Ábalos niega reconocer su voz en los audios que lo implican en presuntos amaños de contratos
El exministro niega las acusaciones y sostiene ante el Supremo que los audios de la trama podrían estar manipulados
El exministro de Transportes José Luis Ábalos a su llegada al Tribunal Supremo. Foto: Jesús Hellín / Europa Press
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El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha declarado este lunes ante el Tribunal Supremo que no se reconoce en las grabaciones realizadas por su exasesor Koldo García y recogidas en el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Estos audios lo sitúan en el centro de una supuesta trama de adjudicaciones irregulares de contratos públicos a cambio de comisiones. Según ha defendido, las grabaciones podrían estar manipuladas.
Negación tajante y dudas sobre la autenticidad de los audios
Fuentes jurídicas han confirmado que Ábalos fue categórico al negar que la voz que aparece en los audios sea la suya. Además, ha insistido en que no reconoce los contenidos de varias conversaciones que supuestamente mantuvo y que figuran en el informe de la Guardia Civil. «Es imposible que haya mantenido esas conversaciones«, ha asegurado ante el instructor.
La declaración forma parte de la investigación en la que el exministro está imputado por los presuntos delitos de integración en organización criminal y cohecho. Esta es su tercera comparecencia: inicialmente declaró de forma voluntaria en diciembre, y posteriormente en febrero ya como investigado formal.
Durante su comparecencia, Ábalos negó cualquier implicación en adjudicaciones irregulares o en el cobro de comisiones vinculadas a contratos de obra pública. Sostuvo que, como ministro, nunca dio instrucciones irregulares ni intervino en ningún procedimiento ajeno a la legalidad.
El interrogatorio abordó tres bloques específicos: el rescate de Air Europa, la contratación de Claudia Montes en la empresa pública Logirail, y las irregularidades detectadas por la UCO en las adjudicaciones de obra pública.
El rescate de Air Europa y el papel de Aldama
En el apartado sobre el rescate de Air Europa, se le cuestionó sobre una nota de prensa del Ministerio que, según las pesquisas, habría recibido el empresario Víctor de Aldama, presunto «conseguidor» de la trama. Ábalos se desvinculó del asunto asegurando que no ordenó la redacción de ese documento ni gestionó su entrega al empresario.
Con relación a la incorporación de Claudia Montes —conocida por su pasado como ganadora de Miss Asturias +30 2017— en Logirail, Ábalos afirmó que no realizó gestiones para facilitar su contratación. Explicó que la conoció en un acto público en Gijón y que posteriormente mantuvo algún contacto puntual por redes sociales, pero sin intervenir en su trayectoria profesional.
El exministro también respondió sobre supuestas presiones para colocar a personal en organismos públicos como Adif o la Dirección General de Carreteras. Reconoció haber recibido peticiones de distintas personas que buscaban empleo en la administración, algo habitual durante su gestión, pero reiteró que nunca intervino de forma directa ni favoreció contrataciones.
Sin cambio de estrategia pese a las presiones
La defensa de Ábalos mantuvo su postura inicial pese a la presión mediática generada por el llamado ‘informe Cerdán’, que incluso llevó a plantear un posible giro en la estrategia legal similar al del empresario De Aldama, quien colaboró con la Justicia en su momento. Sin embargo, tras la declaración, Anticorrupción considera que Ábalos mantiene una actitud de «cero colaboración«.
Finalizada la declaración, se celebró una vistilla de medidas cautelares. La Fiscalía solicitó el mantenimiento de las actuales: prohibición de salir de España, retirada de pasaporte y comparecencias periódicas ante el juzgado. Por su parte, las acusaciones populares, encabezadas por el Partido Popular, pidieron la prisión provisional del exministro.
El magistrado instructor Leopoldo Puente tiene previsto pronunciarse sobre estas medidas en las próximas horas, después de una intensa comparecencia que se ha extendido durante una hora y media.
El caso sigue sumando aristas y se convierte en uno de los más delicados que afronta el Tribunal Supremo en los últimos años, dada su derivada política y las implicaciones que podría tener para el entorno del anterior Gobierno socialista.
