Patios islámicos, arte en la habitación y vistazas a la catedral: abre sus puertas Áurea Toledo

A pocos pasos de la catedral, este nuevo hotel boutique se levanta sobre siete antiguas casas patio combinando pinturas de un antiguo palacio califal, frescos medievales y techos labrados con modernas instalaciones y spa

Áurea Toledo

Frescos en las habitaciones del Áurea Toledo.

La conductora de la van negra se mueve segura entre las estrechísimas callejuelas del casco histórico de Toledo. El coche, no tanto. En cada cruce los pitidos avisan de los escasos centímetros que le separan de las esquinas en la que muchos vehículos han dejado ya restos de pintura. “Esto para Toledo es una avenida”, sonríe. En una cuesta los peatones deben refugiarse en los escalones de entrada a las casas: la acera es inexistente y el coche ocupa todo el espacio. El último tramo tras la atenta mirada de la catedral lo hacemos a pie. Y llegamos al Pozo Amargo.

Como en tantas ciudades españolas donde han convivido judíos, cristianos y musulmanes -y en esto Toledo es alumna aventajada, nada menos que la Ciudad de las Tres Culturas-, una leyenda rodea este lugar y explica la insalubridad del agua, que se habría vuelto amarga de tantas lágrimas como había derramado sobre él una joven judía tras descubrirse sus amores clandestinos con un caballero cristiano.

Ya no está la casa con un frondoso jardín en la que, según la leyenda, vivía la joven, que acabó arrojándose al mismo pozo en el que su padre había matado a su amado. Pero sí existen en esta zona muchas antiguas casas patio con siglos de antigüedad y repletas de historias que contar.

Áurea Toledo
Áurea Toledo. Foto: Eurostars Hotel Company.

Recuperadas del olvido y el abandono, tras 15 años de proyecto y 6 de obras, siete de ellas han vuelto a la vida para alojar Áurea Toledo, el nuevo hotel boutique que abre sus puertas en la ciudad.

Un laberinto de historia y arte

En el conocido como “barrio de los canónigos” que por su proximidad a la catedral alojó a los eclesiásticos entre los siglos XII y XVII, Eurostars Hotel Company (Grupo Hotusa) adquirió hace más de 15 años un conjunto de casas muy deterioradas, algunas de las cuales conservaban poco más que la fachada.

Un ejército de arqueólogos y restauradores primero y arquitectos e interioristas después lo han transformado en un exquisito hotel de 66 habitaciones que, como el casco histórico de la ciudad, se despliegan en un laberinto de pasillos y patios y que guarda tras cada puerta una enorme sorpresa, ya sea en forma de aljibe, de pintura mural, de yeserías talladas, de tablas policromadas o de techos labrados.

Lobby Áurea Toledo
Lobby Áurea Toledo. Foto: Mar Nuevo.

“Ha sido una tarea ingente de estudio y recuperación de este inmenso legado histórico-cultural”, nos explica la restauradora e historiadora Patricia de los Reyes, una de las responsables de la vuelta a la vida del patrimonio original apenas unas horas antes de abrir el establecimiento sus puertas al público.

Operará bajo la marca Áurea Hoteles, reservada por la cadena para sus hoteles boutique, aquellos que ocupan lugares emblemáticos cargados de historia y valor arquitectónico y patrimonial y entre los que se cuentan, entre otros, el Palacio de Correos de Logroño, el Convento Capuchinos en Segovia o la Casa Palacio Sagasta en Cádiz.

Tras una fachada sencilla en el número 7 de la Bajada de Pozo Amargo, nada te prepara para lo que vas a encontrar tras franquear las puertas de Áurea Toledo.

Por aquí se accedía a una casa señorial de cuatro alturas, la mejor documentada del conjunto, explica Patricia, ya que se encontró un inventario de 1457 que detalla cómo era la vivienda, propiedad entonces del canónigo Tello de Guzmán.

