De J. Mª. Pujol y la Palmada

Oradores hablaron de que "això és una guerra sense bombes", refiriéndose al papel de la banca en la crisis

No dejo de darle vueltas a algunas de las cosas que se dijeron la semana pasada en la “Crida del metall”. De cómo algunos oradores hablaron de “estado de sitio”, de que “això és una guerra sense bombes”, refiriéndose al papel de la banca en la crisis, lo que me parece excesivo, pero… en fin, como se dice ahora, es lo que hay. Así será, o casi, si así se sienten. 

También al discurso de Josep Mª Pujol, presidente y fundador de Ficosa, una de las grandes empresas de este país, dedicada a la fabricación de componentes de automoción y por tanto, deduzco, que hoy metida en problemas. Me llamó la atención su insistencia en los valores, en cómo en la ausencia de éstos había que buscar causas de esta crisis, y en la serie que hizo de los escándalos que hemos vivido, cada vez mayores, sucediéndose cada vez con más frecuencia, desde Enron (hace apenas 6 años y poco más), Parmalat… al último de Madoff. De su incredulidad, o impotencia, sobre cómo Mittal había conseguido amortizar la compra de Arcelor en 2 años. 

He visto con alegría que José García-Montalvo ha publicado un post bastante directo y sin ambages sobre los hechos del viernes pasado con motivo de la inauguración del campus 22@ de la UPF, cuando un grupo de estudiantes, o no, boicoteó el acto e intentó agredir al rector Josep Joan Moreso y al grupo de autoridades (Montilla, Hereu, Huguet y Rubiralta) que allí estaban. ¡Qué muestra de autoritarismo, por parte de los que presuntamente se definen precisamente en sentido contrario! ¡Qué muestra de sinrazón, por si no fuera poco con escuchar sus argumentos apriorísticos y llenos de vaguedades y prejuicios! En fin, no creo que valga la pena extendernos más sobre esos violentos gamberros. Por cierto… ¿alguien ha oído alguna declaración sobre esos graves hechos por parte de Blanca Palmada, la teórica Comisionada de Universidades? Si es así, que me lo diga, por favor. Si no es así, qué gran ocasión para un cese contundente por parte de su jefe, el conseller Huguet.