«La subida de precios no empezó con la guerra de Ucrania pero la ha acentuado»

La subida de precios de las materias primas y los alimentos no es solo culpa solo de Putin. La resaca del Covid, el desabastecimiento y el encarecimiento de la energía fueron el origen y se ha acentuado con la guerra en Ucrania. El eslabón más débil son los agricultores y ganaderos, quienes denuncian que la Unión Europea ha perdido «soberanía alimentaria» y no está tomando las medidas suficientes para paliar la situación.

Estas han sido algunas de las conclusiones de la segunda edición de Foro Food ED, el gran foro sobre el futuro de la alimentación de Economía Digital, que ha contado con Alejandro Gutiérrez, coordinador sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de España; y Andoni García, responsable de Mercados Agrarios de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos).

«La inflación no es solo culpa de Putin». El aumento de los costes de producción y de los precios venía de antes, «es casi resaca del Covid». Empezó con la energía vinculada al gas, y a nivel agrícola y ganadero se observó un aumento fuerte de los costes de materia primas. «El conflicto acentuó estos factores», destaca Alejandro Gutiérrez.

En su opinión, todavía estamos viendo «la punta del iceberg» y las consecuencias de la inflación, serán mayores. «Necesitamos energía y electricidad para todos los procesos productivos del país y esto tiene un efecto proporcional en los costes», recuerda.

Andoni García cree que la subida de precios tiene su origen en los conflictos entre mercados, como ocurrió con los aranceles. Estas situaciones han generado alarma entre los consumidores y se ha aprovechado para especular. Por ello, en el mercado de futuros de París las operaciones se han disparado.

Consecuencia de todo esto, un crecimiento del 60% de los precios de alimentación desde el 2020 y un aumento de los costes del 40% en un año. «Alguien está especulando, generando esa subida de precios», asegura.

El agricultor, en el punto más débil de la cadena

Alejandro Gutiérrez considera que los gobiernos están tomando medidas «de corte paliativo» para paliar la subida de precios. «Sabemos que no hay una tecla mágica que lo vaya a solucionar», apunta. A su juicio, la deriva inflacionista procede en gran parte del funcionamiento del mercado, y los gobiernos pueden actuar moderadamente sobre eso.

Hay pequeños avances y se han tomado ya medidas para controlar el precio de las materias primas, favoreciendo la importación de orígenes que antes no se podía, por ejemplo. Pero cree que el objetivo de la Unión Europea debe estar en que haya una producción mayor para no tener problemas de abastecimiento.

Es decir, que se cumpla el concepto de seguridad alimentaria, que presupone, que todas las personas tengan acceso a alimentos suficientes. «Se van tomando medidas, pero la capacidad de acción es limitada». Al respecto añade que, existe «un déficit estructural del funcionamiento del sistema agroalimentario», donde el agricultor está en el punto mas débil de la cadena que va desde los proveedores hasta los clientes finales.

Para Andoni García, «está por ver qué papel pueden tener los Gobiernos». En su opinión, se ha ido desregulando en favor de los operadores más fuertes que hay en la cadena, y Europa ha perdido soberanía alimentaria, además de capacidad política para decidir sobre los mercados.

De manera que, cuando viene una crisis «se ve el déficit grave de la UE». Por ello, COAG ha pedido intervenir frente a la especulación en los mercados. Con la guerra, se ha visto lo que cuesta entrar en el mercado de la energía «¿Y el tema de la alimentación?» se pregunta. «Debemos recuperar la soberanía alimentaria». En este sentido, destaca que se han reclamado ayudas directas, de choque, y algunas ya están sobre la mesa y son importantes, pero se necesitan medidas de fondo.

«La UE tiene que recuperar la soberanía alimentaria»

Sobre las medidas aplicadas en España para frenar la escalada de precios por parte del gobierno de Pedro Sánchez, el coordinador sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de España incide en que, «son paliativas» y no servirá a medio y largo plazo. En el corto plazo sirven para frenar el desabastecimiento, la subida del coste de la gasolina, la energía… pero «el problema» es que la situación va a empeorar «y necesitamos medidas estructurales».

Las protestas en la calle del sector lácteo y otro tipo de manifestaciones son «efectivas y gracias a ellas, hay medidas», asegura el de COAG. Se han dado 400 millones de euros en ayudas para afrontar la crisis, pero el problema de fondo sigue existiendo, añade.

«Queremos una intervención de mercado, que se recupere la soberanía alimentaria en el marco de la Unión Europea». García entiende que no podemos abstraernos de que estamos en una crisis alimentaria en medio de un cambio climático, para el que se necesitan medidas que permitan la adaptación a un modelo más sostenible.

«No se puede impulsar el modelo industrial, la uberización del campo. Se está transformando el modelo agrícola y si no se frena tendremos un problema grave».