Vibra, un viaje al mundo clandestino de los ‘felices 20’ para revivir las emociones de la Ley Seca
Restaurante con coctelería (o al revés), Vibra Speakeasy 1920 combina elegancia, tranquilidad y una cocina de autor regada con grandes cócteles en el centro de la Barcelona más 'cool'

Un restaurante con coctelería (o al revés). Foto: Vibra Speakeasy 1920.
Acomodarse en un auténtico speakeasy, abandonarse a un ambiente elegante, quizás un tanto decadente, y a unos placeres gastronómicos y mixológicos de autor que retrotraen a los años 20 del pasado siglo. Es lo que ofrece Vibra Speakeasy 1920, un nuevo restaurante semisecreto que acaba de abrir sus puertas en el centro más centro de Barcelona.
Junto al Paseo de Gràcia, y muy cerca de grandes obras de Gaudí como la Casa Batlló o la Pedrera, la calle Aragó acoge este local que se ha ganado ya el favor del público con valoraciones de sobresaliente, como el 9,1 que le otorgan de nota en The Fork.
Un viaje en el tiempo (que requiere contraseña)
Vibra Speakeasy 1920 es un espacio totalmente clandestino al que hay que entrar por la puerta del hotel Room Mate Anna. Pero, atención, hay que saberlo, pues nada indica que haya un restaurante en este sombrío vestíbulo que se comparte con el acceso al hotel.
Hay que mirar a la derecha para ver, en un rincón, un luminoso con la leyenda ‘1920’ en neón que desvela una puerta oscura y escondida, a la que si se llama solo se puede entrar con una contraseña: ‘Al Capone’.
Franqueado el primer acceso, toca descender dos tramos de escaleras, pues el local está instalado en un sótano, casi debajo de otro sótano, donde tras sortear varios cortinajes aparece, por sorpresa, una imponente y elegante sala de estilo art nouveau iluminada con luces muy tenues.
De repente estamos en los años 20 en los Estados Unidos que vive bajo una Ley Seca que hay que sortear. Detalles como las cartas escondidas en sobres lacrados o un listado de cócteles prohibidos, una pantalla con cine de época, y la música jazz (los viernes y sábado, en directo) nos hacen viajar en el espacio y en el tiempo.
Como explican en Vibra Speakeasy: “Ha nacido este local vibrante (de ahí Vibra), inspirado en aquella época tan convulsa como inolvidable, donde el ambiente clandestino se combina con la elegancia contemporánea y que ofrece a sus comensales una experiencia gastronómica muy especial”.
El chef Jayvee Eric Pancho manda en esta carta que fusiona las cocinas catalana, italiana y mediterránea.
Como decíamos, no es un restaurante al uso: además de disfrutar de su restauración, al Vibra se puede ir simplemente a pasar un momento de tranquilidad y relax en torno a un cóctel, pues su decoración y mobiliario así lo permiten. Abierto a partir de las 19:00, lo que es seguro es que nunca vendrán a cerrarlo ni los Comedy Capers ni Elliot Ness con sus Intocables.
Comer y beber muy bien
Una vez en el interior de Vibra Speakeasy, nos espera una gran fiesta hedonista que incluye saborear tapas de autor como las croquetas artesanas de boletus y trufa, la berenjena japonesa con caponata de verduras y caviaroli de balsámico de Módena sobre sablé de parmesano, el tataki de salmón con granada, salsa miso a la naranja, remolacha y aceite de sésamo o la terrina de foie micuit y mermelada de higos con crema de mango, almendras y tostaditas de pasas.
Después vienen las bautizadas como ‘Tapas Prohibidas’ que, a pesar de su nombre, son platos principales de pescados, carnes y vegetales cocinados delicadamente como el wagyu de Kobe al foie-micuit o el takaki de wagyu de Japón con yuca negra caviar de mostaza y demiglace de ternera, la lubina en medallones baja temperatura con sanfaina y salsa de cava con aceite de hierbas, los bocaditos de steak tartar de solomillo de ternera cortado y aliñado al momento sobre pan de cristal casero o las láminas de solomillo de ternera con mochis de patata y salsa Café de París.
No olvides dejar espaci para el postre, que puede ser cheesecake ‘Vida Mona’ con frambuesa en texturas, torrija caramelizada con sopita de almendra y helado de turrón, o el tan de moda (pero aquí en versión propia) tiramisú de pistacho con bizcocho de limón y praliné de pistacho.
La idea, además, es que la carta varíe periódicamente los platos para que repetir sea siempre un placer.
Cócteles de autor
Nada mejor para maridar las delicias gourmet del Vibra que acompañarlas de alguno de los cócteles (también hay vinos y espumosos, claro) que se caracterizan por madurar en barricas en el mismo local.
Según el bartender “Cada trago de la carta de Cócteles Prohibidos es una celebración de la creatividad y la rebeldía, capaz de capturar la esencia de aquellos días de clandestinidad”.
Es el caso del el Spiced Negroni, que combina bitter, gin y vermut Carlo Alberto con notas de vainilla, anís estrellado y naranja; el intrigante Old Gin Tonic, infusionado con hibiscus y pomelo; el Aged Margarita; o el Vibra Elixir, que combina mezcal con Chartreuse verde, sirope de arce y zumo de naranja para transportar a una época donde el glamour y la clandestinidad iban de la mano.