Conquistadores rockstar: la otra historia del colonialismo en Filipinas
El Reina Sofía estrena en el Palacio de Cristal una muestra del artista Kidlat Tahimil que repasa en una serie de imponentes esculturas la conquista de Filipinas a lo largo de 500 años

Marilyn Monroe se bate con una diosa filipina en el Palacio de Cristal. Foto: Museo Reina Sofía.
Fernando de Magallanes, fray Dámaso y el héroe nacional filipino José Rizal se han instalado, en forma de grandes esculturas, en el madrileño Palacio de Cristal del Retiro. Comparten espacio con Spiderman, Mickey Mouse o Marilyn Monroe en una muestra del artista Kidlat Tahimil que revisa la historia del colonialismo en Filipinas y la influencia del imperialismo cultural en la actualidad.
Magallanes, Marilyn, Mickey y fray Dámaso. 500 años de conquistadores RockStar, que se podrá ver hasta el próximo 6 de marzo, involucra al propio espacio expositivo, un edificio muy especial por su relación histórica con el proyecto, ya que fue construido para la Exposición General de Filipinas en 1887.
Vestido con el traje tradicional de la tribu igorrote, el artista filipino, nacido en 1942 como Eric Oteyza de Guia y que cambió su nombre por el Kidlat Tahimik -relámpago silencioso en tagalo-, reconoce no ser historiador, sino “un artista que juega con la historia”. Es por eso que algunas de las cosas que estas obras cuentan “pueden ser rebatidas por historiadores”.
Conquistadores rockstar en filipinas
Como en otras de sus prácticas artísticas, en las que Tahimik crea grandes instalaciones, aparentemente caóticas, que articulan relaciones anacrónicas de carácter narrativo para construir relatos que beben de fuentes históricas y mitologías contemporáneas, en este caso su propuesta gira en torno a los procesos de colonización de su país, pero con una lectura diferente y, sobre todo, un final abierto.
El Capitán América, Spiderman, Micky Mouse y Marilyn Monroe se baten con Inhabian, diosa del viento filipina, en la nueva guerra, ahora cultural
Está confeccionada a partir de diferentes objetos, estatuas, tótems y artilugios de todo tipo realizados por artesanos anónimos y colaboradores del artista, antes economista, que habitualmente afronta sus trabajos como una tarea comunitaria.
La primera parte está dedicada a Magallanes y a su llegada a Filipinas (1521), donde murió tras intentar someter a las tribus de la isla. Además del pasaje histórico conocido, el artista recupera una serie de personajes históricos filipinos silenciados por la historia.
Es el caso de Enrique de Malaca, un esclavo de origen filipino, que le hizo de traductor y que ayudó a los españoles en su viaje a través de mares desconocidos, y que aparece en los escritos de Antonio Pigafetta, cronista de la expedición.
“Magallanes no tenía GPS, pero Enrique sabía cómo volver a casa; fue mucho más que un esclavo”, explica el artista, que ha erigido en la exposición un gran barco capitaneado por el conquistador español y su esclavo filipino.
Guerra cultural
Aquella guerra por la conquista del Nuevo Mundo se extiende hasta hoy en día con la guerra cultural: el nuevo colonialismo no se vale de las armas sino del cine de acción y erótico, según propone Tahimik, que también es cineasta, performer y escritor.
Así, en la escenografía montada, el Capitán América, Spiderman, Micky Mouse y Marilyn Monroe se baten con Inhabian, diosa del viento filipina, que representa la resistencia indígena.
“Esta guerra cultural continúan aun hoy en día, Hollywood domina nuestras historias”, subraya el artista, que ha construido un imponente Caballo de Troya de varios metros de alto, del que salen todos estos personajes.
“Estos superhéroes siguen colonizándonos, son como un virus cultural”
Kidlat Tahimil
“Estos superhéroes siguen colonizándonos, son como un virus cultural”, resume Tahimik. El artista los representa subidos sobre cohetes de la armada americana, con los que pelean contra numerosas deidades protectoras locales.
El Palacio de Cristal, un personaje más
El punto final de la muestra enlaza con la historia del propio edificio donde se expone y donde se celebró una exposición sobre Filipinas en 1887 en la que se mostraron ejemplares de flora y fauna filipinos, pero también ciudadanos de las islas.
“El objetivo era justificar la colonización -explica-, mostrar cómo les habían educado, cristianizado y hasta dado nombres españoles”.
Aquella aberración fue denunciada por José Rizal, un filipino que estudiaba medicina en Madrid y que tachó la muestra de “zoo humano”. Este personaje, ha recordado el artista, se convertiría luego en escritor y en impulsor de la independencia filipina.
Sobre los tres conjuntos escultórico o sobre las tres luchas culturales, suspendido en la parte central del palacio, planea un anillo celestial de deidades indígenas.
Esta estructura circular realizada con materiales de cestería remite al dapay, lugar circular de transmisión oral, donde los ancianos de la aldea pasan el testigo a las siguientes generaciones. “Estas deidades miran hacia abajo sabiendo que la guerra cultural no morirá, y que resistiremos. Nuestra cultura es fuerte”, concluye Tahimik.