… y el IESE apuesta por el pesimismo

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La escuela de negocios IESE cree que la economía española puede entrar en una profunda fase de estancamiento, con un «crecimiento débil o muy débil», por haber retirado los estímulos fiscales demasiado pronto, como consta en los presupuestos del 2010. Así lo asegura en su último número de “Comentarios de Coyuntura Económica”. 

El IESE compara la actual crisis económica de España con la de Japón en 1991, que abocó al país nipón a una larga fase de parálisis que los analistas denominaron «recuperación en L» porque la economía no acaba de crecer sin superar el 1 por ciento anual durante largos años.
 
Entre las similitudes que destaca el informe se encuentra el hecho de que el origen sea una burbuja inmobiliaria de considerables dimensiones. En ambos casos los mercados de valores subieron alrededor del 100% en un período de tres años y ambos mercados de renta variable perdieron buena parte de su valor en muy poco tiempo, como consecuencia del desplome en el valor de los inmuebles.
 
El informe compara asimismo la quiebra de las sociedades de crédito hipotecario Juusen en Japón, que el Gobierno tuvo que liquidar tras inyectar 6,6 trillones de yenes, a, salvando las distancias, los actuales problemas que soportan las cajas de ahorro españolas, muy expuestas al sector del «ladrillo».
 
En 1997, cinco años después de que estallara la crisis en Japón, el gobierno suprimió las ayudas fiscales, lo que provocó «la recesión más profunda registrada en el país asiático desde el final de la Segunda Guerra Mundial», según los autores de este trabajo, algo que para la mayoría de economistas se hizo demasiado pronto.
 
«Las lecciones de Japón nos hacen pensar que la economía española se enfrenta a un riesgo evidente de entrar en una fase prolongada de crecimiento débil», advierte el informe.
 
Los autores mantienen que, «como España ahora, en 1997 Japón tenía un sector financiero maltrecho, una deuda pública disparada y había empezado una deflación que duraría más de una década».
Estos diez años son conocidos en términos de macroeconomía como la «década perdida japonesa» y configuran un mal precedente de lo que le puede ocurrir a la economía española, «sobre todo si la política monetaria cambia de signo» o, lo que es lo mismo, si los tipos de interés suben en Europa en algún momento, añade.
 
El caso español es más grave, señala, porque el sistema japonés, más proteccionista, perdió menos puestos de trabajo que España en la actual crisis.
 
Pero la economía española sólo genera empleo neto con un crecimiento del PIB por encima del 3%, tasas que serían inalcanzables si España se quedase atrapada, como Japón, en su propia «década perdida».

Economía Digital

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