Codorníu obtiene 12 millones de beneficio con la venta de Carlyle en el horizonte: «Todas las opciones están sobre la mesa»

El CEO de Codorníu, Sergio Fuster, lamenta "las idas y venidas" provocadas por las negociaciones en el marco de la guerra comercial impulsada por Donald Trump

Una imagen de las bodegas de Codorníu, en Sant Sadurní d’Anoia.

Lejos de la complicada situación que afecta a otras compañías del sector del cava, Codorníu ha cerrado el ejercicio comprendido entre julio de 2024 y junio de 2025 batiendo récord en todas sus magnitudes. Los resultados cosechados llegan en un momento marcado por la posibilidad de que la gestora estadounidense de capital riesgo Carlyle, que controla el 68% del capital social frente al 32% que se encuentra en manos de la familia Raventós, venda su participación tras contratar a Banco Santander y Morgan Stanley para explorar la operación.

El CEO de Codorníu ha explicado que, por el momento no existe ningún calendario fijado y que el proceso se encuentra aún en una fase muy inicial. «El proceso está en el punto en el que anunciamos, justo antes del verano se hizo la selección de nuestros socios financieros, Morgan Stanley y Banco Santander, ha habido toda una fase de preparación, la acción arranca ahora», ha señalado.

Después de especificar que la previsión es que la operación se materialice «en meses y no en años», ha deseado que la compañía quede en las mejores manos posibles, si bien ha evitado definir cuáles serían. Ante la posibilidad de que Carlyle se quede con un porcentaje de su actual participación ha recordado que la exploración puede desembocar en «una venta parcial, total o en ninguna». «Ahora mismo, todas las opciones están sobre la mesa», ha hecho hincapié.

Abre la puerta a compras

Fuster ha asegurado que la etapa durante la cual Carlyle ha sido el máximo accionista han sido «años de grandeza». A pesar de que a lo largo de ese tiempo no se ha llevado a cabo ninguna compra, ha abierto la puerta a que se produzca en el futuro.

«Siempre hemos estado enfocados a buscar activos para añadir, siempre buscamos comprar un negocio que tenga una marca fuerte y reconocida, pero no hemos encontrado algo que se ajustase a nuestro portfolio, en los próximos años va a haber un ciclo de consolidación en la industria del vino, va a haber buenas oportunidades», ha añadido.

Codorníu bate récord

El decano del cava ha obtenido un beneficio operativo de 44 millones de euros, una cifra que arroja un crecimiento del 13% y se acerca cada vez más al objetivo fijado de alcanzar los 50 millones de euros de Ebitda, mientras que ha obtenido unas ventas netas de 201 millones de euros, lo que representa un aumento del 4%.

Con todo, Fuster ha evitado desvelar el beneficio neto cosechado durante el periodo al darlo a conocer en la junta de accionistas que tiene lugar a finales de año. A pesar de ello, sí ha concretado que se incrementará en torno a un 50% respecto a los 8 millones de euros obtenidos en el anterior ejercicio, por lo que todo apunta que rondará los 12 millones de euros.

Entre los motivos que explican la buena marcha del negocio, ha esgrimido el consejero delegado de la histórica firma, destaca la apuesta por el valor, por los productos premium. «Hemos seguido esa senda y ha dado sus frutos, sumado a una estrategia de control de los costes», ha desgranado durante su explicación.

La propietaria de marcas como Viña Pomal, Scala Dei o Raimat comercializa al año más de 57 millones de botellas en más de 60 países. Entrando en detalle en los datos por regiones, se desprende que el mercado español ha registrado un incremento en sus ventas del 5,5% y ha evolucionado en positivo en el canal hostelería y alimentación, en los cuales ha registrado incrementos del 5% y el 6%, respectivamente.

Por su parte, el negocio digital se ha incrementado un 15% y el negocio de enoturismo ha crecido un 10%, mientras que los eventos que se han celebrado en la bodega Codorníu han registrado un incremento del 11% en facturación.

Bodega de Codorníu. Foto: Codorníu.
Bodega de Codorníu. Foto: Codorníu.

En este contexto, ha descartado aplicar ajustes en la plantilla en la línea de otras empresas del sector como Freixenet, que ha impulsado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) sobre 180 de sus trabajadores a raíz de la sequía. «Descartamos aplicar un ERE, no está en nuestros planes, nuestro objetivo es seguir creciendo», ha enfatizado Fuster.

Incertidumbre por la guerra comercial

Otro de los asuntos sobre los que ha puesto el foco el CEO de Codorníu ha sido el impacto de la guerra comercial impulsada por la administración estadounidense. «Vendemos en torno a un 9% en Estados Unidos, la mitad de las ventas proceden de nuestra bodega situada en Napa, que no está afectada al ser vino producido en Estados Unidos», ha profundizado para después puntualizar que el 5% restante de las importaciones proceden de Europa y Argentina.

Consecuentemente, los productos que la compañía fabrica en territorio comunitario están gravados con un arancel del 15%. «Hay un impacto del 15% que permanecerá en las ventas», ha reconocido y ha lamentado que lo que verdaderamente les ha afectado ha sido la incertidumbre más que el arancel en sí, puesto que otros países también imponen tarifas similares.

«Mientras las reglas estén claras, nos podemos adaptarlas y cambiarlas, pero las idas y venidas de los últimos seis meses han sido lo que más volatilidad ha introducido, ante la duda hay parálisis, ahora al menos sabemos que el arancel es del 15%», ha zanjado en relación con las negociaciones que ha mantenido la Unión Europa con el país presidido por Trump.

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