El Gobierno avisa a Nissan: cerrar Barcelona le costará 1.000 millones

El Ministerio de Industria asegura que mantendrá la fábrica en la Zona Franca a pesar de que finalmente la compañía nipona decida cerrarla

Aspecto de las instalaciones Nissan del centro de la Zona Franca de Barcelona

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El Gobierno ya ha calculado el coste del cierre de la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona: 1.000 millones de euros, en lugar de los 300 que necesitaría la automovilística para garantizar la continuidad de la actividad tras el impacto de la pandemia de coronavirus. Así lo ha asegurado el secretario de Industria, Raúl Blanco, que ha señalado que el cierre «no va a resolver sus problemas globales, sino complicarlos». 

«Tiene que tener claro que no le va a salir más barato de los 1.000 millones», ha asegurado en un encuentro virtual con los medios de comunicación. Este lunes se celebra la vista entre el Ministerio de Industria y las partes implicadas, de las que Blanco cree que mantienen una actitud «nada pacífica». 

Asimismo, Industria asegura que tanto el Gobierno como la Generalitat y el Ayuntamiento de la Ciudad Condal seguirán impulsando la fábrica de Nissan a pesar de que el fabricante finalmente decida cerrarla. 

«Es más positivo y viable invertir que cerrar, cerrar le va a salir carísimo y no va a encontrar ninguna actitud positiva ni en al ciudad, ni en España ni en Europa», ha recalcado Blanco. 

Los planes de la compañía nipona pasan por el despido de 20.000 empleados en todo el mundo, según reveló hace unos días la agencia japonesa Kyodo. Solo en el centro de la Zona Franca se acumulan unos 3.000 trabajadores, de los que 600 ya se han visto afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). 

Por el momento, Nissan no ha comunicado el cierre, que afectaría a otros 30.000 empleos inducidos. La intención de las tres administraciones es mantenerla abierta para desarrollar allí modelos de coche eléctrico, lo que podría garantizar la supervivencia del centro. 

No obstante, Blanco ha señalado que «la situación es muy difícil», ya que «a nadie se le escapa que [Nissan] no ha invertido en la planta en los últimos diez años». Asimismo, ha asegurado que seguiría siendo competitiva con la dotación de carga de trabajo y una inversión «necesarias» para la próxima década. 

300 millones: el plan para salvar a Nissan

Según Blanco, de los 300 millones que propone el Gobierno para recuperar el cenrto, las administraciones -Gobierno, Ayuntamiento y Generalitat- aportarían el máximo posible en financiación o incetivos a innovación, formación o logística. 

Por su parte, cerrar la planta no solo le costaría unos 1.000 millones, sino que tendría que afrontar la pérdida de reputación y una serie de acciones legales  en asuntos relacionados con el medio ambiente o devoluciones de ayudas. 

«Si se va de Barcelona, habrá que ver qué pasa con las plantas que tienen en Ávila y Cantabria», ha apuntado Blanco sobre los únicos centros de Nissan en Europa, además de los que mantiene en Reino Unido y a expensas del brexit. «Si se va de Barcelona habrá que ver qué apsa con esos proyectos», ha añadido Blanco. 
 

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