Hacia un cambio de política económica
Hoy les voy a poner un acertijo. Podrían identificar al autor de las sentencias siguientes?
– Hay que subir el IVA para poder abaratar los costes laborales.
– No hay que bajar impuestos hasta no recuperar el equilibrio presupuestario básico, y rebajar el nivel de deuda pública.
– Hay que incrementar la recaudación fiscal.
– Hay que suprimir la mayoría de las excepciones y bonificaciones fiscales en el impuesto de Sociedades.
– Eliminar barreras regulatorias a fin de incrementar la competencia y generar ocupación; supresión de 2700 leyes que son un freno a la libertad empresarial.
– Apoyo a Pymes viables, con quitas, e introducir una especie de «fresh-start».
– Limitar los dividendos y los bonos bancarios y que los bancos asuman participaciones empresariales viables.
– Las deudas tributarias públicas (Hacienda y Seguridad Social) deberían ser reestructuradas como las de otros acreedores.
¿Lo adivinan? El FMI el pasado 27 de mayo.
En esta última semana también la Comisión Europea le ha leído la cartilla al Gobierno Español, y el BCE ha dado un golpe de autoridad profundo sobre el estado anémico de la economía europea (salvo en Alemania).
La Comisión le dice al Gobierno español que no ve margen para bajar impuestos, como habían adelantado el presidente español y su ministro de Hacienda, muy condicionados por los resultados electorales sufridos por el PP español en las recientes elecciones europeas.
Aunque se espera que España pueda cumplir con los objetivos de déficit en 2014, no lo tendrá nada fácil en 2015 y 2016, siendo, como es bien conocido, que nuestro país tiene una de las presiones fiscales más bajas de Europa (el 32% frente al 40%).
La Comisión también reclama subir el IVA de algunas actividades económicas y mejorar su rendimiento, a cambio de una disminución de las cotizaciones sociales, especialmente, a los salarios más bajos. Recomienda una limpieza profunda de las deducciones y exenciones del actual impuesto de sociedades para acercar el tipo real al nominal.
En esta ocasión, como subraya Claudi Pérez, corresponsal de El País en Bruselas, Barroso y Rehn, se mostraron más «amables» con España, a pesar de que «el déficit público de la Administración General del Estado no acaba de bajar, ni la Deuda Pública deja de subir, ni el paro acaba de caer desde las alturas».
Se nota el final de mandato de los Comisarios. Y, por otro lado, se hacen más evidentes los problemas de déficit y competitividad de Francia y de finanzas públicas y modernización de Italia. A pesar de que a la Comisión no le gusten los anuncios oportunistas de Rajoy no van a hacer nada más que advertir que hay que seguir con las Reformas y no dar por superada la crisis, aunque recomiendan una larga batería de recetas concretas.
Pero lo importante en Política Económica son las medidas que tienen impacto a corto plazo. Las que hacen cambiar o acelerar el ciclo económico. Y el único actor que tiene capacidad para hacer valer su fuerza es el BCE. Frente a los malos resultados del agregado de la eurozona en materia de inflación (por demasiado baja), y el poco crecimiento de las economías más afectadas por la política de austeridad (Felipe González la llama «austericidio»), el BCE no ha tenido más remedio que actuar.
Y como se le acusa de escuchar más a Berlín que a los países del Sur, esta vez, parece, que ha actuado con contundencia. Bajada del tipo de interés, tipos de depósito negativos y «manguerazo» de 400.000M€ para estimular selectivamente el crédito. Todo menos la compra de activos a la americana, al menos por el momento, para dar tiempo a ver el resultado del estímulo.
La opinión generalizada de los expertos es que Mario Draghi ha tardado demasiado en actuar. Una inflación del 0.7% en la eurozona está muy alejada del 2% que es el objetivo marcado, lo que nos ha llevado a zonas muy próximas a la deflación, con políticas que, ahora, casi todo el mundo ve que han sido equivocadas, o si me apuran, que han ido demasiado lejos.
Aquí, en España, vivimos en otro mundo. Hemos dejado de tener influencia en Bruselas y en Frankfurt, no tenemos ninguna posición clara que defender, y mientras, el Gobierno anuncia una bajada «sustancial» del IRPF de 7.000M€ entre 2015 y 2016, creyendo que, así, va a revertir el nivel de desafección que su política ha cosechado hasta ahora.
Anuncia todo lo contrario que tanto el FMI como, en menor medida, la Unión Europea , le recomiendan. Los americanos del FMI son más pragmáticos, aunque tanto la Directora General como el Economista jefe son de nacionalidad francesa, la experiencia se la han labrado en USA.
A los europeos, especialmente a los alemanes, les cuesta reconocer que su «libro» no es aplicable a una zona comercial mutualizada. Pero un banquero italiano ha dado un primer paso. La evidencia debe ser tan contundente que hasta el banco alemán ha consentido. Pero Europa necesita cambiar de política, no sólo la monetaria, ya que a largo plazo hay que hacer reformas de fondo, y no dejarse influir por la opinión pública.