El alto coste de que el 60% de los catalanes sea favorable de restringir las libertades económicas individuales

Pensar que no tenemos ninguna culpa del devenir de nuestras vidas y que todo se debe a la mala suerte o al clima es la garantía de que nada va a ir bien nunca

Trenes de cercanías que no funcionan, obras del metro que se prolongan durante décadas, infraestructuras que jamás se inician por desacuerdos políticos, atascos eternos en autopistas y accesos a grandes ciudades, listas de espera de meses para acceder a la sanidad, miles de personas que fallecen sin llegar a cobrar una dependencia reconocida.

Todos los desastres citados suceden en Cataluña, también en otros lugares de España ¿Son las sociedades responsables de tener malos gobiernos, corruptos, incompetentes o todo a la vez? El Centre d’Estudis d’Opinió, el CIS catalán, ha publicado, hace poco más de una semana, un estudio, que ha pasado muy desapercibido, pero nos permite descubrir hasta qué punto la actitud de la sociedad es responsable de tener gobiernos llenos de gente incompetente, y nada exigente consigo misma.

El CEO nos devela que los catalanes de 2025 son un tipo de gente que hubiera apedreado a JKF cuando es su discurso de investidura dijo aquello de: “no te preguntes que puede hacer tu país por ti, si no tu por tu país”. Los catalanes de hoy en día creen que todo lo que les sucedes es culpa de los demás y que tiene derecho a que se lo den todo hecho y gratis.

El estudio refleja una sociedad amante del subsidio, con un poso de envidia, resentimiento hacia los que triunfan y que rechaza la meritocracia.          

Seguir cavando en el hoyo de su retroceso

A pesar de que las izquierdas gobiernan en Cataluña (ERC y el PSC) ininterrumpidamente desde 2015 y nos han metido con calzador el mensaje de que a más administración y más impuestos más derechos y más servicios, el 67% de los encuestados cree que la desigualdad económica ha crecido en la última década y otro 60% cree que seguirá creciendo en los próximos diez años. Lo más paradójico es que lejos de ser coherentes y tomar la decisión de cambiar de políticas, ante la constatación del fracaso del intervencionismo izquierdista, los catalanes se recetan a sí mismo seguir cavando en el hoyo de su retroceso.  

La convicción de la mayoría de que la solución a sus problemas es doblar la receta estatalista de izquierdas llega al externo que el 60% se declara favorable a restringir libertades económicas individuales si eso sirve para el bien común. En 2016 los Comunes (marca comunista en Cataluña) ganaron las elecciones generales en Cataluña y Ada Colau (también apoyada por los comunistas) fue alcaldesa por dos mandatos. No es anecdótico, los catalanes creen que quien les deja tirados en el tren o no les opera de cataratas en meses es la solución. Resulta inquietante.   

El amor por el colectivismo social está presente en toda la encuesta. Sin ir más lejos, el 54% está a favor de más impuestos y el dato más alucinante es que el 60% cree que la gente que está en situación de necesidad se debe a motivos ajenos a sí mismos. Pensar que no tenemos ninguna culpa del devenir de nuestras vidas y que todo se debe a la mala suerte o al clima es la garantía de que nada va a ir bien nunca.  

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