Gentiloni asume como primer ministro con la presión de convocar a elecciones
El presidente de la República encarga la formación de Gobierno a un antiguo periodista, y se descarta que haya un viraje en la línea política de su antecesor Matteo Renzi
Paolo Gentiloni enfrenta al desafío de recomponer la fragmentada política italiana, una vez más en crisis tras la renuncia del primer ministro Matteo Renzi tras perder un referéndum para la reforma de la constitución. El encargo, como mandan las reglas institucionales de Italia, fue hecho por el presidente de la república, Sergio Mattarella.
Gentiloni, un antiguo periodista de 62 años y leal a Renzi, será el quinto primer ministro de Italia en cinco años y el cuarto consecutivo que será nombrado sin haber ganado unas elecciones.
Inmediatamente empezará las consultas con los políticos para formar un gobierno que tiene asuntos urgentes sobre la mesa, como la redacción de una nueva ley electoral y la reanimación de los frágiles bancos italianos.
Las divisiones sociales y políticas de Italia salieron a la luz durante la campaña del referéndum del 4 de diciembre sobre una reforma constitucional que fue rechazada y que causó la caída de Renzi.
Las fuerzas políticas reclaman que se convoquen elecciones
Todos los grandes partidos han pedido elecciones tan pronto como sea posible. Pero antes de que haya ninguna votación, Mattarella ha dicho que Italia necesita una nueva ley electoral para reemplazar a la que se aplica solo a la cámara baja, y que podría ser declarada ilegítima en enero por el Tribunal Constitucional.
Las elecciones no estaban previstas hasta 2018, pero podrían ser convocadas una vez el Parlamento acabe de reformar la ley electoral. Gentiloni dijo que «facilitaría, si es posible, la tarea del Parlamento de definir rápidamente nuevas reglas electorales».
Si sus consultas van bien, podría ocupar el palacio presidencial el domingo por la noche o el lunes por la mañana para presentar su lista de nuevos ministros ante el jefe del Estado.
Cambiar algo para que nada cambie
«No importa si se resuelve esta noche o mañana. Lo importante es que los mercados ya saben que con Gentiloni no habrá un cambio radical», dijo Maurizio Caprara, un comentarista del diario Corriere della Sera a Reuters.
Gentiloni dijo que su gobierno se movería «dentro del mismo marco» que el ex primer ministro, pero el gobernante Partido Democrático (PD) está severamente dividido entre los que apoyan a Renzi (como Gentiloni), y los oponentes.
Una vez que los nuevos ministros tomen posesión de sus cargos, el gobierno tendrá que enfrentarse a votaciones de confianza en ambas cámaras del Parlamento. La coalición gobernante, liderada por el PD, tiene mayoría en ambas cámaras, por lo que Gentiloni podría ganar las votación a tiempo para acudir a la reunión de la Unión Europea del jueves como flamante primer ministro.
Los partidos de la oposición como el Movimiento 5 Estrellas y el del ex primer ministro Silvio Berlusconi se han negado a formar parte de ningún gobierno de unidad nacional.
Al rescate del banco más antiguo del país
El nuevo primer ministro tendrá que lidiar rápidamente con el tercer banco más grande del país, Monte dei Paschi di Siena, que seguramente necesitará de la intervención estatal para evitar su caída. Este banco, el más antiguo del país, debe conseguir 5.000 millones de euros antes de final de mes si quiere evitar el riesgo de ser desmantelado.
El temor a una caída del banco preocupa al sector financiero italiano, y también al europeo. Una crisis de esta entidad podría desestabilizar todo el sector, con préstamos morosos por 360.000 millones de euros, e infligir fuertes pérdidas de decenas de miles de millones a los italianos corrientes que tienen posiciones de deuda junior en el banco.