Megasa respira: Europa responde a Trump e impone aranceles al acero

La UE establece aranceles definitivos del 25% a productos de acero de terceros tras subir EE UU los suyos

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Megasa, Celsa Atlantic y todas las empresas siderúrgicas nucleadas en torno a la patronal Unesid respiran desde este lunes más aliviadas. Estados Unidos no es el principal destino de la producción de la siderurgia española, pero el anuncio de Donald Trump, en marzo del año pasado, de establecer barreras arancelarias a la entrada de acero en Estados Unidos sembró de incógnitas el futuro del sector en Europa. Ahora, la UE da la cara y responde al desafío norteamericano.

La Comisión Europea ha notificado a la Organización Mundial del Comercio (OCM) la intención del bloque de imponer aranceles definitivos del 25% a las importaciones de 26 categorías de productos de acero de terceros países, cuando superen un tope determinado, para salvaguardar a los productores europeos y frenar el desvío de exportaciones de acero al mercado europeo a raíz del arancel del 25% al acero impuesto por la Administración estadounidense de Donald Trump.

Inundar Europa de importaciones

El Ejecutivo comunitario ha propuesto imponer aranceles definitivos del 25% a 26 categorías de productos de acero para sustituir a las medidas provisionales que se aplican desde julio. Bruselas justifica la adopción de aranceles definitivos tras concluir en una investigación que inició en marzo en respuesta a la decisión de Washington de imponer un arancel del 25% al acero que las importaciones al mercado europeo han aumentado de forma significativa y espera que sigan aumentando.

Alega la Unión Europea que la situación en el mercado del acero europeo se ha visto «agravada» por el desvío de las exportaciones tras el arancel restrictivo de EEUU tras recordar que la industria europea no se ha recuperado todavía «plenamente» de la crisis del acero mundial e insiste en que si siguen aumentando las importaciones al mercado europeo habrá una presión a la baja de precios.

El Ejecutivo comunitario ha aclarado que su propuesta introduce «algunas variaciones» respecto a las medidas provisionales en vigor, que sólo pueden aplicarse 200 días como máximo, a fin de «preservar los flujos comerciales tradicionales» como, por ejemplo, el hecho que los principales países proveedores será sometidos a topes de contingencia individuales, basados en sus propias importaciones históricas».

Último intento negociador

La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, se reunirá este martes en Washington con el representante de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, para «avanzar» en la agenda comercial acordada entre el presidente Trump y el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el pasado julio para tratar de frenar la guerra comercial por los aranceles al acero y aluminio de EEUU y las medidas de respuesta adoptadas por la UE. Mantendrá discusiones trilaterales el miércoles con EEUU y Japón sobre «distorsiones» comerciales, según ha anunciado este lunes el Ejecutivo comunitario.

Juncker y Trump han subrayado su deseo de «resolver» la disputa por los aranceles al acero y se comprometieron a trabajar «hacia aranceles cero» y para aumentar el comercio en servicios, químicos, farmacéuticos, productos médicos y de soja, entre otros. Pero esas son las promesas. Los hechos, primero por parte de la administración norteamericana, y ahora de la mano de la Unión Europea, se empeñan en decir lo contrario.

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