Mecheros, lápices de colores y tablas de surf: los otros negocios de los Puig más allá del lujo

Los catorce primos de la familia Puig controlan un imperio empresarial con presencia en el mundo inmobiliario y en bolsa

Mecheros de la marca Clipper, fabricados por Flamasats. Khruner

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Cuando se habla de los Puig, el primer instinto es en pensar en Paco Rabanne, Carolina Herrera o en cualquier de las decenas de marcas de lujo que la saga familiar controla desde el grupo Puig. El imperio de la moda y la belleza lleva un par de años batiendo sus propios récords, mientras apuntala la salida a bolsa, algo que ha incrementado el patrimonio de sus propietarios en los últimos ejercicios.

Sin embargo, no toda la riqueza de los Puig procede del grupo perfumero. La familia de empresarios catalana tiene una basta y diversificada cartera de negocios, que va desde mecheros y lápices de colores hasta material deportivo, pasando por inversiones inmobiliarias y en bolsa. Cada rama de la familia gestiona sus inversiones desde diferentes sociedades de cartera: los Puig Guasch controlan el holding Cosilium, Manuel Puig Rocha gestiona sus negocios a través de Mavoer y los Puig Alsina con Valldan y Neuquen.

Aparte del grupo Puig, las marcas más conocidas que posee la familia originaria de Vilassar de Mar (Barcelona) son los mecheros Clipper y los lápices de colores Alpino, que fabrican y distribuyen desde la compañía Flamasats. En 2022, la empresa facturó 166 millones de euros, un 27% más que en 2021 después de subir los precios, y ganó 24,1 millones.

Más del 90% de la cifra de negocio procede de la comercialización de mecheros, que disparó las ventas en un 30% hasta los 149 millones de euros. El segmento de papelería, con marcas como Alpino o las ceras Manley y Dacs, ingresó 10 millones de euros.

Todo apunta a que la compañía ha seguido engordando sus ingresos este año, sobre todo teniendo en cuenta que en febrero compró una antigua fábrica de aerogeneradores de Siemens Gamesa en Aoiz (Navarra) que le permitió apuntalar su producción. Este centro se convirtió en la sexta fábrica de Clipper en todo el mundo.

Las distintas ramas familiares también comparten inversiones inmobiliarias a través de la compañía Inmo. Se trata de una sociedad de cartera que abarca seis filiales dedicadas a la posesión de activos inmobiliarios y mediante la cual gestiona su participación en Colonial, de la que posee un 7,5%.

La inmobiliaria facturó 9,5 millones de euros en 2022 a través del alquiler de edificios y recibió un dividendo procedente de la inmobiliaria dirigida por Pere Viñolas de 3 millones de euros, algo que impulsó sus beneficios hasta los 10 millones de euros. Los Puig se repartieron un dividendo de 4,5 millones de euros en el pasado ejercicio procedentes de dicha corporación.

Piscinas y cargadores de coches eléctricos

Colonial no es la única cotizada en la que tienen presencia los Puig. Manuel Puig Rocha posee un 7% de Fluidra a través de Maveor, algo que le otorga una silla en el consejo de administración, a la par que los Puig Guasch tienen un 6,1% de las acciones de Wallbox, una empresa en la que reforzaros su presencia en verano tras una ampliación de capital.

En este sentido, no todas las inversiones familiares se hacen de forma conjunta, sino que las distintas ramas de la saga también tienen empresas individuales. Apasionados de los deportes acuáticos, Marc Puig, presidente de Puig y sus hermanos Mariano, Daniel y Antonio son los propietarios de Jorcani, una distribuidora de material deportivo que posee marcas como Starboard, Tahe Outdoors, Surftech y Soöruz. Hasta 2020, también vendían productos para deportes de montaña.

Marc Puig, presidente de perfumerías Puig. IEF

A diferencia de las otras corporaciones de los Puig, esta empresa con sede en la avenida Diagonal de Barcelona no marcha tan bien. Según las cuentas de 2022, facturó 7,3 millones de euros, un 10% menos que en el ejercicio anterior. El bajón en los ingresos y una disminución del valor de sus existencias llevó a Jorcani a perder 231.534 euros, pese a ganar 254.079 en 2021.

Por su parte, Oriol y Jordi Puig Alsina son los propietarios de Luppa Solutions, una consultora dedicada a la prestación de servicios de márquetin promocional. Según las cuentas de 2021, la empresa salió de perdidas ese año y ganó 61.740 euros, después de incrementar la facturación hasta los 8 millones de euros. Marcado por la pandemia, en 2020 la corporación perdió 567.470 euros.

Los protectores solares de Isdin

Por último, y en este caso más vinculado con la belleza, los Puig comporten a partes iguales con los Esteve el capital de los laboratorios dermatológico Isdin. Durante el pasado ejercicio, la empresa especializada en protectores solares facturó 435 millones de euros, lo que le permitió disparar sus beneficios en un 41,6% hasta los 51,7 millones de euros.

Los productos de Isdin se venden, básicamente, en Sephora y Druni, pero la empresa se está preparando para abrir un centro ubicado en el paseo de Gracia de Barcelona, la calle más cara de España y cuna de las principales marcas de lujo internacionales. El establecimiento se presenta como un “espacio experiencial” en el que se contará con la colaboración de farmacéuticos y dermatólogos.

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