Calviño defiende «corregir» la reforma laboral y que el convenio sectorial fije los salarios mínimos

La vicepresidenta primera rechaza los "debates estériles" y "eslóganes" respecto al concepto derogar en torno a la reforma laboral, pese al acuerdo del Gobierno, y aboga por extender los contratos fijo-discontinuos a más sectores

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, comparece en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. // Pool Moncloa

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño. // Pool Moncloa

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Una vez más la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha rechazado la palabra «derogar» para referirse a los cambios sobre la reforma laboral de 2012 que acometerá el Ejecutivo antes de fin de año, fijando en su lugar la necesidad de «corregir» los aspectos lesivos, y ello a pesar del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos que deja clara la intención de «derogar la reforma laboral de 2012».

Entre las cuestiones clave para la reforma, ha defendido la necesidad de que los convenios sectoriales primen sobre los de empresa a la hora de fijar una base para el salario en las subcontratas, aunque dejando la flexibilidad necesaria al de empresa para el resto de elementos.

Calviño ha indicado que lleva tres años y medio huyendo de «debates estériles» y de «eslóganes» sobre el concepto «derogar» para referirse a la reforma laboral, y en su lugar insiste en «mirar al futuro» y apuntala la idea de «corregir aquellos aspectos» que han deteriorado los problemas del mercado laboral o no han quedado resueltos.

En este sentido, sostiene que «no se trata de volver a la reforma de 2009» ni de «cambiar todo por cambiar», sino de avanzar con un nuevo modelo laboral para corregir los problemas de dualidad que arrastra el mercado laboral durante décadas y que no provienen solo de la reforma laboral de 2012 del PP, según ha indicado en una entrevista en Cadena Ser, recogida por Economía Digital.

De esta forma, Calviño ha mantenido su posicionamiento, que le ha llevado a mantener discrepancias públicas con la facción de Unidas Podemos del Gobierno en los últimos meses, y ello a pesar de que ayer el PSOE y Unidas Podemos alcanzaron tras una semana y media de desencuentros y la crisis desatada en el seno de la coalición de Gobierno un acuerdo para la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos del acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea.

Un mensaje de texto, el detonante de la crisis de Gobierno

La vicepresidenta ha desvelado que Sánchez la llamó ayer para decirle que iba a desayunar con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, algo que ve una «buena idea si ha ayudado a encarrilar» la situación sobre la reforma laboral en la coalición.

En su opinión, este tipo de encuentros se enmarcan en la normalidad de las reuniones bilaterales que mantiene el jefe del Ejecutivo con los ministros.

Según Calviño, el detonante de las discrepancias de los últimos días en el seno de la coalición con motivo de la reforma laboral se produjo porque envió un mensaje en el que apuntaba la necesidad de coordinarse ante la fase final de la negociación de la reforma laboral.

En su opinión, su postura es «algo que entiende cualquiera», ya que «es evidente querer incorporar todos los puntos de vista de todos los compañeros del Gobierno», como ha sucedido en otras negociaciones, como los ERTE.

Tras ese mensaje, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, solicitó la convocatoria de la reunión de la mesa de seguimiento de la coalición y denunció las «injerencias» de Calviño en la negociación.

De cualquier forma, Calviño ha aseverado que desde «hace bastante tiempo» se viene diciendo con «claridad» que «todo el Gobierno está absolutamente comprometido con una reforma laboral que permita erradicar la precariedad».

Objetivos: sumar a CEOE y que el convenio sectorial fije salarios mínimos

La vicepresidenta primera ha dejado también claro que el objetivo tiene que ser que la patronal se sume al acuerdo y ha asegurado que la actitud por ahora es «constructivo», por lo que en las próxima semanas hay que buscar un «equilibrio» para lograr el «máximo consenso». Y es que, según ha reiterado, las reformas que se logran con un gran consenso son las que perduran en el tiempo, por lo que está dedicando «mucho esfuerzo y atención» al diálogo social.

Entre las cuestiones clave en las que se trabaja con los agentes sociales ha citado la de devolver la prevalencia al convenio sectorial sobre el de empresa para fijar las condiciones salariales mínimas con el fin de acabar con la precariedad.

En concreto, defiende que el contrato sectorial fije una base para el salario, sobre todo en el ámbito de las subcontratas y las empresas multiservicios, que son las que presentan salarios más bajos, aunque dejando que el convenio de empresa pueda dar la flexibilidad necesaria para el resto de elementos, ha dicho en una entrevista en Telecinco, recogida por Economía Digital.

En la práctica esto supone derogar uno de los aspectos más polémicos de la reforma laboral del PP de 2012, norma en la que se dio prioridad al convenio de empresa sobre el sectorial.

Igualmente, ha abogado por encontrar un «equilibrio» en lo referido a los escollos de la ultraactividad o la prevalencia de convenios, y ha abogado por limitar el uso de contratos temporales y hacer del indefinido la modalidad habitual, pero, de nuevo, con «flexibilidad interna» en las empresas mediante el mecanismo similar a los ERTE.

Para atajar la temporalidad aboga por reducir las causas que permiten esos contratos temporales, una vez se dispongan de mecanismos que den flexibilidad a las empresas, analizar el papel de las empresas de contrato temporal y ver cómo articular el contrato fijo discontinuo en más sectores de los que ya se utilizan.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp