Fedea desconfía de que el Gobierno pueda cumplir con su plan energético
Un experto de esta fundación rebaja el optimismo de las metas propuestas por el Gobierno en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que ha elevado a Bruselas
Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) cree que el Gobierno es demasiado optimista en las proyecciones y metas del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que había presentado el Gobierno ante Bruselas en junio.
Un artículo del analista Diego Rodríguez precisa, por ejemplo, que los objetivos marcados por el Gobierno de capacidad de almacenamiento energético para 2030 “no son creíbles a la vista de la evolución reciente del sector eléctrico”, han considerado el analista de Fedea.
“Aunque el apoyo desde el Plan de Recuperación pueda dinamizar la entrada de nueva capacidad de almacenamiento, solo una regulación clara, que no se dilate en el tiempo, de mecanismos de capacidad y flexibilidad puede introducir señales a los inversores que realmente proporcione el impulso necesario”, sostiene Rodríguez.
Además, considera que las previsiones sobre el despliegue de generación termosolar, si bien rebajadas con respecto a la versión vigente del PNIEC, resultan también optimistas.
Dudas de los objetivos del Gobierno
A pesar que el cálculo oficial sobre el mix de generación eléctrica para 2030 incorpora el funcionamiento de cinco grupos nucleares para 2030, Rodríguez puntualiza que solo estará operativa la capacidad correspondiente a tres reactores.
Incluso, el autor también considera que es “muy improbable” la disponibilidad para 2030 de dos conexiones adicionales con Francia a través de los Pirineos.
“En este contexto, una disponibilidad de almacenamiento y de interconexión menor que la prevista arrojaría dudas sobre el cumplimiento de los objetivos de entrada de renovables, en la medida en que conduciría a mayores vertidos de los contemplados y reduciría la rentabilidad de las nuevas instalaciones”, afirma Rodríguez.
En tercer lugar, el autor considera que los objetivos de despliegue de capacidad de hidrógeno renovable para 2030 son optimistas, trasladando así los muy ambiciosos objetivos que en este ámbito se han fijado a escala europea.
“Hay numerosas incertidumbres”
El cierre del paquete regulador energético en la UE en los próximos meses deberá aclarar, a su juicio, las condiciones en que dicho despliegue podrá iniciarse si bien, a su juicio, el apoyo público en estos próximos años a través del Plan de Recuperación u otros instrumentos parece imprescindible para que se materialice la entrada de, al menos, una parte de los muchos proyectos empresariales anunciados.
El autor enfatiza las “enormes incertidumbres” sobre la evolución futura de la demanda de hidrógeno renovable, clave para el despegue de esos proyectos.
En cuarto lugar, sobre el transporte, Fedea es de la opinión de que el objetivo de crecimiento del parque de vehículos ligeros electrificados también parece difícil de alcanzar dada la evolución que, hasta este momento, está teniendo la matriculación de vehículos eléctricos y la evolución de la instalación de puntos de recarga.
Se necesita una estrategia para los hogares
Junto al transporte, el consumo industrial y de los hogares son los otros protagonistas de la reducción del consumo energético que se proyecta en el PNIEC. El autor considera “poco probable” que los avances en la descarbonización de ambos sectores puedan contribuir significativamente a la reducción global de emisiones en los próximos años.
En el caso de los hogares, ve necesario avanzar en el diseño de una estrategia sólida para su descarbonización, estrategia que a juicio del autor no se observa en el borrador actual del PNIEC. En ese sentido, en la revisión propuesta del PNIEC “parece haberse perdido algo de ambición sobre el desplazamiento del uso de hidrocarburos en los hogares”.
Menos gases invernadero
Finalmente, el autor considera que la aplicación de los múltiples instrumentos contemplados en el PNIEC, apoyado también por la disponibilidad de recursos procedentes del Plan de Recuperación, llevará a una considerable reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en España.
A ese respecto, valora positivamente que el nuevo objetivo de reducción global de emisiones de España sea más ambicioso que el contemplado en la versión vigente del PNIEC, aunque no implique un aumento de ambición tan exigente como el planteado en el objetivo europeo conjunto.