Convergència pone en marcha su contrarreforma

Francesc Homs, arropado por la dirección, rechaza la declaración de independencia, pero también un referéndum ''unilateral'', como pide la CUP y secunda Esquerra Republicana, para recuperar el espacio conservador

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Convergència tiene una piel muy dura. Resiste las tempestades. Y, aunque las encuestas insisten en que lo tendrá complicado el 26 de junio, la dirección ha reaccionado: ha puesto en marcha su particular contrarreforma, –algo muy español, curiosamente– para recuperar su espacio electoral. Y rechaza la DUI, (la declaración unilateral de independencia), pero también la RUI, el nuevo juguete del independentismo: el referéndum unilateral de independencia.

La RUI ha sido la salida de la CUP, que pretende ahora buscar un espacio de consenso de cara a la cuestión de confianza que anunció el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para el mes de septiembre. Aunque es una pantalla pasada, que para algunos ya se traspasó con el 9N, la CUP entiende que puede ser una solución, a la que se ha acogido Esquerra Republicana para poder seguir con la hoja de ruta soberanista, sin recurrir a unas nuevas elecciones. El diputado republicano, Joan Tardà, ha dibujado, de nuevo, esa posibilidad.

 
Un discurso «unionista»

Pero Convergència se ha plantado. Quien ha protagonizado esa especie de contrarreforma con más contundencia es Francesc Homs, que sabe que se la juega como candidato al Congreso el 26 de junio. «No se debe hacer un concurso entre independentistas para ver quién es más unilateral», asegura, y añade que tampoco serviría de nada. «No haríamos nada con convocar un referéndum unilateral si la gente del ‘no’ lo boicoteara. Ante la comunidad internacional sería difícil sostener su legitimidad», aseguró este viernes.

Esa afirmación, hace sólo unos meses, se hubiera calificado de «unionista» y de «conservadora» por parte del movimiento independentista. Pero la sostiene uno de los adalides del independentismo, con la idea de resistir en la lucha política de los próximos meses.

El referéndum ya se convocó

El cambio ha comenzado a ser evidente. Homs tiene claro que Convergència debe recuperar su espacio, sin renunciar a la independencia. También lo suscriben otros diputados, que, históricamente, se habían encuadrado en el ala socialdemócrata, como Carles Campuzano, número dos en la lista al Congreso. Campuzano insiste en que se debe superar el pasado reciente, y recuperar la idea de acordar con el Gobierno español un referéndum.

No sirvió el 9N, aunque para algunos expertos de derecho constitucional, como Xavier Arbós, el 9N «ya fue un referéndum, que el soberanismo perdió con claridad».

El presidente Puigdemont tampoco quiere ninguna ruptura, ni DUI ni RUI, y trata ahora de ganar tiempo con la cuestión de confianza. Puigdemont sí defiende que «técnicamente» la RUI es un posibilidad, pero sin mayor convencimiento.

Hacia la guerra con Esquerra

La pugna partidista será ahora de alto voltaje. Convergència está convencida de que tendrá un buen resultado el 26 de junio, y que podría quedarse en siete u ocho diputados (logró ocho el 20D), desmintiendo los augurios más negativos, que pasan, incluso, por la posibilidad de acabar en el grupo mixto.

Si Convergència recupera su espacio, pese a los cambios sociales que ha experimentado la sociedad catalana, podrá competir con Esquerra en el caso de unas nuevas elecciones. El otro momento crucial, tras el 26 de junio, llegará con el congreso del partido, el 18 y 19 de julio.
Y es que ha llegado el momento de la contrarreforma en CDC.

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