Sánchez inventa una cortina de humo para tapar a Iceta

El presidente lanza dos medidas electoralistas para desviar la atención de Cataluña. PP y Cs se arman contra el PSOE tras la abstención del PSC contra Torra

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Pedro Sánchez lanzó este lunes una espesa cortina de humo para nublar lo que ocurría en el Parlament de Cataluña. Temía Sánchez que se hablara más de lo soportable sobre la abstención del PSC en la moción de censura presentada por Ciudadanos contra Quim Torra y, para evitarlo, se encargó de anunciar dos promesas de profunda carga electoralista: una subida de pensiones este mismo mes de diciembre vinculada al IPC y un incremento del salario mínimo interprofesional.

Los anuncios de Sánchez captaron, por supuesto, la atención de los medios y durante un buen puñado de horas consiguieron que una parte del debate público girara en torno a la medida, fuera por necesaria, fuera por electoralista o fuera por irrealizable. Sirva un ejemplo: la web de El País mantuvo durante ocho horas como primer tema de portada el titular «Sánchez se compromete a subir en diciembre las pensiones con el IPC aunque esté en funciones». Ocho horas. 

Lo cierto es que el presidente del Gobierno en funciones puso todo su empeño en que la cortina funcionara, ya que él mismo protagonizó el acto de precampaña y el lanzamiento de sus «35 compromisos sociales». Todos ellos ellos con un hilo conductor, el de presentarse a los españoles como la garantía del camino «hacia el progreso con moderación».

Mientras Sánchez se ofrecía en estos términos a los electores, Albert Rivera (Ciudadanos), Inés Arrimadas (Ciudadanos) y Cayetana Álvarez de Toledo seguían desde la tribuna de invitados del Parlament de Cataluña la moción de censura presentada Lorena Roldán, que no tardó en mostrar sus intenciones. También Ciudadanos puso todo su empeño en afilar sus armas.

Roldán descargó la munición de rigor contra Torra por «jalear a los violentos», en alusión a los CDR y preguntó al conjunto de sus consellers: «¿Alguno de ustedes piensa que los explosivos son una buena idea?»

Pero su verdadero objetivo era buscar el cuerpo a cuerpo con el líder del PSC, Miquel Iceta, y ahí se empleó a fondo para sacar los colores a los socialistas por su abstención. «Hoy podría haber sido un día de unión, y ustedes, sin embargo, lo han convertido en un día triste para el constitucionalismo. Es que ni siquiera ante una situación tan grave son capaces de rectificar. Si no lo hacen ahora, entonces, ¿cuándo?», se preguntó Roldán.

Moción de censura a Iceta

Sabía Iceta que los golpes contra el PSC iban a sucederse y procedió a denunciar las intenciones de Ciudadanos: «Parece que me quieran censurar a mí». 

Y, en efecto, esa fue la partitura de Ciudadanos durante toda la jornada, interpretada por todos sus prebostes. De Roldán a Rivera. De Arrimadas a Juan Carlos Girauta. Este último optó por añadir a la composición hasta siete insultos: «Abandoné hace 33 años el PSC sabiendo lo que era: un partido de lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos. Traidores, acomplejados, inmorales y nacionalistas dedicados a servirle a Pujol la cabeza del área metropolitana».

El PSOE, entretanto, consiguió mantener a sus barones a raya. Todos ellos, de Guillermo Fernández Vara a Susana Díaz, se mantuvieron en el argumentario de partido. Todos atacaron con dureza a Ciudadanos por presentar una moción electoralista y por haber boicoteado durante meses la investidura de Sánchez. Y así Iceta se libró del fuego amigo.

Álvarez de Toledo y el cruce con Iceta

El debate en el Parlament dejó también dos intervenciones muy medidas del PP. Una en los pasillos, protagonizada por Cayetana Álvarez de Toledo, que se cruzó con Iceta en presencia de algunos micrófonos y no dudó en colocar su mensaje ante las cámaras: «Votad con nosotros, votad con los constitucionalistas». El líder del PSC salió del paso: «A mí me gusta ganar, yo soy un ganador, com tú».

El otro en la tribuna del Parlament, donde Alejandro Fernández se despachó con contundencia contra Torra, contra el PSC y finalmente dejó para el final su mensaje de más enjundia, en la línea de España Suma:

«Apoyamos esta moción de censura porque la misma debe de servir de embrión para una auténtica política constitucional que dé paso a una alternativa de gobierno en Cataluña, porque la solución al procés es la alternancia. No hay soluciones mágicas, no hay atajos; esto solo se resolverá cuando el nacionalismo deje de gobernar en la Generalitat de Cataluña».

Acabado el debate, llegaron las votaciones. Se abstuvo el PSC, tal y como estaba anunciado, y Torra, que no medió palabra en toda la sesión, salvó el cargo. Finalmente, la web de El País cambió su primer tema de portada: «Fracasa la moción de Ciudadanos contra Torra».

 

 

 

 

 

 

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