Ni Roncesvalles ni Arguedas: los 5 pueblos más bonitos de Navarra
¿Buscas una escapada única por algunos de los pueblos más bonitos de España? Estos son los mejores de Navarra según National Geographic

El pueblo de Elizondo en Navarra. Foto: Turismo en Navarra
Navarra es una comunidad llena de contrastes, con paisajes que van desde las montañas de los Pirineos hasta las áridas Bardenas Reales. Este variado territorio es el hogar de pueblos con un encanto único, que destacan por su historia, arquitectura y entorno natural. A continuación, te presentamos cinco de los pueblos más bonitos de Navarra, según National Geographic, perfectos para una escapada inolvidable.
1. Olite: el esplendor medieval
Olite es el destino ideal para los amantes de la historia y la arquitectura medieval. Al llegar, lo primero que llama la atención son sus murallas romanas, que se encuentran entre las mejores conservadas de la región. Sin embargo, el protagonista indiscutible de esta villa es el Castillo-Palacio de Olite, una joya del gótico europeo que parece sacada de un cuento.
Construido durante la Edad Media como residencia de los reyes navarros, este castillo sorprende por su diseño de torres almenadas, salones ornamentados y jardines que antaño albergaron hasta un zoológico. Pasear por las calles empedradas de Olite es como retroceder en el tiempo: encontrarás casas solariegas, arcos góticos y pequeñas plazas donde puedes disfrutar de los reconocidos vinos de la región, fruto de los viñedos que rodean el pueblo.
2. Estella-Lizarra: historia y Camino de Santiago
Estella-Lizarra, conocida como «la Toledo del norte», es una villa que combina un impresionante patrimonio histórico con una ubicación privilegiada en el Camino de Santiago. Fundada en el siglo XI para atender a los peregrinos, conserva numerosos vestigios de su glorioso pasado.
El río Ega atraviesa la localidad, regalando vistas espectaculares desde puentes históricos como el Puente de la Cárcel, de origen románico, o el gótico Puente del Azucarero. El casco antiguo es un verdadero museo al aire libre, con monumentos como la iglesia del Santo Sepulcro y la de San Pedro de la Rúa, que destaca por su hermoso claustro románico. Además, un paseo por el Paseo de los Llanos, junto al río, ofrece un respiro en plena naturaleza.
3. Ochagavía: la postal del Pirineo navarro
Ubicado en un entorno de cuento de hadas, Ochagavía es el prototipo perfecto de pueblo pirenaico. Sus casas de fachadas blancas y tejados marrones, alineadas junto al río Anduña, se reflejan en sus aguas como en un espejo, creando una estampa inolvidable.
Uno de los puntos más emblemáticos de este pueblo es la Ermita de Muskilda, una construcción románica del siglo XII situada a 4 kilómetros del centro. Cada septiembre, la localidad celebra una romería en su honor, una tradición que destaca por su autenticidad. Ochagavía es también la puerta de entrada a la famosa Selva de Irati, un paraíso natural que invita a practicar senderismo y desconectar del ruido de la ciudad.
4. Ujúe: tradición y vistas panorámicas
Encaramado en una colina, Ujúe ofrece una combinación única de espiritualidad y belleza arquitectónica. Lo primero que salta a la vista es el Santuario de Santa María, que combina elementos religiosos y defensivos en su diseño. En su interior, frescos medievales y una nave gótica cuentan historias del pasado de Navarra.
Desde el santuario, las vistas panorámicas son simplemente espectaculares: se puede divisar gran parte de la región, incluida la Zona Media de Navarra. El casco histórico de Ujúe, con sus calles empedradas y casas de piedra, conserva un aire medieval que te transportará a otra época. No te vayas sin probar las migas de pastor, uno de los platos más representativos de la gastronomía local.
5. Elizondo: corazón del valle del Baztán
En pleno valle del Baztán, rodeado de verdes prados y bosques, se encuentra Elizondo, una villa de gran belleza y tradición. El río Bidasoa atraviesa el pueblo, dividiendo su casco histórico en dos y regalando vistas pintorescas en cada esquina.
Las casas señoriales de Elizondo, con fachadas blancas, tejados de dos aguas y balcones de madera, reflejan la riqueza histórica y cultural de la zona. Esta localidad es también conocida por sus animadas ferias y fiestas, que atraen a vecinos y visitantes durante todo el año. Además, su cercanía a los Pirineos Atlánticos la convierte en un excelente punto de partida para explorar la naturaleza del entorno.
Una tierra de contrastes y belleza sin igual
Navarra, con su diversidad geográfica y cultural, es un destino que no deja de sorprender. Desde los castillos medievales de Olite hasta las casas de cuento de Ochagavía, cada uno de estos pueblos ofrece algo especial que merece ser descubierto. Si buscas un viaje lleno de historia, naturaleza y tradición, los pueblos de Navarra son una elección perfecta.