Puigdemont cumple dos años fugado: la intrahistoria de su huida

Algunos 'consellers' esperaron a Puigdemont en el Palau de la Generalitat el 30 de octubre de 2017, sin saber que ya se había fugado a Bruselas

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El domingo 29 de octubre de 2017, Carles Puigdemont tenía previsto acudir al partido entre el Girona y el Madrid en Montilivi. Así lo había entendido su círculo más cercano, pues el president –entonces recién cesado por el 155– lo había transmitido de esa forma en una reunión discreta en Vilaür (Girona) el día 28, cuando apenas habían transcurrido 24 horas desde la declaración unilateral de independencia que acabó con su Govern.

Lo del partido de Girona no pudo ser. Puigdemont quería ver a su equipo una última vez antes de fugarse a Bélgica, algo que planeaba hacer el lunes 30 de octubre después de una última reunión en el Palau de la Generalitat. Así lo había propuesto y acordado con todo el Govern destituido. Pero el domingo 29, un día antes, y sin iniciarse el partido del Girona, un experto en seguridad de su entorno lanza una advertencia que cambiará la ruta.

«President, si os queréis ir, lo tenéis que hacer hoy», le dice el experto en seguridad a Puigdemont, explicando que debido a la aplicación del 155 los Mossos d’Esquadra están ahora bajo el control del Ministerio del Interior, y que tienen orden de controlar todos sus movimientos. Esperar hasta el lunes para fugarse con sus compañeros del gobierno catalán no era una opción; podría ser ya demasiado tarde para evitar la detención.

No avisa a Jordi Turull y Raül Romeva del cambio de planes, pese a que con ellos había pactado escapar el lunes. Los exconsellers le esperarían en el Palau de la Generalitat, totalmente desconcertados tras leer en los medios de comunicación que el expresident ya estaba «exiliado» en Bélgica. Serían detenidos en breve, puestos en prisión preventiva y, casi dos años después, condenados a 12 años de cárcel por sedición y malversación.

Los entresijos de la huida de Puigdemont han sido recogidos en el libro Tota la veritat (Ara Llibres), una investigación a cargo de seis periodistas catalanes de diferentes medios sobre todo lo que aconteció alrededor del referéndum ilegal del 1-O. Firmas de Efe, Rac1, Nació Digital, Ara, eldiario.es y Vilaweb se han acreditado el contenido de la crónica, que llega a las librerías casi dos años después de la primera espantada del expresident.

Puigdemont pretendía actuar con normalidad tras el 155

Según la misma publicación, el sábado 28 de octubre de 2017 Puigdemont participó en una reunión secreta en Vilaür junto a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el también republicano Sergi Sabrià. Presentes estaban también el presidente del Pdecat, David Bonvehí; Agustó Alcoberro (ANC); Marcel Mauri y Jordi Bosch, de Òmnium Cultural; y el empresario Oriol Soler.

Ese día después de la DUI, Puigdemont expuso su punto de vista sobre cómo había que proceder a partir de ese momento. Su plan era que el Govern se presentase el siguiente lunes en el Palau de la Generalitat como si no hubiera pasado nada y como si el Ejecutivo central de Mariano Rajoy no hubiera destituido a todos los cargos de la Generalitat por la celebración del 1-O y por la declaración unilateral de independencia.

Antes de enterarse de que iban a por él, Puigdemont insistía en que el Govern cesado no debía ocultarse, sino actuar con naturalidad. Por eso el plan de ver al Girona contra el Madrid. Había que transmitir que el Govern seguía siendo «el legítimo» pese a la aplicación del 155. Ese día 28, antes de abandonar la reunión secreta, Puigdemont desvela a Rovira la posibilidad de «exiliarse» en Bélgica, donde «hay posibilidades».

Los demás exconsellers, salvo Oriol Junqueras y Carles Mundó, estaban ya en Vilafranca de Conflent, en Francia. Rovira se traslada allí para comentar lo acordado en la reunión en Girona y conversan sobre sus posibilidades de fugarse a otros países para evitar la detención. No todos lo ven claro, así que se asume que la decisión final sobre qué hará cada uno será individual. Turull y Romeva acuerdan ir a Bélgica con Puigdemont.

La idea era celebrar un consejo extraordinario «en el exilio» del Govern en Bruselas el martes 30 de octubre de 2017. También estaba prevista una rueda de prensa. Pero lo dicho: Puigdemont no informó a los exconsellers de que tuvo que adelantar su huida, y ellos le esperaron en el Palau de la Generalitat. Otros exconsejeros siguieron sus pasos. Aunque no todos se fugaron a Bruselas.

Ahora, tras el juicio en el Tribunal Supremo por el caso del 1-O, y la posterior sentencia condenatoria a los líderes independentistas procesados, el magistrado Pablo Llarena ha activado una nueva euroorden contra Puigdemont.

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