Luces y sombras de los grandes compositores clásicos
En su monumental obra ‘Los grandes compositores’, el crítico Harold Schonberg invita a descubrir las personalidades de los mayores talentos de la música clásica

Un libro para todo amante de la música. Foto: Pixabay
Johannes Brahms era un gruñón, Giuseppe Verdi prefería ser conocido como un hombre de pueblo, Franz Schubert vivía atrapado por la depresión, Wolfgang Amadeus Mozart a duras penas aguantaba la presión popular desde que fue señalado como niño prodigio, Johann Sebastian Bach era más obsesivo que un reloj y Ludwig van Beethoven tenía arranques de furia potenciados por la frustración de su sordera.
Los mayores talentos de la música clásica no eran deidades de bronce, sino personas con sus virtudes y defectos, donde sus cualidades personales o ideológicas no han eclipsado las maravillas de sus composiciones.
La obra cumbre de las biografías de los clásicos
Para acercarse a estos lados brillantes y a la vez ocultos de sus personalidades es imprescindible leer Los grandes compositores, la obra magna de Harold C. Schonberg, crítico especializado en música clásica, autor de recordadas columnas en The New York Times entre 1950 y 1980. De hecho, fue el primer especialista de música en recibir el Premio Pulitzer de Crítica.
Schonberg fue el primer especialista de música en recibir el Premio Pulitzer de Crítica
The Lives of the Great Composers, editada en 1970 en EEUU, llegó por primera vez a España en 1983 de la mano de la editorial Vergara. En la edición de 2024 de Ático de los Libros, Los grandes compositores se presenta en una edición de dos volúmenes, donde se recoge la versión actualizada antes del fallecimiento del autor en 2003, con referencias a figuras emergentes del siglo XX y ajustes en las perspectivas de compositores históricos.
En las 1.152 páginas de su obra Schonberg narra las vidas y las luchas de los grandes nombres de la música occidental: desde los pioneros barrocos hasta los titanes románticos y las vanguardias del siglo XX. Con su característico estilo vibrante y accesible, explora no solo las contribuciones musicales de los mayores compositores, sino también sus complejas personalidades, ambiciones y el contexto histórico en el que florecieron.
Uno de los aspectos más destacados del libro es la habilidad de Schonberg para humanizar a estos genios, mostrando sus defectos y excentricidades sin caer en la trivialización. Lejos de ser una mera biografía enciclopédica, el autor ofrece interpretaciones profundas sobre cómo la vida personal de cada compositor influyó en su obra, aportando una perspectiva íntima y a la vez informada.
En el corazón (y la mente) de los grandes
Por ejemplo, a pesar de haber sido uno de los autores más prolíficos de la historia (104 sinfonías, 68 cuartetos de cuerdas, 14 óperas, 52 sonatas, etc.), era Joseph Hadyn “hombre modesto y trabajador” con un “sentido del humor encantador, que a menudo se refleja en sus composiciones”, mientras que de Georg Friedrich Handel destaca su “voluntad indomable y carácter fuerte” con “un don casi sobrehumano para conmover a las masas”.
La “gran sensibilidad” de Giacomo Puccini le permitía tener -según el autor- “una intuición para la ópera basada en el poder de la emoción pura”, mientras que Richard Wagner no se veía como un compositor al uso, sino como “un revolucionario del arte”. El autor de la monumental El anillo del nibelungo era “un megalómano brillante, lleno de ambición y ego, y sin miedo a reconfigurar la estructura de la ópera”.
Bach, Mozart y Beethoven
Es interesante meterse dentro de la mente de los compositores, y descubrir que Bach “componía como un arquitecto”, siempre guiado en su “fe inquebrantable en Dios”; mientras que Mozart tenía “una habilidad natural para componer como si las notas fluyeran de su ser sin esfuerzo”.
En tanto, el otro grande de la trinidad de los clásicos, Beethoven, creaba sus obras como “una extensión de su furia y dolor, como si cada nota fuera una batalla por la supervivencia”.
La obra de Schonberg no se limita al período clásico (en una muy amplia acepción), sino que sigue por el siglo XIX y entra de lleno en el siglo XX, con las biografías de Igor Stravinsky (presentado como alguien “irónico, ingenioso y provocador”), Maurice Ravel, Sergei Rachmaninov, Dmitri Shostakóvich, Béla Bartók hasta llegar a John Cage.
Gracias a la fluidez de su prosa, sin caer en comentarios crípticos o académicos, Schonberg logra que el complejo mundo exterior e interior de cada gran maestro de la obra clásica sea comprensible para todo amante de la música, sea experto o no.