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Yolanda Díaz pospone la jornada de 32 horas a 2032

Un documento encargado por Yolanda Díaz propone la creación de un 'Ministerio del Tiempo': una oficina en la vicepresidencia que coordine políticas para mejorar la conciliación y el bienestar

MADRID, 16/06/2023.- La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, clausura el acto de presentación del Estudio de fundamentación para la Ley de usos del tiempo y racionalización horaria este viernes en Madrid. EFE/ Borja Sánchez-Trillo

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El Ministerio de Trabajo ha dado carpetazo a la jornada de 32 horas. Al menos, en parte: no será en el futuro cercano y, si llega, solo ocurrirá en la próxima década. Esa es una de las conclusiones del Estudio de fundamentación para la Ley de Usos del Tiempo, el gran proyecto de Yolanda Díaz con el que aspiraba a cerrar el ciclo transformador del mercado laboral pero que, por azares de los tiempos políticos, quedará en el cajón.

Formalmente, este informe – elaborado por más de 60 expertos en distintas áreas- apenas prevé un recorte de dos horas y media en tres años, en 2026, mientras que establece una reducción paulatina que llegaría a las 32 horas (repartidas bien en cuatro jornadas, bien en cinco con menos horas por día) en 2023.

«Proponemos reducir la jornada a 37,5 horas en 2026 y a 32 horas en 2032, una reducción paulatina en función de los distintos sectores, y que existan incentivos para fomentar esta reducción», ha detallado la profesora titular de Derecho Laboral de Esade y una de las autoras del informe, Anna Ginès. A su juicio, esto alineará la jornada con «una tendencia que están siguiendo muchos países y muchas empresas con la jornada que ya existe en la administración pública».

Así, a juicio de la experta, esto permitiría evitar una «dualidad» en el mercado de trabajo ya no explicada por la temporalidad, sino por las personas -funcionarios, por ejemplo- que cuentan con una jornada laboral más reducida que otras.

Se descuelga de Errejón

La Ley de Usos del Tiempo se ‘descuelga’ de una de las principales propuestas de uno de los socios de coalición de Díaz, Más País, que abogaba por implantar la jornada de 32 horas para mejorar la productividad del país y también las condiciones de vida de los trabajadores.

La vicepresidenta Díaz, que en los últimos días se ha mostrado muy preocupada por la evolución de la productividad en nuestro país, siempre ha defendido un enfoque más centrado en la flexibilidad de las jornadas, que puedan adaptarse a los trabajadores y que no sean estos quienes se amolden a las necesidades horarias del puesto de trabajo.

«Ha llegado el momento de abordar la Ley de Usos del Tiempo y necesitamos una nueva normativa del tiempo de trabajo, pero también de los usos del tiempo que, como se ha dicho aquí, ha de ser corresponsable en el más extensivo sentido social de la palabra. Tiempo no solo para cuidar, sino también para poder desarrollar los proyectos de vida con libertad, de tiempo para vivir, pensar, aburrirnos…», abundó Díaz en la puesta de largo del informe.

Límite a las horas extra y a las jornadas parciales

Además, el estudio propone una «racionalización» de las horas extraordinarias, limitando el máximo a 80 horas por año (esto es, 10 jornadas en total) y estableciendo un recargo del 25% del precio de la hora ordinaria de trabajo. Además, esta prestación de servicios debería ser preavisada con 24 horas de antelación. También incluye un capítulo dedicado a la compactación de la jornada, esto es, que las jornadas partidas solo puedan contar con una única interrupción, de una hora como máximo, para «avanzar la hora de salida del trabajo y conseguir unos horarios más razonables y saludables». Los autores del estudio reconocen un pero: «Puede suponer en algunos casos un impedimento a la conciliación de la vida laboral y familiar, especialmente para aquellas familias cuyos hijos e hijas van a comer a casa los días entre semana».

El documento, encargado por Yolanda Díaz, también detalla que debería revisarse la regulación del trabajo a tiempo parcial, obligando a que conste por escrito cuál es la jornada laboral ordinaria, así como su distribución diaria, semanal y mensual; prohibiendo las interrupciones en las jornadas parciales de menos de 20 horas semanas y reduciendo las horas complementarias. «La economía es mucho más productiva si podemos disfrutar de jornadas laborales saludables, sostenibles y flexibles. Esta es la clave, la flexibilidad interna», defendió la vicepresidenta.