Áurea Toledo
Restaurante Áurea Toledo. Foto: Mar Nuevo.

Las labores de restauración han permitido incorporar en el elegante lobby elementos como bóvedas de cañón, un aljibe árabe (el único visitable de la ciudad de la época musulmana) o las pesebreras destinadas a los animales que ocupaban habitualmente las plantas bajas de las casas.

Arte en tu propia habitación

La directora de Áurea Toledo, Patricia de la Plaza, nos guía hasta el pequeño y agradable spa, donde pueden verse suelos originales de ladrillo con patrón típicamente islámico y, una planta más arriba, al restaurante, decorado con tres enormes vigas de madera labrada del siglo XI y un mural de cerámica de Talavera que representa motivos de las tres culturas que han convivido en la ciudad.

A partir de aquí, las habitaciones se articulan en torno a cuatro patios interiores que las riegan de luz y que, como las callejuelas de Toledo, se giran y se retuercen para comunicar estancias de siete edificios diferentes, tan cargadas de historia y con una personalidad tan marcada que han hecho falta 14 categorías para clasificar un total de 66 habitaciones.

Patio interior Áurea Toledo
Uno de los patios interiores del Áurea Toledo. Foto: Mar Nuevo.

Entre las más especiales, la ‘habitación de las pinturas negras’, con sus paredes que, tras decenas de capas de cal y yeso, como explica la restauradora, revelaron extraordinarias pinturas: las más antiguas, escenas de la Pasión de Cristo (la oración en el huerto) del siglo XIV, y de la vida de María Magdalena.

Se cree que son posteriores las escenas de jardines renacentistas, caligrafía gótica y escenas de amor cortesano que también se han recuperado y que permiten dormir, literalmente, en un museo.

Por lo demás, y como el resto de las suites, está equipada en un estilo elegante y sofisticado y no renuncia a la última tecnología con iluminación domótica, sonido vía Bluetooth o Chromecast para ver en la televisión tus series y películas favoritas, pero tampoco a una esterilla de yoga, amenitie que se ofrece en todas las habitaciones.

Habitación Áurea Toledo
Habitación de las pinturas negras. Foto: Mar Nuevo.

Vistazas a Toledo

Un patio con la estructura de madera teñida del verde que antiguamente era habitual de este tipo de estancias en Toledo, con zapatas y ménsulas (voladizos) originales, da acceso a otras habitaciones. En todas hay algún elemento artístico, ya sea una yesería islámica o parte del alfarje (artesonado) de madera policromada o tallada original.

Sin saberlo pasamos a las casas del que fuera arcediano de Talavera o el arcediano de Toledo para encontrarnos ante otro de los tesoros del hotel: la Sala de los Escudos, un amplio salón islámico perteneciente a un antiguo palacio califal modificado en época medieval en el que se han recuperado arcos con policromía original musulmana, un fresco que representa a San Pablo y una colección de 62 escudos nobiliarios franceses. “Aún estamos estudiando por qué se representaron aquí”, reconoce la restauradora. Uno de tantos misterios que el lugar sigue ocultando.

Y aunque no tan impactante desde el punto de vista patrimonial o artístico, le auguramos idéntico éxito a la junior suite, una de las pocas con terraza y una pared cubierta de ventanales que además ofrece increíbles vistas al Alcázar y a la Catedral, que casi parece poder rozarse con la punta de los dedos.

Vistas al Alcázar
Suite con vistas al Alcázar. Foto: Mar Nuevo.

Km 0 de Toledo

Su ubicación, a pocos pasos de algunos de los monumentos y lugares más emblemáticos como el Alcázar o la Sinagoga del Tránsito, convierten al Áurea Toledo en el hotel perfecto para descubrir la ciudad, catalogada como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

De hecho, en el propio establecimiento, que por el momento solo ofrece opción de alojamiento y desayuno, se pueden contratar visitas guiadas y todo tipo de experiencias, tanto turísticas como gastronómicas.

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