Josep Coll: «Del lado fiscal, todos son golpes de la administración a los emprendedores»

El fundador de Red Points Solutions, nombrada mejor start up de 2014 por la Generalitat, repasa su experiencia al frente de una firma que ha encontrado en la lucha contra la piratería digital un negocio de éxito

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Josep Coll se dedicó a la música durante años hasta que la crisis empezó a cerrar discográficas. En el caso del negocio musical, ésta sobrevino antes de 2008 y llevó el apellido de Napster, la red pionera en el intercambio de archivos entre particulares y que inauguró el fenómeno de la piratería en Internet. A partir de ahí, y debido a su formación como abogado, Coll comenzó a darle vueltas a una solución, desde el punto de vista técnico y legal, al conflicto abierto entre creadores y la «industria paralela», el nombre con el que este empresario llama a las webs dedicadas a difundir (y lucrarse) con los contenidos ajenos.

En 2011, la idea se hizo empresa. «Vendí acciones de mi despacho de abogados, vendí mi casa y gasté parte de una herencia familiar», enumera el fundador de Red Points Solutions. Coll entiende así los inicios («el desierto», como él lo define) de cualquier proyecto empresarial: dejar otras ocupaciones y centrar todos los esfuerzos (también económicos) en un solo objetivo. Una serie de sacrificios, en su opinión, imprescindibles, que no todo el mundo está dispuesto a hacer. «Hay emprendedores que no quieren perder su estatus social», apunta.

«Emprender sin red»  

El temor al fracaso y el riesgo, por tanto, siempre están ahí. Unas dificultades que en los últimos años se han hecho más evidentes con el cierre continuado de empresas y la pérdida de puestos de trabajo. Y que, según Coll, en España se acrecientan por un tejido emprendedor todavía poco maduro y la ausencia de ayudas externas. «Emprender en este país es ir sin red», asegura. De ahí la importancia de rodearse de los mejores profesionales posibles y, sobre todo, de atender a los consejos de otros que hayan pasado antes por el mismo camino.

Coll resume este planteamiento en tres ideas: escuchar, delegar y «centrar el foco en lo que cada uno sepa hacer mejor». Y lo ejemplifica con las personas que incorporó a Red Points casi desde el comienzo: Laura Urquizu, actual CEO de la compañía y con una larga experiencia en la gestión de empresas tecnológicas, y Luis Fernández, CTO y cerebro de las herramientas contra la piratería digital que esta firma ofrece a sus clientes.

Presión fiscal e inestabilidad política

Preguntado sobre el papel de las instituciones públicas a la hora de impulsar proyectos como el Distrito 22@ y la Fundación Mobile World Capital, ambos en Barcelona, Coll frunce el ceño y acusa a la administración de un doble rasero. Es decir, de ayudar por un lado y de castigar duramente por el otro («desde el punto de vista fiscal, todo son golpes a los emprendedores», exclama), en relación a la presión impositiva a la que están sometidos y, también, y más recientemente, a «la inestabilidad política» en la que viven.

Unos perjuicios que no impiden a este barcelonés de adopción (se trasladó a la capital catalana muy joven desde su Sant Feliu de Guíxols natal) mirar al horizone sin un ápice de desconfianza: «Si nos dejan trabajar somos el futuro de este país», señala. Aunque con la prudencia de quien sabe que el camino es duro e imprevisible. «Para mí el desierto acabará cuando pueda recomprar mi casa», concluye.  

Economía Digital

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