La Pedrera abre la puerta a sus rincones ocultos
La reapertura de visitas a La Pedrera suma secciones del edificio diseñado por Gaudí que estaban fuera del circuito turístico

Fachada posterior de La Pedrera, antes vedada al circuito turístico. Foto: Fundación Catalunya La Pedrera
La Pedrera, una de las obras maestras de Antoni Gaudí, reabrió sus puertas con novedades para sus visitantes. Desde este verano es posible conocer espacios que antes estaban fuera del recorrido, y también se pueden aprender las técnicas decorativas del genial arquitecto.
Las visitas diurnas se extienden a la planta subterránea del edificio, que acoge la Sala Gaudí (donde se encuentra la solución de ingeniería que soporta el Patio de las Flores).
También se podrá conocer la fachada posterior, antes oculta a las vistas, y transitar por un pasillo que ofrece una vista inédita del Patio de las Mariposas.
Gaudí se anticipaba al futuro
En 1906, cuando la existencia de los coches estaba más cerca de la ciencia ficción, Gaudí proyectó en el sótano una zona de servicios que tenga espacio suficiente para acoger un garaje, así como trasteros y la sala de máquinas de la calefacción.
Cuando la existencia de vehículos privados era anecdótica, Gaudí diseñó un sótano de grandes dimensiones para acoger a una cochera
Las antiguas cocheras forman hoy en día el Auditorio (inaugurado en 1994) y la Sala Gaudí, dos espacios a los que se accede por la rampa, proyectada para el acceso de los vehículos, con un desnivel de 4,70 metros.
En esa sala es posible conocer las acciones sociales que realiza la Fundación Catalunya La Pedrera, propietaria del edificio.
La fachada oculta
Hace dos años se restauró la fachada posterior de la Casa Milà, el verdadero nombre de La Pedrera. Al contrario que la cara que da a las calles Paseo de Gràcia y Provença, que es de piedra en color crema, este sector se presenta en un enlucido de cal y cemento que le otorga una coloración marrón de tono rojizo.
El estilo ondulado del frente, que imita a las olas del mar, se mantiene en esta fachada, que solo es visible desde el interior de manzana, así como desde un pequeño espacio al que se accede desde la planta baja.
Vistas inéditas
Toda La Pedrera es un canto a la naturaleza, con balcones que parecen algas y paredes pintadas de enredaderas que trepan en armonía.
La fachada posterior, de color rojizo, estaba fuera del circuito de visitas. Pero ahora es posible conocerla
El Patio de las Mariposas, uno de los dos patios de luces, sigue esta línea, y en la reapertura es posible observarla desde un nuevo ángulo cuando se visita un pasillo en la primera planta que antes estaba fuera del circuito.
Aprender a decorar con el trencadís
Una de las innovaciones decorativas de Gaudí es la técnica del trencadís, que consiste en la ruptura de piezas de cerámica, platos y mosaicos y reconstruirlos con patrones geométricos o de naturaleza.
Por las mañanas se imparte un taller donde con martillo, espátula y argamasa es posible imitar el arte que los discípulos de Gaudí realizaron en La Pedrera, la Casa Batlló y en el Park Güell, entre otros sitios. Y luego, llevarse la creación a la casa.
Una copa en la terraza
La terraza, con sus chimeneas de cruces torsionadas y cúpulas que parecen guerreros, es uno de los espacios más destacados de La Pedrera.
Como en la cercana Casa Batlló, ahora es posible tomar una copa de cava a partir de las 19:00 horas, como punto final a la visita a uno de los monumentos emblemáticos de Barcelona.