Los contratos del Área Metropolitana de Barcelona tienen desviaciones de hasta el 127%

Las adjudicaciones de obras y servicios del AMB están repletas de modificaciones que no respetan las condiciones iniciales

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El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) hace presupuestos para comprar furgonetas y acaba adquiriendo camiones de varios ejes. Sirva este símil para explicar lo que ocurre con las adjudicaciones que lleva a cabo este organismo supramunicipal, cuyas prácticas públicas llaman poderosamente la atención.

Varios ejemplos ilustran los enormes desvíos presupuestarios del AMB, por ejemplo los relacionados con la construcción de cuatro plantas de residuos, las llamadas Ecoparc.

El primero. El AMB debía gastarse 40,03 milllones de euros para habilitar una instalación de este tipo en Sant Adrià del Besos. Así lo fijaban las condiciones iniciales del contrato. Pero el coste final acabó siendo de 91,1 millones, es decir, un 127,6% superior al presupuestado.

Otro. La inversión en una planta de residuos en la Zona Franca debía ser de 48,28 millones. Pero el precio final, después de un sinfín de modificaciones e inversiones adicionales, fue bastante superior: 95,9 millones (un 98,6% más).

Otro más. El coste de otra planta de residuos del AMB en Montcada i Reixach tenía que suponer un desembolso de 59,95 millones. Pero el gasto final acabó siendo de 93,28 M€. Es decir, un incremento del 55,6% respecto a la previsto inicialmente.

Y otro más aún, el de una planta de las mismas características en Hostalets de Pierola, cuyo presupuesto inicial era de 57,38 millones y cuyo coste real fue de 65,71 millones (un 14,5% más). 

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En suma, la puesta en marcha de los Ecoparc 1, 2, 3 y 4 —construidas entre 2000 y 2010, pero fiscalizadas recientemente— han supuesto un gasto no previsto de 139 millones de euros, según se desprende de un informe realizado por la Sindicatura de Cuentas, que examina la contratación administrativa del AMB.

El problema, subraya la Sindicatura, es que «las modificaciones realizadas supusieron un aumento muy significativo de los precios» y, añade, «hubo una modificación sustancial de las condiciones iniciales del contrato».

Pero los problemas en la contratación no afectan únicamente a los grandes proyectos, sino que se trata de un fenómeno generalizado.

El caso del carril bici entre Esplugues y Barcelona: el doble del tiempo y el 43% más caro

Más casos. Las obras de un carril bici entre Esplugues de Llobregat y Barcelona debían completarse con 1,03 millones de euros. Pero las modificaciones comenzaron a encadenarse hasta tal punto que, según la Sindicatura, debió realizarse una nueva licitación. Pero no se hizo y el sobrecoste acabó siendo de 449.000 euros (+43%).

El caso de este carril bici es llamativo. Fue adjudicado el 17 de mayo de 2016 por procedimiento abierto a la empresa Rogasa Construcciones y Contratas, SAU, por 1,03 millones y una duración de doce meses.

Sólo unas semanas más tarde, el 11 de julio de 2016, se llevó a cabo la primera modificación del contrato, por un valor añadido de 50.433 euros, para dar cumplimiento, según un informe, a requerimientos relacionados con señalización provisional de las obras.

El 9 de mayo de 2017 se formalizó la segunda modificación con el objetivo de ampliar el plazo en 1 mes. Durante los siguientes doce meses se firmaron cuatro modificaciones más, dos de ellas de ampliación de plazo (de cuatro meses más cada uno) y dos de incremento de coste, de 49.149 euros y 349.476 euros, en concreto.

El resultado final fue el de una obra ejecutada en 23 meses —casi el doble de lo previsto—, y un sobrecoste cercano al medio millón de euros.

El AMB y la negativa a realizar nueva licitación

Un caso semejante de encadenar modificaciones de contratos y de negarse a realizar una nueva licitación ocurrió con el proyecto de reurbanización de la avenida Torrent en el término municipal de Esplugues, adjudicado por procedimiento abierto a la empresa Obras y Servicios Roig, SA, por 881.812 euros y un plazo de ocho meses.

Hubo una primera modificación de contrato por valor de 154.937 euros motivada, según un informe, por trabajos adicionales que no estaban previstos. Y luego nuevas modificaciones que añadieron otros costes de 74.558 euros.

El resultado final fue un incremento respecto al presupuesto de adjudicación del 26%, por encima del límite del 10% que establecen las normas. Es decir, que también se habría requerido en este caso una nueva licitación, pero tampoco se llevó a cabo.

Las irregularidades en los contratos menores

Todas estas desviaciones presupuestarias se suman a unas prácticas de contratación administrativa que dejan en evidencia la falta de rigor del AMB.

En 2016 se formalizaron 860 contratos menores y las irregularidades fueron continuas: hubo fragmentación indebida de contratos para no rebasar el límite de gasto que obliga a concurso, hubo concatenación de convenios en beneficio de los mismos proveedores y también se superaron los importes máximos que permiten las normas para contratos menores.

La casuística fue muy variada, tal y como se puede consultar en este reciente artículo de Economía Digital que deja al descubierto los manejos del AMB con el reparto de pequeños contratos.

Con un presupuesto cercano a los 900 millones de euros, el AMB, cuya presidencia ostenta Ada Colau desde el año 2015, no ha tenido problema para disparar un 53% los gastos de personal desde los 28,7 millones a los 44,2 millones, tal y como explicó este mismo medio.

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