Ciudadanos, en tierra de nadie
La idea de regenerar la política española sobre la base de crear las condiciones para atajar la corrupción, impulsar la reforma del Senado, dar impulso a la economía productiva y hacerlo desde una concepción liberal, sigue siendo válida. Pero la pregunta que debemos hacerle a Ciudadanos es saber por qué renuncia a dicho planteamiento en favor de hacer posible la gobernabilidad.
Una decisión que sitúa a Rivera y a los suyos en tierra de nadie y provoca en sus electores la duda sobre el valor útil de votar al partido. ¿Por qué partidos centrados en unos objetivos claros, los pierden en aras de un sacrificio que sólo beneficiará al PP?
¿Tiene sentido levantar el veto a Rajoy sin condicionantes, sin concretar ninguna de sus peticiones para la regeneración de España? ¿Qué planteamiento político resulta cuando la única opción que se baraja es que no queda otro remedio que apoyar al partido más votado?
Los 32 escaños de Ciudadanos, al margen de establecer si son capaces de impulsar una coalición de gobierno o si se plantea una táctica abstención, debería servir para moderar al PP. Debería dejar claro que tienen una agenda propia a la que no quieren renunciar. Estas cuestiones, a medida que nos acercamos a la hora de la verdad, parecen quedar en suspenso, flotando, sin concretar ni plantear exigencias, de manera clara y directa.
Si Ciudadanos no establece con claridad sus posiciones, el peligro que corren es convertirse en muletas del PP. Dentro de dos años, nadie valorará ya el acto de responsabilidad de Rivera para renunciar a su proyecto de país, en favor del proyecto de otro partido. Nadie reconocerá su esfuerzo y las hemerotecas certificarán el sacrificio.
La legislatura que debía ser el sorpasso al bipartidismo se habrá convertido en la legislatura de la supervivencia gracias al sacrificio de aquellos partidos que pretendían impulsar el cambio. Se dice que los políticos son reos de sus palabras cuando deberían serlo de sus ideales.
Se puede matizar, corregir y modificar una declaración, pero no se puede eliminar un programa electoral. Por esta razón, Ciudadanos debe entender que esta opción política basada en dar la oportunidad para la gobernabilidad del PP, sin visualizar ninguna de sus exigencias, implica quedarse en tierra de nadie.
Ciudadanos quedará desnudo, como en esa famosa campaña en la que Rivera se mostraba a los electores.