La antigua comisaria de Róterdam donde puedes tomar un café o dormir en una vieja celda

Atendida por expresidiarios, Heilige Boontjes es una cafetería en Róterdam erigida sobre una antigua comisaria en uno de los casos de emprendimiento social más exitosos de la ciudad

Heilige Boontjes es mucho más que una cafetería en Róterdam. Foto: Heilige Boontjes.

Construido alrededor de 1860 como escuela y con una trayectoria en la que fue cuartel de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, hotel y conservatorio, el número 3 de la plaza Eendrachtsplein en Róterdam estuvo ocupado desde mediados del siglo XX por las dependencias de una comisaría. Con salas de espera, despachos, mesas para los policías y hasta calabozos. Tras su cierre, un agente y un educador social idearon para el lugar un negocio que, no sin ciertas dosis de justicia poética, ofrece una oportunidad de reinserción a jóvenes con problemas.

Heilige Boontjes es hoy un lugar luminoso, con cómodos rincones donde desayunar un delicioso capuchino con un croissant recién hecho, tomar el aperitivo o incluso dormir, ya que las antiguas celdas han sido transformadas en un curioso Airbnb que, con todas las comodidades para el viajero, no deja de aludir a su pasado.

Siete años después de ponerse en marcha, su mayor orgullo no está en las cuentas de resultados o el café de especialidad –por cierto, de excelente calidad- que sirve, sino en los más de 250 jóvenes a los que ha ofrecido una segunda oportunidad a través de un trabajo.

El edificio ha sido escuela, cuartel nazi, hotel y comisaría de policía.

Un café con trasfondo

En 2015, Rodney van den Hengel (trabajador social) y Marco den Dunnen (policía) habían visto comparecer en el tribunal a muchos muchísimos jóvenes para responder por hurtos, robos y tráfico de drogas en su área en Delfshaven, en Róterdam. Demasiados.

Heilige Boontjes ha dado una nueva vida a una antigua comisaria y una nueva oportunidad de reinserción social a expresidiarios y excriminales

Por eso, y pese a no tener conocimientos de hostelería, decidieron que era el momento de pasar a la acción. Lo hicieron a través de una idea disruptiva, hoy llamada emprendimiento social pero que para ellos es algo más: “Un lugar que acoge a todos aquellos que, por diversas razones, han perdido el camino correcto, pero están convencidos de que, con compromiso y buena voluntad, es posible recuperar el trabajo y la dignidad en nuestra sociedad».

Foto: Heilige Boontjes.

La ciudad de Róterdam, con 650.000 habitantes de casi 200 nacionalidades diferentes, parecía un buen lugar para intentarlo.

Heilige Boontjes

En 2015 abría sus puertas, con cinco empleados, Heilige Boontjes (traducido significa frijoles sagrados), un café con su propio tostador cuya principal particularidad es que su personal está formado en su totalidad por jóvenes que han tenido problemas con la justicia.

Con el tiempo, la cafetería fue ampliando sus servicios y ahora incluye una carta de comidas, con platos que van desde las sopas y las cremas frías a las hamburguesas, con opciones vegetarianas y veganas, así como diferentes cervezas y café orgánico (con la certificación Max Havelaar / Fairtrade que garantiza que en su cultivo no se usaron pesticidas ni fertilizantes químicos, y que el agricultor que sembró y cosechó recibió un precio justo por su trabajo).

Ofrecer oportunidades a jovenes con problemas con la justicia es su principal objetivo. Foto: Heilige Boontjes.

Ampliamente comprometida con la sostenibilidad, en Heilige Boontjes no solo se recicla rigurosamente el papel y el cartón, sino también los posos de café, que se envían a la empresa de reciclaje Suez donde son convertidos en vajillas que, en un proceso de economía circular, regresan más tarde a las mesas del restaurante.

Su modelo, especialmente la vertiente de reinserción, ha sido destacado con diferentes reconocimientos, como el premio Hein Roethof, destinado al mejor proyecto de prevención del delito que otorga el municipio de Rotterdam.

Duerme en los calabozos de la comisaría

Los viajeros pueden, además de tomar uno de sus deliciosos cafés tostados y molidos en el local, tener la experiencia de dormir en un antiguo calabozo.

Foto: Airbnb.

Parte de las antiguas dependencias de la comisaria se han transformado en Penthouse Prison. Con un proyecto de Daan Bakker, del estudio Daf-architecten, cuatro de los viejos calabozos son hoy cómodas habitaciones disponibles a través de Airbnb.

Cuatro de los viejos calabozos de la comisaría son hoy cómodas habitaciones disponibles a través de Airbnb

Cada una de ellas cuenta con las comodidades de un hotel a las que suma las reminiscencias de su antiguo uso, creando una atmósfera que lo hace único.

Foto: Airbnb.

Además, una sala, renombrada con cierta sorna ‘Escena del crimen’ puede ser alquilada para celebrar reuniones y todo tipo de eventos.

Heilige Boontjes también vende a través de su web sus cafés 100% arábiga y organiza cursos y talleres de latte art, además de organizar exposiciones de artistas emergentes, conciertos o lecturas de poesía, entre otros.

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