«Es una estafa, nos pusieron entre la espada y la pared», dicen los empresarios gallegos atrapados en Novagalicia por el FROB

El asesor jurídico de NCG, ahora también de Abanca, asegura en el juicio por la "operación acordeón" que de las gestiones de captación de inversores se encargaba personalmente José María Castellano

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Las gestiones para la captación de un grupo de inversores gallegos con el fin de conformar un núcleo duro en la extinta Novagalicia, ahora Abanca, las llevó a cabo directamente José María Castellano, el expresidente de la entidad entonces nacionalizada. Así lo ha asegurado hasta en tres ocasiones este martes el actual responsable de la asesoría jurídica de Abanca, José Eduardo Álvarez Naveiro, en el arranque de la primera sesión del juicio por la operación acordeón que llevó a cabo el Fondo de Reestructuración Ordenada de la Banca (FROB), que dejó la participación de las empresas gallegas reducida a cero.

Durante su testimonio en el Juzgado de Primera Instancia número cinco de A Coruña, Álvarez Naveiro, que también era responsable jurídico de Novagalicia en el momento en que sucedieron los hechos, explicó que en la entidad se había creado una oficina para llevar a cabo la captación de inversores, pero reiteró en varias ocasiones en que «las negociaciones las llevaba directamente y de forma personal José María Castellano».

A preguntas del representante jurídico del FROB, Álvarez Naveiro ha asegurado que, del grupo de inversores atrapados finalmente en la operación acordeón, hubo algunos que solicitaron información y otros que no lo hicieron. El grupo de empresarios gallegos perdió 70 millones de euros con el «achatarramiento» del capital de Novagalicia.

«Confiamos en el Banco de España»

Durante la declaración de José María Rivera, responsable de Estrella Galicia, una de las empresas que invirtieron en NCG, el foco de atención se centró en el Banco de España. Rivera aseguró que invirtieron en el proyecto por la confianza que les daba el hecho de que el banco hubiera sido saneado previamente, como les aseguraba el Banco de España, y las auditorías presentadas al respecto.

Otros empresarios que prestaron declaración en la primera sesión del juicio, como codemandantes, fueron Roberto Díaz Rincón, presidente de Invertaresa, y Jesús Alonso, presidente y fundador de la conservera Jealsa.

Díaz Rincón, explícito

Especialmente duro se mostró el Roberto Díaz Rincón, que se integró en el proyecto a través de Inversiones Gallegas del Cable. El empresario ha asegurado que no se pudo negociar nada con NCG, «fue un contrato casi de adhesión, estábamos un poco entre la espada y la pared», explicó. Si no invertías, quedabas de traidor a Galicia, vino a señalar. Gráficamente, aseguró que «se nos ha vendido un coche y pasados dos meses nos dicen que está embargado y que no es nuestro. Es una estafa».

En su conjunto, los empresarios destinaron 70 millones de euros para conformar un núcleo estable en NCG, cuando ya había afrontado un primer saneamiento, al que siguió otro más. La tesis de los demandantes, que ya defendieron durante las vistas previas en julio, se basa en que «fueron engañados», puesto que no se les informó de la valoración del banco, que «en realidad estaba en quiebra» y necesitaba otros más de 5.000 millones del FROB.

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