La sentencia
La sentencia del Tribunal Constitucional que rechaza la tesis de que la Constitución prohíbe la amnistía implica que la ley de amnistía puede y debe ser aplicada. Sirva el caso de esta sentencia favorable a la ley para observar que el término “sentencia” ha ido perdiendo su significado y su capacidad de poner fin a un delito, una disputa o un conflicto.
La justicia dicta sentencias, pero el poder ejecutivo y legislativo está en condiciones de modificar o reinterpretar las resoluciones judiciales. Cada vez más, como consecuencia de la presión de la política y de la opinión pública, las sentencias judiciales se asemejan a las que una persona puede proferir para remarcar que tiene razón, enunciando algo que puede ser falso o verdadero.
Felipe González “sentenció” políticamente a Pedro Sánchez por plegarse a los intereses independentistas; Patxi López “sentenció” a Felipe González señalándole la puerta de salida del Partido Socialista Obrero Español; Carles Puigdemont “sentenció” que los jueces del Tribunal Supremo obedecen las órdenes de Felipe VI. El PSOE sostiene que la ley de amnistía ha sido útil para restablecer la convivencia en Cataluña, mientras que el PP considera que el Tribunal Constitucional “es un órgano político, no jurisdiccional”.
Para el independentismo político, la sentencia del Tribunal Constitucional es el último paso necesario para poder exigir e impulsar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Para el PSOE, en cambio, la aplicación de la ley de amnistía, culminada con el regreso de Carles Puigdemont, permitirá “pasar página” del referéndum ilegal del 1 de octubre.
Hoy el PP combate la ley de amnistía mientras intenta establecer puentes con Junts para abrir un nuevo ciclo político en España tras las próximas elecciones generales.
Hace siete años, tras aquel 1 de octubre, una sentencia favorable que concediera la amnistía a los principales protagonistas del independentismo habría sido probablemente rechazada por ellos mismos, pues no aceptaban el perdón del Estado.
Hoy, en cambio, la amnistía se celebra desde el independentismo, al entenderla como una victoria política arrancada al Estado. La misma sentencia cambia así su valor social y político en función de la coyuntura. Hoy el PP combate la ley de amnistía mientras intenta establecer puentes con Junts para abrir un nuevo ciclo político en España tras las próximas elecciones generales.
Lo más probable es que, en función del resultado electoral y de la necesidad de articular acuerdos con Junts per Catalunya, la posición de la derecha española sobre la amnistía se vaya matizando. A la vez, la pérdida de poder del PSOE podría dar mayor visibilidad a las voces críticas internas que ahora permanecen silenciadas.
La sentencia dictada por el Tribunal Constitucional permitirá comprobar si en Cataluña la amnistía abre la puerta a un referéndum de autodeterminación o, por el contrario, facilita cerrar la etapa del procés. Como podemos constatar, la sentencia – por ahora – no sentencia nada.