Los Raventós esquivaron durante nueve meses la quiebra de Unipost

Los auditores ya advirtieron en noviembre de que la compañía era insolvente tras analizar las cuentas de 2016

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Fue la crónica de una muerte anunciada. Unipost declaró el pasado mes de julio el concurso de acreedores por unas deudas de 50 millones. La empresa de servicios postales registró pérdidas desde el año 2011, aplicó recortes a la plantilla de forma repetida y perdió sus mejores contratos. Ante tal escenario, los auditores lo tenían claro: “no se podrán afrontar los compromisos contraídos, situación que podría generar una situación de insolvencia”, decían en noviembre de 2016.

Un informe elaborado por UniauditOliverCamps al que ha tenido Economía Digital ya desvela la inviabilidad de la compañía nueve meses antes de la declaración del concurso. “La situación solamente podría ser solventada mediante la entrada de fondos o la renegociación de las deudas asumidas”, señalan las conclusiones del texto.

Si en septiembre el patrimonio de la operadora todavía era positivo (de 664.000 euros), los pagos a proveedores, las nóminas, los impuestos y las deudas pendientes dieron la vuelta a los fondos de la empresa que, según las previsiones, acabaron en 3,2 millones de euros negativos.

En los primeros 9 meses de 2016, Unipost tenía unas pérdidas operativas de 4,6 millones

A falta del último trimestre, la compañía de la familia Raventós registró unas pérdidas operativas de 4,6 millones de euros en 2016. Los números rojos se sumaban a los 38 millones acumulados desde 2011 y financiados “con recursos propios acumulados, aportaciones de los socios, préstamos concedidos por los bancos, aplazamiento en el pago de impuestos y el retraso en el pago de los salarios al personal”.

Y es que la crisis no es una novedad en Unipost. El adiós al correo tradicional en detrimento del correo electrónico y la difícil competencia con Correos han propiciado el concurso. Ni los tres Expedientes de Regulación Temporal de Empleo y las renegociaciones de la deuda acometidas con los bancos han logrado salvar la empresa. Ni siquiera el préstamo de 3 millones concedido por la sociedad de promoción pública Avança le dio aire..

Si el año pasado apuntó a una ligera recuperación, el fin del contrato de distribución de Iberdrola significó una rebaja en la facturación de 15,6 millones de euros. «Tras tres ejercicios de contínua caída, el aumento se debió en parte a los servicios prestados a Iberdrola«, confirma la auditoría.

Así, los augurios más «optimistas» cifran la caída de las ventas al ritmo del 0,11% frente a la temporada anterior. Al ampliar el espectro, el descalabro es mayor: de los 103,7 millones de 2012 a los 92,8 millones en los que se preveía cerrar el 2016. Las cifras caen a una velocidad similar en Correos, el operador postal público español.

La caída de Unipost comienza en 2011, el primer ejercicio de la empresa en números rojos

UniauditOliverCamps marca el año 2011, el primero en presentar pérdidas, como el comienzo de la crisis de la sociedad. La empresa presentó un ERTE, pero el tiro le salió por la culata: tuvo que afrontar un aumento salarial general y los costes subieron 1,29 millones de euros. Un año después, un segundo ajuste redujo la jornada de 1.972 personas en un 25%.

En 2013 llegó el tercer recorte laboral, este para la totalidad de la plantilla. Unipost practicó otra reducción de jornada y una rebaja del sueldo. Sin embargo, no pudo aplicar los 250 despidos que planteaba de inicio. Para no perder la costumbre, 2014 sumó el enésimo ERTE al currículum de Pablo Raventós, consejero delegado de la firma. Así, la plantilla se redujo el 11% entre 2012 y el fin de 2016.

Los detalles del concurso de acreedores

Economía Digital tuvo acceso al detalle de las deudas que han llevado a la empresa de los Raventós al concurso de acreedores. El pasivo de 48,6 millones podría variar ligeramente debido a que el administrador concursal, Jaujas Legal, todavía no ha cerrado la lista de acreedores.

Entre los déficits sobresalen 11,9 millones con la Agencia Tributaria, 8,2 millones con los bancos y 6,3 millones con los trabajadores.

Unipost fue la empresa registrada por la Guardia Civil el pasado martes por disponerse a repartir la convocatoria a las mesas electorales del referéndum del 1 de octubre. El Instituto Armado incautó más de 30.000 cartas listas para ser enviadas.

Carles Huguet

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