Emilio Cuatrecasas: «El encaje de Catalunya sería una muestra de inteligencia»

Este abogado conoce el lobby como nadie, y fue quien configuró técnicamente la base competencial de muchas iniciativas de la CiU de toda la vida en el Congreso

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Si es verdad que la coherencia nos hace sabios, ahí va una buena dosis: «La unidad política española es un activo que debe preservarse, no solo porque lo diga la Constitución, sino porque responde a una realidad histórica, económica, social y cultural».

Emilio Cuatrecasas habla sin bajar de su vagón: «Con la misma convicción, no tengo dudas respecto a la consideración de Cataluña como nación unida a España, considerando que el reconocimiento de la singularidad de Cataluña dentro de España no ha alcanzado el grado de profundidad e intensidad deseable que reclama una amplia mayoría de la sociedad catalana».

En un edificio cristalino, que hace mucho levantó el Bancotrans germánico de Demetrio Carceller, está instalado el bufete Cuatrecasas, el más potente de España con permiso del gran Antonio Garrigues Walker y de su padre Díaz Cañabate, en gloria esté.

Nuevo cuadro competencial

La casa lawyer de Diagonal, situada frente al obelisco de la Victoria, tiene recovecos, con una gran patio de luces enramado de ficus interiores. Su hacedor, Emilio Cuatrecasas desempeña la presidencia de honor desde que dejó a Rafael Fontana la misión ejecutiva de 1.500 profesionales, de los cuales 950 son abogados y 200 son socios, con un total de 25 oficinas repartidas en 11 países.

¿Catalanes y españoles podemos seguir malqueriéndonos? «La forma de solucionar este desencuentro consiste en utilizar la gran herramienta histórica que alumbró la Constitución de 1978: el diálogo. Un diálogo abierto y sincero entre España y Cataluña que tenga el objetivo de reformular un nuevo cuadro competencial, y deje en manos del pueblo catalán materias como la lengua y la cultura, la financiación con sus límites de solidaridad, las infraestructuras y la gestión de todos los servicios públicos. Todo ello sin perjuicio de los servicios mínimos que deberían esblecerse para el conjunto de los españoles».

El imperio de la Ley es la base matemática de la retórica legislativa del Congreso y del Parlament. A menudo existe un último atajo, como lo está demostrando la Brigada Aranzadi, de los letrados del Estado (con la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en el sanedrín), cuya denominación enaltece curiosamente la figura del navarro Manuel Aranzadi Irujo, el de la enciclopedia de jurisprudencia, que fue miembro del Napar Buru Batzar y defensor de las diputaciones forales.

Guerra entre periferia y centro

Siempre ha habido guerra entre la periferia y el centro. Pero esta vez, la gota desborda el vaso. ¿Cómo acabará? «El acomodo de Cataluña en España debe considerarse como una muestra de madurez e inteligencia política, y también como un ejercicio de verdadera democracia. Sería un paso de gigante, una lección para el mundo de la que todos los españoles nos sentiríamos orgullosos».

A su oficio de abogado, Cuatrecasas une el de emprendedor. Ahí está su logro: la Corporación Empresarial Emesa promotora de proyectos con vocación de permanencia a largo plazo. Emesa impulsó Áreas harta convertirla en una multinacional.

Tras la reciente integración en Elior, la corporación de Emilio Cuatrecasas pasa a ser el tercer accionista de referencia de una de las tres mayores compañías del mundo en el sector de la restauración concesional y contractual (catering ). Elior emplea a más de 100.000 personas en todo el mundo y tiene a Pedro Fontana en la presidencia ejecutiva mundial de la divisón de concesiones.

Acuerdos duraderos

Emilio tiene dos grandes patas y en cada una de ellas se arremolina un Fontana (Pedro en la empresarial y Rafael en la abogacía), dos hermanos con fuste que, en los tiempos que corren, tienen mucho que decir y poco que callar.

Las empresas, como las familias, habitan en la mirada y cohabitan en la palabra. Todos tenemos parientes y amigos más abajo del Ebro. ¿Estamos obligados a entendernos? «Es imprescindible que esta iniciativa de diálogo y entendimiento se fundamente en la voluntad de alcanzar acuerdos duraderos, que ahuyenten reproches y amenazas y refuercen los lazos de lealtad, respeto».

Cuatrecasas ha sido consejero independiente de diversas empresas públicas y privadas (Sol-Meliá, Recoletos, Dinamia, Chamartín, Teide, Chupa-Chups, Banesto, Ferrocarrils Catalans de la Generalitat o Accenture) y ha asesorado a diversas sociedades.

Coherente en su propia piel

Ha impartido numerosas conferencias sobre temas jurídicos y empresariales en universidades, escuelas de negocio y foros de opinión. Conoce el lobby como nadie. Él configuró técnicamente la base competencial de muchas iniciativas de Minoría Catalana en el Congreso durante los años fecundos de la gobernabilidad, una afición noble que los indepes descalifican hoy con el estigma del peix al cove, el sufrido aforismo de Pujol.

Para Cuatrecasas, la política es la Gaya Ciencia de la convivencia. Calla bastante y proclama un mundo «sin restricciones». En la anti-filosofía de Diógenes, el coherente vive dentro de su propia piel y no tiene intención de abandonarla. Pues eso.

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