¿Sánchez votará a Podemos ? El tiempo de Errejón II 

La pasada semana hablaba del tiempo de Errejón para constatar que ha llegado el momento de gestionar un Podemos negociador y más moderador para generar escenarios de acuerdos políticos que incidan positivamente en sus electores. Esta semana, gracias el periodo Saturno que vive el PSOE, devorando a todos aquellos que no faciliten la investidura de Rajoy, apelando a la gobernabilidad de España, se acentúa, todavía más, que la línea que seguir de Podemos es la que marca Errejón.

Con un PSOE en la sala de autopsias, reproduciendo los errores del PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) que han dado la victoria a Syriza en Grecia y dominados por un liderazgo basado en la razón de estado de Richelieu, más que en generar una alternativa capaz de integrar, con las oportunas adaptaciones, el reto territorial y el reto social, muy probablemente la estrategia de Podemos será incorporar a los ángeles caídos del PSOE.

Hay dos bancos que hoy cotizan en la política española, con muchos depósitos hechos por los españoles. Por un lado, el banco del miedo que gestiona el PP y la derecha española y, por otro, el banco de la rabia o el dolor (como lo expresa Errejón) que gestiona la izquierda radical en Europa.

La inclinación de una parte del PSOE hacia el banco del miedo, tendiendo a administrar un miedo de baja graduación, tiene como consecuencia una ampliación del espacio de Podemos que, de forma natural, ocupará el de PSOE.

Para hacerlo, ya no necesita reclamar la calle y la movilización, sino tendrá que procurar ganarse nuevas confianzas que permitan atraer a los electores del PSOE, aquellos que nada quieren con la España que hoy representa Rajoy. Con la decisión de acabar con Pedro Sánchez también se acaba, en cierta medida, el efecto Pablo Iglesias, con sus continuas apelaciones para endurecer el lenguaje contra las élites.

La desaparición del PSOE, tras la razón de estado, plantea una oportunidad nítida para mostrar un nuevo bipartidismo que enfrente la España de Rajoy y González contra la España de las confluencias y Errejón. Un bipartidismo entre la visión Latinoamérica de Slim y la del populismo venezolano. Se trata, pues, de ver hasta qué punto Podemos sabe leer que, ahora más que nunca, sólo cabe la moderación y la capacidad de acuerdo. ¿Si Pedro Sánchez es finalmente apartado de su partido, Iglesias y Errejón ofrecerán, a él y a sus partidarios, unirse a Podemos para conseguir que el parlamento se divida en dos bloques políticos claros?