La fractura del PSC, organizada desde hace semanas, deja a Navarro en precario

Cinco diputados rechazan las directrices de la dirección, con el apoyo de hasta 85 ex dirigentes y cargos municipales

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El PSC se enfrenta a sí mismo. Y los peligros son enormes. El precipicio se acerca. Los socialistas catalanes no han podido resistir la nueva coyuntura política que se ha instalado en Catalunya, con el proyecto soberanista del president Artur Mas. Las familias socialistas, las que dieron origen a finales de los años setenta al PSC, tendrán ahora muchas dificultades para seguir bajo unas mismas siglas.

Los diputados que este miércoles no quisieron seguir las directrices del primer secretario del PSC, Pere Navarro, llevan semanas reflexionando. Y no están solos, aunque no pueden, en estos momentos, presentar una alternativa a la actual dirección. Pero los diputados Àngel Ros, alcalde de Lleida; Rocío Martínez-Sampere, ex portavoz de Economía del partido; Núria Ventura; Joan Ignasi Elena –un eterno obiolista e impulsor de la plataforma Avancem– y Marina Geli, ex consellera y ex dirigente del PSC de Girona,  decidieron romper la disciplina de voto con un argumento claro: el PSC no puede quedarse al margen de una decisión que defiende el derecho a decidir, y que, más allá de las cuestiones jurídicas, se trata de una defensa democrática.

Por una unidad complicada

Los cinco diputados, que decidieron no votar la resolución de CiU y ERC, en contra de la decisión de Navarro, que pedía votar en contra, presentaron a los pocos minutos una declaración con un título que se antoja ahora muy difícil de cumplir: Para contribuir a la unidad del catalanismo político. En el texto se defiende que Mas se ha equivocado al patrimonializar el derecho a decidir, pero que el PSC es un partido que “viene de lejos y que ha sido y debe ser el pilar de la cohesión social y nacional”. Y ahora, se considera, con la actitud de la dirección del partido, ese doble cometido no se cumple. Los diputados aseguran que pidieron libertad de voto, y al no obtenerla se vieron en la obligación de no votar la resolución de CiU y ERC.

Alternativa de izquierdas

Y no están solos. Hasta 85 representantes municipales y ex cargos socialistas han suscrito el texto. Entre ellos, los ex consellers Joaquim Nadal y Montserrat Tura; la ex diputada y ex secretaria del Govern, Laia Bonet; el ex alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez; la portavoz en Girona, Pía Bosch y concejales del Ayuntamiento de Lleida, que arropan a Àngel Ros. También, y ello es importante, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, que se enfrentó a la federación de Barcelona al no poder ejercer un papel de socio de CiU en el consistorio.
 
Todos ellos trabajaran, se asegura, para buscar una «alternativa de izquierdas en Catalunya», con el PSC, pero no sólo con el PSC, como se interpreta del documento.

Para preparar el terreno ha jugado un papel crucial el ex primer secretario Raimon Obiols. El histórico dirigente fue clave para que los cinco diputados decidieran la fórmula escogida: no votar la resolución de CiU y ERC, ni a favor ni en contra.

Antes de la votación en el Parlament, Joaquim Nadal, comunicó su decisión, a través de su cuenta de Twitter, de abandonar el consejo nacional del PSC. Y, poco después, aseguraba que nunca se había sentido “tan lejos” del partido que ha tratado de representar durante años. Y Ernest Maragall, con su partido Nueva Izquierda, sigue haciendo guiños con sus comentarios en las redes sociales. Y está disponible para la causa.

El desafío para Navarro

Para Navarro se trata de un auténtico desafío. El primer secretario de los socialistas catalanes justificó el voto en contra de resolución soberanista en el hecho, precisamente, de que no se trata de una propuesta a favor del derecho a decidir, sino que es, directamente, “una declaración de independencia”.

Su intervención fue sólida. La dirección del PSC ha tomado una decisión. No quiere jugar en el terreno de juego que le ha marcado CiU, sometida la federación, además, a la tutela de Esquerra Republicana. Pere Navarro, y los portavoces Maurici Lucena y Jaume Collboni, entienden que la declaración soberanista pretende engañar a los catalanes y no están dispuestos a participar en ese proceso. Navarro aseguró que si se hubiera tratado “únicamente” de votar una declaración a favor del derecho a decidir, hubieran podido contar con el PSC. Pero no se trata de disquisiciones jurídicas.

Resolver la cuestión ‘Chacón’

El actual PSC asume los riesgos de su decisión. Los cinco diputados tienen algunas alternativas. Una de ellas sería pasarse al grupo mixto, si la situación empeora. O también pueden seguir buscando complicidades para forzar un congreso extraordinario. El proceso soberanista de Artur Mas ha puesto en tela de juicio el conjunto de la política catalana, y el PSC, pero también a corto y medio plazo Convergència, y también Unió, pagarán las consecuencias. Todo se ha movido.

El problema, según apuntan varias fuentes socialistas, “es saber si Navarro puede contener la marea”, si es que ésta tiene suficiente fuerza para agitar el partido. El PSC se mueve por organizaciones, por los soldados que cada uno tiene en el territorio. Y muchos de los que ahora tratan de mover al PSC no tienen un ejército detrás, aunque esa circunstancia se deba relativizar en un contexto mediático, donde la opinión pública está muy movilizada.

El PSC tiene, sin embargo, un grave problema, al margen de lo sucedido en la votación en el Parlament: resolver la cuestión llamada genéricamente ‘Carme Chacón’. ¿Debe arroparla para hacer qué?, ¿Y para cuándo?

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