El arte más rebelde invade las calles de Róterdam
Además de las esculturas de Rodin, Picasso y Moore, nuevas obras de gran formato aterrizan en los caminos y parques de esta ciudad neerlandesa

Calavera gigante, realizada por Atelier van Lieshout en Róterdam
Si la nueva normalidad obliga a mantener distancias de seguridad, los parques y espacios abiertos se convierten en las nuevas galerías de arte. Así lo entienden también en Róterdam, donde una antigua zona de astilleros e industrias se transformó en una exposición de esculturas de gran formato.
Esta ciudad portuaria de los Países Bajos tiene un interesante patrimonio artístico en sus calles, plazas, parques y frente a edificios públicos, con esculturas de Henri Laurens, Auguste Rodin, Pablo Picasso, Paul McCarthy y Henry Moore, entre otros creadores.
Pero este verano y parte del otoño se podrán ver nuevas creaciones, que oscilan entre la provocación, la reflexión, la ironía y la denuncia.
El zorro gigante
En la zona comercial de Schiedamseweg el ayuntamiento de Róterdam encargó al artista Florentijn Hofman una obra que ayude a revitalizar la actividad social y económica del barrio.
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Hofman es conocido por sus performances artísticas como la suelta de miles de patitos de goma para que naveguen por todo el mundo, el hipopótamo gigante que nadaba por el Támesis, o el colosal mono brasileño construido con 10.000 zapatillas flip-flop.
Un zorro de 10 metros de alto, con una bolsa de compras en la boca, sorprende a los vecinos del barrio de Schiedamseweg, en Róterdam
En esta ocasión construyó un zorro de dimensiones monumentales, de 10 metros de alto y 16 de largo, que tiene una bolsa de compras en su boca.
La elección del zorro es un homenaje a la naturaleza y a la ciudad, con un guiño al pasado del barrio que era una zona de bosques, pólders y diques.
La invasión del arte contestatario
Otras obras, no tan gigantescas como ese zorro pero si de gran formato, invadieron los caminos, naves industriales y calles del barrio de Merwevierhaven, una zona de astilleros y fábricas al este de la ciudad.
Las 30 obras fueron realizadas por el estudio Atelier van Lieshout (AVL), como parte de la iniciativa Let’s Get Physical (Vamos a lo físico), donde el artista Joep van Lieshout vuelve con sus instalaciones críticas y cuerpos escultóricos que transitan una delgada frontera entre el arte, el diseño y la arquitectura.
La galería al aire libre
Los trabajos fueron realizados en una diversidad de materiales, desde poliéster a acero, con motivos abstractos, surrealistas y contestatarios.
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Las esculturas forman un circuito de cinco kilómetros que se puede recorrer a pie o en bicicleta, como corresponde a la tradición neerlandesa, y se pueden encontrar en 12 sitios, desde la estación de metro Marconiplein a la terraza del bar Keilecafé, pasando por La Granja Flotante o el estudio de Lieshout.
Lo escatológico como arte
Entre las obras expuestas hasta el 6 de septiembre se encuentran varias obras que provocan desde el consumismo y el reciclaje como el Technocrat, el Autocomposter o el Bar Rectum, donde una serie de máquinas producen biogás a partir de deposiciones humanas y en que se presentan gigantescas reproducciones del aparato digestivo.
Las obras de van Lieshout provocan e invitan a reflexionar sobre la manipulación de la naturaleza, la soledad y el desarrollo industrial
En las esculturas reflexiona sobre la soledad y las relaciones humanas (El beso, La familia), la manipulación social (Mano Invisible, Buffel) y el dominio de la naturaleza (El lechero)
También hay un sauna con forma de calavera (y donde uno puede darse un relajante baño), un tornillo de banco extra grande (Vice) y diversos humanoides que son el sello artístico del estudio AVL.