Sáhara Occidental, provincia española

En mi ciudad natal, cuando era un adolescente y estudiaba la extinta EGB en el Colegio Maristas de Vigo, en los libros de texto, concretamente los de geografía de España, figuraba como una provincia más El Sáhara, cuya capital era El Aiún. Para mí esta provincia no era ni remota ni lejana.

En las calles de mi ciudad, muchos vehículos (casi todos deportivos) llevaban la matrícula SH, y en TVE, en su programación de los finales de los años 60, emitían Por tierra, mar y aire, y la Legión y el Sáhara aprecían unidos. Además, en mi ciudad, cuya economía fundamental era la pesca y los astilleros, toda la flota de altura faenaba en el banco sahariano, siendo el pilar básico de la referida economía local, y el principal caladero donde nuestros pescadores y armadores desarrollaban su trabajo, teniendo como base el puerto saharaiu de Villa Cisneros.

Han pasado solamente 40 años desde que nuestro país decidió vender como una propiedad privada aquella querida y añorada provincia española a unos países extraños, Marruecos y Mauritania, y a sus habitantes se decidió tratarlos como el rebaño que se adjuntaba en el citado contrato de compraventa a través de los Acuerdos de Madrid. Así, se despreciaba el derecho de autodeterminación de los saharauis, las resoluciones vinculantes de organismos internacionales y a la opinión pública nacional.

Con Felipe González, Aznar, Zapatero y Rajoy , la política de claudicación en El Sáhara ha sido vergonzosa e indigna. España se convirtió en aliado de la monarquía teocrática medieval alauí, mediante inversiones (agricultura, industria, construcción, turismo,) y el financiamiento de los presupuestos marroquíes, abriendo la puerta a la emigración.

Lo más contraproducente es que todos los medios de comunicación españoles consideren a Marruecos un país ¿amigo? y democrático, y adalid en la lucha contra el terrorismo; cuando la cruda realidad demuestra que es una monarquía teocrática, corrupta, represora , dictatorial, y con presuntas complicidades con el tráfico de estupefacientes y el terrorismo de Estado.

Que España carezca de memoria histórica es una desgracia, aunque hay una ley aprobada por el Parlamento. Ahí está Sidi Ifni , la Marcha Verde, los muros de separación, las minas antipersona, los bancos de pesca, los fosfatos, el petróleo, la proximidad del archipiélago canario, Ceuta, Melilla, la sustitución de la lengua española por la francesa, la represión de la población ocupada por la intifada del 2010…

Y a todo ello se une el hecho de que sea una mujer saharaiu la que nos refresque la memoria a los españoles sobre el régimen marroquí, que se fundamenta en el derecho divino, en la represión y en la corrupción. Amineto Haidar, que así se llama, es un ejemplo ante el régimen tiránico marroquí y una senda a seguir en la lucha por los derechos humanos y civiles lejos del activismo virtual y subvencionado. Activista de la palabra y de la paz en un lugar del mundo donde se intenta exterminar a sus compatriotas, su postura de desobediencia civil pone ante la opinión pública mundial la ocupación ilegal de su patria, la vulneración del derecho internacional y el incumplimiento del referéndum consultivo.

Más tristeza y lástima nos tiene que dar la postura del PP y de su líder en relación con el tema saharaui: ni un apoyo a su pueblo. También podemos decir que el apoyo a la tiranía teocrática alauí es total por parte de la oposición socialista. Habrá que recordar al señor Rajoy y su corte de abogadas del Estado que el señor Fraga apoyó de una manera clara y contundente el referéndum de independencia de Timor Oriental, cuando con lágrimas en los ojos en un acto oficial, siendo presidente de la Xunta de Galicia, aseguró que «no permitiremos que masacren y asesinen nuestros hermanos de Timor».

La República Portuguesa, nuestro país hermano, tuvo una postura desde 1975 coherente y de Estado en defensa de su antigua colonia de Timor después de la invasión de Indonesia . El apoyo portugués fue fundamental para que Timor sea estado independiente , y en los momentos de olvido y más duros para los timorienses, el pueblo portugués y su diplomacia nunca abandonaron al Frente de Liberación de Timor, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia.

Terminamos ya. En este país se ha escondido una realidad, en el franquismo y durante la democracia, respecto a El Sáhara, como son los lobbies españoles que han apoyado su «marroquinidad» desde 1956, a cambio de jugosas cantidades económicas del reino aluí. Como ciudadano de este país, digo con voz fuerte y reiterativa que al pueblo saharaiu no lo olvidaremos ni lo abandonaremos jamás.

P.D. Mando mi felicitación y cariño a los miles de españoles que durante los últimos cuarenta años, cada verano, dan cariño y ayuda a los cientos de niños saharaius de los campamentos de Tinduf. Su comportamiento solidario y honesto representa la dignidad y la justicia de este país con nuestra querida provincia olvidada.

Manuel Meiriño es abogado