Los accionistas de la sicav de Josef Ajram huyen de las pérdidas

Ajram Capital pierde una quinta parte de sus accionistas durante los últimos nueve meses

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La sicav de Josef Ajram ha sufrido la salida del 21% de sus accionistas durante los últimos nueve meses, pasando de 826 a 655 inversores. La fuga coincide con los resultados que Ajram Capital registró durante 2017, cuando el brazo inversor del popular corredor de bolsa perdió el 10,9% de rentabilidad.

Ajram relativiza sobre lo sucedido y señala otro aspecto que a su parecer ha motivado este comportamiento: el cambio hacia una estrategia más conservadora, que ha provocado que muchos de los accionistas «se han pasado a otros productos del grupo Link Securities (sociedad de valores que gestiona la sicav)”, con operaciones más dinámicas y no tan pegadas al IBEX.

Otros, en cambio, se preguntan cómo es posible un resultado negativo precisamente con una cartera tan expuesta al selectivo español, que cerró con una rentabilidad del 7,40% durante el mismo ejercicio. 

El famoso broker añade otra derivada al problema: la incertidumbre en los mercados. Como ejemplos, cita a la crisis independentista o las debacles bursátiles que ha vivido recientemente Wall Street. «Esto provoca que la gente prefiera invertir en activos más seguros, como la vivienda», explica a Economía Digital

Por ello, ahora se apoya principalmente en el sector inmobiliario (Renta Corporación), donde destina casi la quinta parte de su cartera. El resto de posiciones alcistas las reparte entre el ocio (Codere) y el textil (Inditex), principalmente, mientras deja de lado el financiero (hace sólo tres meses tenía posiciones en Banc Sabadell, el Santander y Bankia).

El balance es ligeramente positivo en lo que va de año. Al arranque de enero, el mejor de los mercados desde 2011, en el que se anotó una subida del 4,17%, le siguió un febrero en el que volvió a retroceder el 3,27%. 

Primer año, la cara; segundo, la cruz

El nacimiento de la sicav de Josef Ajram llegó con resultados muy positivos. El primer año de su funcionamiento, 2016, se anotó una rentabilidad del 9,32%, a pesar de empezar a operar en mayo. En el siguiente ejercicio, no obstante, el resultado fue diametralmente opuesto, hasta quedar con el saldo agregado de ambos en negativo (-2,69%).  

El descalabro fue tal, que el pasado 22 de junio los gestores de Ajram Capital quisieron calmar los ánimos a través de un comunicado, donde explicaron que los malos resultados se debían principalmente a dos motivos. El primero fue la caída de Abengoa, que contagió “sin motivo técnico ni fundamental” a una serie de pequeñas empresas de baja capitalización (smallcaps) en las que tenía participación.

El segundo motivo, añadieron, fue el efecto Pescanova, que llegó a desplomarse en su regreso a bolsa hasta el 95%, y el de Banco Popular –aunque él mismo desmintió más tarde que se quedaran pillados–, entidad liquidada que terminó vendiéndose por un euro a Banco Santander. Todo ello provocó que el organismo de control sugiriera reducir muchas posiciones hasta un límite del 2% de la cartera y, por tanto, «nos obligó a vender a precios no deseados».

Cristian Reche

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