Ocho secretos de los aviones que pueden salvar tu vida
Cojines resistentes al fuego, agujeros en las ventanas, cerraduras ocultas. Los aviones tienen muchos detalles ocultos que están para garantizar la seguridad

La moderna cabina del A330. Foto Iberia
Los aviones se diseñan pensando mucho en la seguridad, desde los refuerzos de los asientos ignífugos hasta las cerraduras ocultas de los baños.
Aquí hemos enlistado ocho elementos de seguridad en los que, como es natural, no habías reparado hasta ahora. La próxima vez que puedas coger un avión intenta detectarlos.
1 – Ganchos en las alas
En caso de una emergencia que requiera que el piloto aterrice en el agua, seguro que agradeces la existencia de esos pequeños ganchos amarillos en las alas.
El número y la ubicación de estos ganchos en cada ala varían de un modelo de avión a otro, pero todos tienen la misma función: ayudar a los pasajeros a ponerse a salvo.
Son un ancla para las cuerdas que los pasajeros utilizan para estabilizarse y deslizarse a través del ala, especialmente durante un amerizaje.
En caso de una emergencia que requiera que el piloto aterrice en el agua, seguro que agradeces la existencia de estos pequeños ganchos amarillos.
En caso de una emergencia que requiera que el piloto aterrice en el agua, seguro que agradeces la existencia de esos pequeños ganchos amarillos en las alas.
Las cuerdas y los ganchos también se pueden utilizar para atar las rampas al avión para que no se muevan mucho mientras los pasajeros pasan por ellas.
2 – Tanques de oxígeno
Vamos a suponer que la cabina de tu avión se despresuriza. Ya sabes lo que hay que hacer: tiras de la máscara para extender el tubo lo máximo posible, te cubres la nariz y la boca con el recipiente amarillo, y lo primero es protegerte.
Pero espera, ¿por qué hay que tirar de la máscara hacia abajo? No es solo para que te quepa mejor. En realidad es para desencadenar una reacción química.
No hay tanques de oxígeno en los aviones, son demasiado pesados y voluminosos como para ser manejados con facilidad. Es un pequeño bote que contiene clorato de sodio, peróxido de bario y una pizca de perclorato de potasio.
Y, cuando los tres se mezclan, una reacción química extremadamente caliente deja escapar el esperado oxígeno.
3 – Un cojín resistente al fuego
El cojín de tu asiento funciona como un auténtico dispositivo de flotación pero, ¿sabías que también es resistente al fuego?
Retrocedamos una décadas. Durante una prueba de 1967 para la primera misión lunar del Apolo, tres astronautas murieron cuando el interior de la cápsula se incendió.
Una investigación demostró que la nave estaba llena de materiales altamente inflamables, incluida la espuma de los cojines de los asientos.
Se calcula que cada año se salvan entre 20 y 25 vidas gracias a que los asientos no se queman
Esto llevó a la NASA a iniciar una serie de investigaciones para encontrar una forma de cubrir los objetos inflamables con un material resistente al fuego. Así, en 1984, la Administración Federal de Aviación (FAA) emitió una nueva normativa sobre la inflamabilidad de los asientos de los aviones.
Y, de hecho, se calcula que cada año se salvan entre 20 y 25 vidas gracias a que los asientos no se queman.
4 – Triángulo negro
Encima de algunos de esos asientos ignífugos, es posible que veas un pequeño triángulo de color negro o rojo.
Esos triángulos significan lo que se conoce como ‘el asiento William Shatner’. Es una referencia a un episodio de 1963 de ‘La dimensión desconocida’, en el que el personaje de Shatner ve un gremlin en el ala del avión.
Los triángulos señalan a la tripulación qué ventanas tienen las mejores vistas de las alas en caso de que un ‘flap’ funcione mal o se esté deshaciendo.
5 – Un pequeño agujero en la ventana
Mientras ves el gremlin que está en el ala, quizás te fijes en un pequeño agujero en la ventana. Normalmente no es algo que pondríamos en una ventana, pero es necesario en este caso.
Se llama agujero de sangrado y evita que la ventanilla del avión reviente. Esto se debe a que la presión del aire en el interior del avión es mucho mayor que en el exterior, lo que haría explotar cualquier ventana normal.
Pero las ventanas de un avión están formadas por tres capas: la capa interior, la capa media y la capa exterior. El cristal exterior soporta toda la presión, la capa central actúa como seguro y la interior solo está ahí para que los pasajeros no interactúen con ninguna de las otras dos capas. El agujero también permite que la humedad escape por las hendiduras para que las ventanas ni se empañen ni se congelen.
6 – Luces reguladoras
Si la idea de que la ventana reviente en pleno vuelo te provoca estrés, intenta mantener la cortinilla subida.
Esta simple acción podría darte tranquilidad y, potencialmente, salvarte la vida. Antes de despegar y aterrizar de noche, la tripulación suele atenuar las luces de la cabina y pedir a los pasajeros que suban la cortinilla.
Los tripulantes apagan las luces al despegar y aterrizar para que los ojos se adapten rápidamente en caso de emergencia
Esto es para dar tiempo a que tus ojos se adapten a la oscuridad. En caso de evacuación, los ojos de los pasajeros ya estarán aclimatados a la oscuridad del exterior. Si las luces permanecieran encendidas, tus ojos necesitarían tiempo para adaptarse y acabarían perdiendo unos preciosos segundos para ir dando tumbos a ciegas en lugar de salir rápidamente.
7 – Cerradura oculta en el baño
Aunque unirte al ‘Mile-High Club’ puede parecerte una idea divertida, no tendrás la privacidad que cabría esperar. De hecho, un miembro de la tripulación podría abrir la puerta del baño en cualquier momento sin importar que esté cerrada o no.
En el exterior de la mayoría de las puertas de los servicios hay una pequeña placa que pone ‘LAVATORY’.
Debajo de esta pequeña placa hay un pestillo que desbloquea la puerta desde fuera. Esto permite a la tripulación acceder en caso de emergencia.
8 – Cenicero
Mientras estás en el baño, puede que te fijes en un cenicero en particular. “Pero, espera”, pensarás, “¡Creía que era ilegal fumar en un avión!”. Y tienes toda la razón.
Fumar en un avión está prohibido en las aerolíneas estadounidenses desde finales de los años 80 y hacerlo puede suponer una multa de hasta 25.000 dólares (unos 20.671 euros).
Incluso con la amenaza de una multa, la Administración Federal de Aviación no se arriesga. Considera que los ceniceros de los baños son un requisito legal para cumplir con el equipamiento mínimo de un avión. Los cubos de basura de una aeronave están llenos, en su mayoría, de materiales inflamables como servilletas.
Así que tirar una colilla dentro de uno no sería una buena idea. Al fin y al cabo, hay muchas cosas en un avión que no están cubiertas de material ignífugo.
Noticia original de Business Insider. Autoras: Abby Tang y Michelle Yan