España salva el ‘invierno negro energético’ con gas barato y la ayuda del clima

Todo lo que podía salir bien a nivel energético, ha salido; eso ha evitado que la crisis de precios siga en aumento, al menos por ahora

La vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. EFE/Javier Etxezarreta.

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A finales del verano, y cuando el otoño llamaba a la puerta, la Comisión Europea decidió ponerse la tirita antes de sangrar. Obligó a reducir el consumo y, ya antes, había dispuesto aumentar las reservas de gas en los distintos Estados miembro. Fue un mandato para todos los países, aunque sus situaciones geoestratégicas fueran diferentes. Por suerte, España paga ahora las consecuencias que, en este caso, son positivas

La premura del Gobierno español por ser el primero de la clase en algunas cuestiones, sumada a las condiciones climáticas en diversos aspectos, ha provocado que los precios mayoristas, tanto del gas como la electricidad, estén dando una tregua mayor de lo esperado hace unos meses

En estos factores, que inciden unos sobre otros, tanto para la generación de energía, como la propia especulación de los mercados energéticos, un dato muy importante tiene que ver con las reservas de gas en suelo español. Según los inventarios de gas previstos en Europa, España tiene un 92% de reservas en las diferentes plantas regasificadoras. Esta situación, por tanto, beneficia a esa falta de necesidad y su potencial especulación de precios. 

Algo que se escenifica, precisamente, en los precios del mercado holandés TTF, que estos días marca mínimos de los últimos meses con precios por debajo de los 70 €/MWh. En otoño los registros llegaron a estar por encima de los 340 €/MWh. Esta diferencia hace ver hasta qué punto, al menos por ahora, se disipa el temor que existía de un ‘invierno negro’. 

Lo mismo sucede con el mercado de referencia español, el Mibgas, que en estos momentos cotiza también en el entorno de los 60 €/MWh. Se trata de los dos mercados que afectan directamente a la composición el ‘pool’ eléctrico español, así como las compras por parte de la industria. 

Más factores positivos 

Pero no son los únicos factores para esta conjunción de buenas noticias que, impactadas unas sobre otras, están llevando a un invierno más tranquilo de lo esperado. Según las diversas fuentes oficiales que hacen análisis climatológicos, estamos teniendo el frío esperado. Ni más ni menos. Incluso, está habiendo días de temperaturas más altas de lo habitual. 

Esto incide en el consumo de gas. Por lo tanto, la previsión, así como el abastecimiento, siempre es más moderado. Lo cual, de nuevo, impacta en que no se esté dado el peor escenario posible que se planteaba en otoño cuando la Comisión Europea tomó medidas restrictivas en el consumo energético. 

Por último, las lluvias de las últimas semanas también han dejado los pantanos españoles en muy buena disposición para que la energía hidráulica vuelve a tomar pese en el mix eléctrico español. Es cierto que a veces esta tecnología marca precios más altos de lo normal, cuestión de oferta y demanda, pero lo que sí provoca es un descenso en el consumo de gas y, de nuevo, activa esa suerte de menos costes en conjunto. 

Y todo esto, reflejado en los precios mayoristas de la electricidad, se ve en los precios que ahora mismo están por debajo de los 100 €/MWh. Precisamente, porque otra cuestión meteorológica como el aire está soplando lo suficiente para que la energía eólica esté en máximos históricos. Pero es que también lo está haciendo la solar.

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