociado con los Albertos y el empresario radiofónico Blas Herrero. 

Betancourt da por finalizada su racha de contratos millonarios en Venezuela, donde ahora el régimen de Nicolás Maduro lo margina de los grandes contratos. Por si fuera poco, el expresidente de la Asamblea Nacional y segundo del régimen, Diosdado Cabello, ha acusado de delincuentes a Betancourt y a sus socios de la empresa Derwick.

En su incipiente actividad empresarial fuera de Venezuela, Betancourt ha tenido más dificultades para generar ingresos. En su inversión petrolera en Colombia ha perdido unos 300 millones en Pacific Rubiales, donde ha colocado a ocho exdirectivos de Repsol, entre ellos a Isaac Álvarez y Ramón Blanco, imputado por el juez Pablo Ruz por la trama Gurtel. En España, se acerca al talento joven como los emprendedores de Hawkers para generar ingresos.  

Sólo les ha pedido por contrato que permanezcan unidos y que fichen a los mejores talentos del mundo. Él sólo pondrá el dinero que, por ahora, le sobra.

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