Debilidades de una bendición llamada Caixabank

El banco presenta unos buenos resultados en un clima de optimismo desaforado, pero su horizonte no está limpio de amenazas y retos

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¿Es una bendición que exista Caixabank? Para Gonzalo Gortázar, su consejero delegado, claramente sí. Así lo expresó sin pudor este jueves, en la presentación de resultados del banco, al hablar sobre su papel durante la crisis. Lo que seguro que fue una bendición para la entidad fue 2016, año en el que, en un entorno negativo por los tipos cero, ganó un 28% más y superó los 1.000 millones de beneficio.  

EL AMBIENTE era de optimismo en la sede de Caixabank minutos antes de iniciarse la presentación de los resultados. Los números eran buenos y lo sabían. Era el debut de Jordi Gual como presidente, y el primer año en más de una década sin Isidro Fainé. Tranquilo y amable, Gual se presentó y respondió deportivamente a todas las preguntas de la prensa. No tuvo miedo de los corrillos.  

EN POSITIVO. Ya en la sala de prensa, Gual y Gortázar destacaron las claves del crecimiento: la actividad comercial, la fortaleza del balance y la mejora sostenida de los resultados. Caixabank es líder en España con una penetración entre particulares del 29,5%. Crecieron en nóminas, fondos de inversión, planes de pensiones, seguros y créditos. De hecho, por primera vez en la crisis, creció la cartera neta de crédito sano.  

BENDICIÓN. El consejero delegado se dejó llevar por este clima positivo para afirmar que «es una bendición que haya existido una entidad como Caixabank durante la crisis». Lo dijo para resaltar su labor social, en un momento en el que los bancos están en el ojo del huracán por las cláusulas suelo, la última polémica que ha tenido el sector. Antes fueron los desahucios, las preferentes, las ayudas públicas, la falta de crédito…  

¿Cómo justificó Gortázar la bendición? Por la labor de la entidad en los últimos años. Por ejemplo, resaltó que ha admitido más de 22.000 daciones en pago y ha cedido más de 3.000 viviendas al fondo social. «Más que nadie», aseguró. También reivindicó que Caixabank ha sufrido la crisis: ha tenido un coste para la entidad de 4.500 millones, entre la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos, Sareb y la devolución de las ayudas a Banca Cívica.  

A MEDIO CAMINO del plan estratégico 2015-2018, las perspectivas del banco son muy buenas. Ya ha hecho prácticamente todo el ajuste de costes previsto para estos años (437 millones de euros de 450 previstos) y los indicadores señalan que sólo puede mejorar. Los tipos de interés difícilmente serán más desfavorables que ahora, por lo que el futuro pinta bien. Pero no todo es de color de rosa en el horizonte de Caixabank.  

EN LAS CLAUSULAS SUELO, Gortázar se marcó un punto al anunciar que hace una semana que iniciaron el procedimiento extrajudicial para reclamar el dinero. Pero a medida que se acumulaban las preguntas sobre el tema, las dudas crecían. ¿Qué se devolverá? ¿En qué casos? El banco asegura que devolverá todas las que no eran transparentes y calcula que es la mitad de las que tiene: 625 millones de euros sobre 1.250 millones. Pero no aclaró cómo ha hecho el cálculo, ya que muchas fueron comercializadas por bancos comprados por Caixabank. «Si la estimación es correcta, no tendremos coste adicional», dijo Gortázar. Pero si no es así… Gual quiso finiquitar el debate: «Devolveremos el 100% de los casos con poca transparencia».  

EN LO DIGITAL Caixabank no es el líder que es en la calle, con una oficina en cada esquina. Hay actores mucho más populares entre los cobijados millenial que han entrado de lleno en el sector financiero, como Apple o Facebook. ¿Cómo les combaten? «Tenemos que aprovechar nuestras ventajas competitivas: solidez, marca, valor añadido, multicanal», explicó Gortázar, aparentemente animado por «un futuro que se hace más complicado, pero también más divertido, y nos enseña a todos que las cosas hay que hacerlas de manera distinta». Gual ahí fue el poli malo, pidiendo que los nuevos actores, las fintech, se equiparen en regulación a los bancos tradicionales.  

IMAGINBANK es la apuesta de Caixabank para cazar a los millenial, pero su primer año no ha sido para tirar cohetes. Gortázar se mostró dubitativo cuando se le pidió valorarlo, por lo que no convenció: «Hemos tenido un primer año de mucho trabajo, mucho aprendizaje», aseguró, para terminar hablando de «un éxito notable». Dicho éxito son 90.000 altas de clientes. El objetivo para los dos primeros años eran 500.000, y a medio camino, no llevan ni una quinta parte. Pese a ello, el objetivo no se altera: «Lo mantenemos porque creemos que hemos sentado las bases para  conseguirlo».

Xavier Alegret

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