Por otro lado, los expertos de Trabajo proponen una reforma en profundidad de las excedencias del trabajo, añadiendo el derecho a una excedencia por formación de uno o dos años, así como la creación de las bolsas de horas y la extensión de los permisos retribuidos para fomentar la distribución del tiempo corresponsable e igualitaria.

«Este es el documento clave, imprescindible, que además se incardina con el sentido común de la gente», insistió la ministra de Trabajo. «La falta de tiempo no puede ser una fatalidad. El estado de alerta permanente de las personas trabajadoras tiene que ver con una forma de organización del trabajo que es ineficaz e injusta», subrayó.

Un ‘Ministerio del Tiempo’

Con todo, esta la Ley de Usos del Tiempo no se centra únicamente en medidas relativas al mercado laboral. Su objetivo va más allá, ya que pretende «crear un marco de oportunidad para mejorar el malestar, desequilibrio y desorganización actual en los usos del tiempo y establece los mecanismos políticos y legales para implementar y promover una reorganización del tiempo equilibrada, más saludable, igualitaria, productiva y sostenible que busque un mejor equilibrio en los usos del tiempo de la persona».

Es por esto que también detalla medidas como la creación de un ‘Ministerio del Tiempo’: un departamento trasversal (Oficina de Coordinación de Políticas del Tiempo) en el seno del Ministerio de la Presidencia o la Vicepresidencia, así como una mesa de Concertación Social con agentes sociales, representantes de los autónomos, la política o los municipios, entre otros.

También aborda medidas de racionalización de los horarios, como «humanizar» las agendas de directivos y políticos, colocando las ruedas de prensa y actos públicos ordinarios más temprano (también en el caso de Plenos en el Congreso y el Senado), y adelantar el cierre de los comercios y el ‘prime time’ televisivo para ir más temprano a la cama. Igualmente, apuestan por reducir la presencialidad en el trabajo y mejorar los servicios de transporte público.

Entre otras propuestas, ya fuera de la ley, los expertos ya defienden que han de eliminar el cambio de hora y adoptar el horario natural (el huso horario de Greenwich, no el de Berlín).

La opinión de los expertos

El informe, encargado por Díaz, ha sido elaborado por más de 60 expertos nacionales e internacionales e incluye 22 medidas en el ámbito del mercado laboral y 84 multisectoriales. Una propuesta para, en palabras de la coordinadora del estudio y de la Time Use Initiative, Marta Junqué, «avanzar hacia una organización del tiempo más equilibrada, un nuevo pacto social que permita garantizar el derecho al tiempo a todos«. Un derecho al tiempo basado en cuatro pilares: salud, igualdad y corresponsabilidad, aumento de la eficiencia y un horario más sostenible.

La directora de Coordinación Jurídica del Ministerio de Trabajo, María Amparo Ballester, apuntó que la propuesta de Ley de Usos del Tiempo «vincula con los derechos esenciales, como la salud» y es «una obligación de los poderes públicos de asegurar el trabajo digno». Por una razón fundamental: la cuestión de la igualdad. «La pobreza del tiempo es lo que más claramente describe una cuestión de discriminación fuera del trabajo por cuestión de género», abundó. Asimismo, la organización de la jornada también es una de las cuestiones detrás del estrés, que es la causa del 60% de las bajas laborales.

Por su parte, el jefe de equipo de la unidad del Sueño y coordinador del Servicio de Pediatría del Hospital Quirón Salud de Valencia y miembro de la Federación Española del Sueño, Gonzalo Pin, ha insistido en la pertinencia de una ley del tiempo para coordinar los tiempos biológicos, ambientales, sociales, de descanso y tecnológicos. «Somos un país con un jet-lag continuo», detalló.

Así, Yolanda Díaz «toma nota» de las propuestas de los expertos para una norma que iba a ser su proyecto estrella pero que ahora quedará en el cajón por el adelanto electoral: «El próximo Gobierno de España va a tener, vamos a tener, la responsabilidad de encargarnos de este gran tesoro, el tiempo de los españoles y de las españolas».

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