Las autopistas gallegas generan más de la mitad de los ingresos de Itínere

Audasa y Autoestradas de Galicia aportan el 52% de la cifra de negocios de la compañía, que fue de 263,8 millones el pasado año

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Itínere, la compañía de gestión de infraestructuras liderada por Citi y que cuenta en su accionariado a Sacyr y a varios bancos, entre ellos la actual Abanca, cerró el pasado ejercicio con una cifra de negocio de 263,8 millones de euros, según su memoria consolidada remitida al Registro Mercantil. La cifra es un 4,5% inferior a la conseguida un año antes. La gran parte de la facturación procede de la recaudación efectuada en las autopistas de peaje que gestiona.

Del total de sociedades que conforman el grupo, las dos situadas en Galicia, Audasa, que gestiona la concesión de la AP-9 y Autoestradas de Galicia que lleva los viales AP-57 entre Puxeiros y Val Miñor y AP-53 que une A Coruña y Carballo, aportaron el 52% de la facturación del grupo.

Facturación procedente del peaje

La primera aportó el año pasado unos ingresos por valor de 125,2 millones de euros, siendo la filial que más cifra de negocio generó para el grupo, mientras que la segunda se quedó en 13,4 millones de euros. Y eso a pesar de la caída en los márgenes de usuarios de las autopistas de pago, que la compañía ha ido compensando con progresivas subidas en el precio de los cánones establecidos a los usuarios por circular por sus viales.

Audasa, según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cerró el año pasado con un beneficio de 29,3 millones de euros, ligeramente inferiores a los 30,9 millones de euros declarados un año antes. Gestiona cerca de 220 kilómetros que unen Ferrol con Tui y el fin de su concesión está establecido en 2048. Itínere destaca que la Autopista del Atlántico se financia íntegramente mediante la emisión de obligaciones fiscalmente bonificadas dirigidas mayoritariamente al mercado minorista. El pasado marzo, por ejemplo, decidió emitir obligaciones por una valor nominal de 195,8 millones ampliables hasta los 400 para financiar la ampliación que acomete de la AP-9 a su paso por Santiago y en el puente de Rande.

Por su parte, Autoestradas de Galicia suma algo más de 55 kilómetros entre los dos viales que explota. La concesión le fue otorgada en 1997 y finaliza en 2046.

Los ‘problemas’ del grupo

El resto de autopistas que gestiona Itínere en la Península arrojan una facturación mucho menor que los viales gallegos y, en especial, la AP-9, que a pesar de todo perdió 7.000 usuarios diarios desde los comienzos de la crisis. AP-1 Europistas, que gestiona la autopista de peajes entre Burgos y Armiñón aportó 66,4 millones a la cifra de negocio del grupo mientras que Aucalsa, la AP- 66 que une León y Campomanes cerró 2013 con una facturación de 34,3 millones. Audenasa, Autopistas de Navarra, acabó el pasado ejercicio con una cifra de negocio de 18,3 millones.

A pesar del impulso de facturación que las autopistas gallegas dan al grupo, Itínere se encuentra en una situación comprometida. Sus cuentas de 2013 arrojan una pérdida neta atribuida de 76,6 millones de euros, aunque eso sí, recorta un 80% los números rojos contabilizados durante el ejercicio anterior. En junio, su junta de accionistas aprobó lanzar una emisión de obligaciones subordinadas por importe de 55 millones de euros para atender los gastos de desinversión de las actividades que posee en Chile. Además, la mayoría de los accionistas de la compañía, en la que la antigua Novagalicia posee un 23,8%, apuestan por su venta.

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