La banca española esquiva la amenaza zombi
Los niveles de rentabilidad previstos para los próximos años son superiores a los de que el BCE considera un mínimo para ser autosuficiente sin fusionarse
No hay bancos zombis en la economía española. Aunque los supervisores son poco optimistas con la capacidad de las entidades financieras europeas para mejorar su rentabilidad en los próximos años – en noviembre el Banco Central Europeo (BCE) señaló que esperaba una contracción de un punto porcentual hasta 2021, lo que le llevaría a niveles del 5%-, se espera que las entidades españolas sean capaces de ganar el suficiente dinero como para defender su independencia.
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Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, recordaba este martes cuáles eran los niveles mínimos exigibles para que se entendiera que los bancos podían sobrevivir por sus propios medios, manteniendo un ritmo de inversiones suficientes, con el que ser competitivos, y escapar a convertirse en zombis. «El grupo más preocupante sería el de entidades con una rentabilidad inferior al 3%», explicaba Delgado.
Unos niveles que, a futuro, no se espera que ni el banco del IBEX con un ROE (rentabilidad sobre los recursos propios más bajo), como es Bankia pierda. Tampoco se anticipa que la rentabilidad de Unicaja y Liberbank bajen de esa zona. No obstante, estas previsiones no tendrían en cuenta el posible impacto de las medidas fiscales del nuevo gobierno español, que podría afectar a la rentabilidad.
La situación de la banca española, sin embargo, no es extensible a toda la banca europea. Teniendo en cuenta los datos de los últimos tres años -que son los que recoge el estudio del BCE-, hasta un 25% de los bancos analizados tendrían una tasa de rentabilidad inferior al 3%. Esta situación limitaría su capacidad para continuar siendo competitivos. Alemania sería uno de los países donde existirían más entidades con una rentabilidad insuficiente, de acuerdo con el organismo que preside Christine Lagarde.
Fusiones en teoría, pero no en la práctica
Los supervisores llevan tiempo señalando que en un contexto de baja rentabilidad, las fusiones son una alternativa para tratar de mejorar estas cifras a través del recorte de costes, pero que no acaban de cuajar, como vimos el año pasado con la de Unicaja y Liberbank.
Margarita Delgado no descarta que puedan producirse nuevas integraciones en España, que den origen a entidades más grandes, que, para la subgobernadora, necesariamente no tendrían que conllevar problemas de competencia, teniendo en cuenta la fortísima contracción que se ha vivido en los últimos años. «La competencia sigue siendo muy fuerte y los márgenes son muy pequeños», señaló.
No obstante, para el Banco de España la línea roja de las fusiones es que se realicen porque cada banco así lo decide. «Las fusiones deben venir de las entidads y no de las autoridades» -señaló ante la posibilidad de que desde los gobiernos se puedan impulsar, como la de BBVA y Bankia. «Las integraciones deben contar con un plan y una gobernanza creíble», señaló durante su intervención.
En Europa, y a pesar de que la rentabilidad del sector financiero es reducida-e insuficiente para casi una cuarta parte de la banca-, todavía parece complicado que se produzcan integraciones transfronterizas. La diferente regulación que existe entre unos países y otros, -además de que no exista todavía un fondo de garantía de depósitos único- es una de las mayores barreras, de acuerdo con la subgobernadora del Banco de España.
No obstante, para Delgado, que el ministro de Finanzas alemán haya dado el paso de abrirse a negociarlo, es un síntoma positivo de la comienza a haber un compromiso firme para progresar en la unión bancaria y en la creación de este fondo común para proteger a los depositantes europeos.