Castells, González y la mutua

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Han pasado ya unos cuantos días, si la memoria no me falla sucedió el pasado viernes, desde que la Dirección General de Seguros decidió intervenir la Agrupació Mútua y cesar a todo su consejo de administración, nombrando en su lugar a dos administradores –Jacint Boixasa y Sergio Gago- y con posterioridad un tercero, Pere Galí, encargado éste de dirigir el plan de desinversiones de la entidad.

Y en todos estos días aún no he encontrado una explicación satisfactoria a varias cuestiones. Por ejemplo, al papelón que Seguros le ha hecho jugar al departamento de Economía de la Generalitat de Catalunya. ¿Cómo es posible, si no, que en apenas un mes la administración autonómica pasara de tener un papel relevante y dar el visto bueno a la configuración de un nuevo equipo rector al frente de la Agrupació Mútua, con el nombramiento de Josep González, presiente de Pimec, como nuevo presidente de la mutua, y de Martí Parellada, el candidato de Castells, como vicepresidente, a ver como estos dos hombres eran repentinamente cesados por el organismo dependiente del Ministerio de Economía?

Una conclusión necesaria, al menos, que habría que sacar es que las dos administraciones, como poco, no han trabajado coordinadamente. Y si no lo han hecho así… ¿ha sido por un problema de falta de comunicación o ha habido algo más, como, por ejemplo, alguna voluntad de dejar bien claro quién manda?

Hay otros temas que llaman poderosamente la atención. No pasa nada, es un signo de normalidad democrática, pero no deja de ser curioso que la persona elegida por la dirección general del ministerio que dirige Elena Salgado para pilotar las desinversiones de la entidad aseguradora haya sido Pere Galí, quien fuera el número 2 de la conselleria de Economía del último gobierno autonómico de CiU, dirigida entonces por Francesc Homs.

Tanto Boixasa como Galí habían participado de alguna u otra manera en la elaboración de planes estratégicos para la Agrupació. Boixasa, de hecho, estaba colaborando, si no estoy equivocado, con los nuevos gestores encabezados por González, que sustituyó en la presidencia al nefasto Félix Millet, quién tuvo que presentar su dimisión, a su pesar, tras saberse lo que ha sabido de su gestión en el Palau de la Música. ¿Contaba, pues, González, con el apoyo de la Dirección General de Seguros para desarrollar su trabajo? ¿Si no es así, por qué no se le manifestó antes de que asumiera la presidencia?

Me gustaría tener respuestas a estas preguntas. No sé si son o no relevantes para el futuro de esta entidad aseguradora que tiene 380.000 clientes y maneja un patrimonio de 650 millones de euros, pero creo que están faltando opiniones autorizadas de algunos responsables políticos.

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