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Las Médulas y las viñas de Galicia emprenden su camino hacia la recuperación tras los incendios

Con el apoyo de CaixaBank, vecinos y viticultores trabajan juntos para que el verde vuelva a cubrir los paisajes arrasados por el fuego

Así se reconstruye la vida tras los incendios

El verano de 2025 quedará grabado en la memoria de los vecinos de las provincias de León y Ourense. Durante semanas, las llamas arrasaron montes, pastos y aldeas enteras, tiñendo completamente de gris el cielo. Lo que el fuego destruyó en días llevará años reconstruir.

Sin embargo, en medio de la devastación, ha nacido una ola de colaboración y esperanza. Ciudadanos, instituciones y empresas con fuerte arraigo en los territorios afectados, como es el caso de CaixaBank, han unido sus fuerzas para recuperar el paisaje y rescatar los viñedos centenarios que sobrevivieron al incendio. La prioridad ahora es regenerar los ecosistemas dañados y devolver la vida al entorno.

Lo cierto es que los incendios de este año han sido los peores registrados en Europa desde que existen datos. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, más de un millón de hectáreas ardieron en la Unión Europea, con España a la cabeza con 403.000 hectáreas.

Solo en dos semanas de agosto se registraron 20 grandes incendios forestales, de los cuales León y Ourense sufrieron los más devastadores. Se estima que el fuego calcinó alrededor del 15% de la superficie leonesa y un 7% de la gallega.

Entre ellos destacó el incendio de Laurouco, en la comarca de Valdeorras, un ejemplo extremo de los llamados fuegos de «sexta generación». Su potencia fue tan elevada que llegó a alterar las corrientes atmosféricas, generando vientos imprevisibles que multiplicaron su alcance y afectaron también a las provincias de Lugo y León. En total, cerca de 38.000 hectáreas quedaron arrasadas.

Incluso con el paisaje ennegrecido, hubo señales de resistencia. En Valdeorras, los viejos viñedos, guardianes centenarios de la tierra, resistieron parte del embate y se han convertido hoy en símbolo de la recuperación.

Las viñas que vencieron al fuego

Cuando las llamas arrasaron los montes de Valdeorras, muchos pensaron que nada sobreviviría. Sin embargo, entre el humo y las cenizas, las viñas demostraron una resistencia sorprendente, actuando como cortafuegos naturales, frenando el avance de frentes de fuego que alcanzaban varios metros de altura.

En esta comarca gallega, donde el incendio calcinó entre 15.000 y 16.000 hectáreas, los viñedos rompieron la continuidad del terreno seco y de los pinares inflamables, convirtiéndose en auténticos escudos.

Su eficacia no fue casual. Detrás de esa resistencia está el trabajo paciente de los viticultores. Aun así, no todos los viñedos corrieron la misma suerte. Muchos fueron devorados por el fuego, dejando tras de sí un paisaje desolador de cepas ennegrecidas y tierras calcinadas.

Viñedos en las zonas afectadas por los incendios

Para los viticultores de Valdeorras, recuperar esas viñas centenarias no es solo una cuestión económica, sino también emocional. Estas representan siglos de tradición y el alma de una tierra reconocida por sus vinos godello y mencía, amparados bajo una de las denominaciones de origen más antiguas de Galicia.

CaixaBank ayuda a la regeneración de los viñedos

Con el objetivo de apoyar a los productores y acelerar la regeneración del viñedo, la Denominación de Origen Valdeorras organizó un curso de poda de invierno centrado en la recuperación de plantas afectadas por el fuego.

La iniciativa, impulsada con el apoyo de CaixaBank a través de AgroBank, su línea especializada en el sector agroalimentario, fue dirigida por el ingeniero agrónomo y viticultor Julián Palacios Muruzábal, director de Viticultura Viva y referente nacional en poda sostenible.

Palacios ha señalado que la cepa tiene una notable capacidad de resistencia. Cuando el fuego se vuelve imparable, las viñas no pueden resistir, pero habitualmente la humedad que conservan en los meses más cálidos las protege como un escudo natural.

«La capacidad del viñedo para recuperarse con unas buenas prácticas de poda, tanto en invierno como en primavera, y con un acompañamiento al suelo de nutrición y apoyo, es grande y la recuperación puede ser más rápida de lo que a priori suponemos. En un par de años, podemos tener el viñedo en condiciones normales», ha explicado.

Otro de los aspectos en los que se profundizó durante el curso fue cómo evaluar los daños en distintos niveles, desde las viñas poco afectadas a aquellas que tienen una afectación extrema. Entre los indicios más alentadores están los brotes verdes que comienzan a asomar entre la madera carbonizada.

Ayuda vecinal

Los participantes, muy preocupados por el impacto del fuego en sus viñedos, buscaban aprender a tomar decisiones adecuadas para el manejo de las plantas y conocer los tratamientos o abonos más eficaces para fortalecerlas.

El ingeniero agrónomo Palacios, tras vivir una situación similar en primera persona, lo resume con una frase cargada de esperanza: «incluso tras el fuego, sigue habiendo vida bajo la tierra».

Así se recuperan Las Médulas, paisaje de Patrimonio de la Humanidad

Después de ser uno de los focos afectados, Las Médulas, enclave Patrimonio de la Humanidad, conocido por sus antiguas minas romanas y sus espectaculares castaños, ha vuelto a recibir visitantes, aunque con recorridos más cortos y controlados por motivos de seguridad.

Desde la Fundación Las Médulas han asegurado que el impacto ambiental ha sido menor de lo esperado y confían en una recuperación progresiva del entorno. Los primeros estudios elaborados por el Grupo de Asesoramiento ante Desastres y Emergencias (GADE) del CSIC han confirmado que el suelo presenta un nivel de degradación más bajo del previsto, lo que facilitará la regeneración natural del paraje.

En los peores momentos del incendio, decenas de vecinos, entidades sociales y grupos de voluntarios se movilizaron para ayudar a frenar las llamas, incluso poniendo en riesgo su vida. Dos de ellos fallecieron mientras trabajaban con maquinaria de desbroce en el incendio iniciado en Molezuelas de la Carballeda (Zamora), que se extendió hasta la provincia de León. Su valentía ha quedado grabada en la memoria colectiva.

El apoyo económico y social de CaixaBank

La recuperación de Las Médulas y de otras zonas afectadas avanza gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, empresas y ciudadanos. Desde el primer momento, CaixaBank activó una línea de apoyo para los damnificados y proporcionó material esencial, como mangueras y palas para abrir zanjas cortafuegos, además de coordinar el envío de agua embotellada a las áreas más necesitadas.

Las Médula en León

En las próximas semanas se llevarán a cabo nuevas jornadas de regeneración del terreno, que incluirán la reparación de pistas forestales dañadas durante la extinción y la plantación de semillas autóctonas para acelerar el rebrote vegetal.