El problema de Rajoy: sube impuestos, pero recauda menos que Polonia

Los ingresos fiscales en relación al PIB suponen el 37,8%, lastrados por una estructura impositiva ineficaz

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España tiene un problema, que debe asumir el presidente Mariano Rajoy. Con una subida de impuestos que ahoga a las clases medias, los ingresos del Estado en relación al PIB siguen siendo muy inferiores a la media europea.

Es cierto que el Gobierno del PP ha tratado de modificar esa situación. Y si en 2011 ese porcentaje era del 36%, ahora es del 37,8%. Pero la media de la Unión Europa se sitúa en el 45,2%. Por encima de España está Polonia, con el 38,6%, y Reino Unido, con el 38,72%, y a una distancia enorme de Dinamarca, el primero en la lista, cuyos ingresos fiscales suponen el 58,5% de su PIB, según los datos de la oficina de estadística europea, Eurostat.

Y sin ingresos poco se puede pensar en servicios, mejoras del Estado de bienestar o en paliar los efectos de la crisis económica, a no ser, claro, que se opte por un recorte en el gasto descomunal.

Un amplio informe del Banco de España, firmado por Pablo Hernández de Cos y David López Rodríguez, expone las carencias de un sistema cuya solución no pasa, según los expertos consultados, simplemente por una subida de los impuestos para las rentas más altas. Esa cuestión es motivo del debate político en España con la irrupción de los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos.

La culpa, de la imposición indirecta

¿Por qué España recauda menos en relación con los países de su entorno, cuando tiene un sistema impositivo similar? El informe del Banco de España señala diversos factores. No hay una solución mágica.

La menor recaudación «se debe esencialmente a la imposición indirecta. De hecho, España presenta el menor peso en imposición sobre el consumo de todos los países de la UE27 y sus tipos implícitos son significativamente más bajos». Y, ahondando más, precisa: «Esto es el resultado, principalmente, de una menor recaudación por IVA, como consecuencia, en parte, de que el tipo general, a pesar de situarse en la media de la UE27, afecta a un porcentaje más reducido del gasto en consumo que en la mayor parte de los países miembros».

También se destaca la menor recaudación en impuestos especiales, sobre todo en hidrocarburos, transporte y alcohol, «bienes en los que los tipos implícitos son relativamente reducidos». No se olvida el informe de mencionar que los impuestos medioambientales también están muy por debajo de la media europea.

¿Competir con impuestos más bajos?

Podemos sostiene que el gran problema son las rentas más altas, que no pagan. Son «los ricos» los que no permiten a España seguir la estela de los países de su entorno. Valentí Pich, presidente del Consejo General de los Colegios de Economistas, rechaza esa idea. «El problema es una menor recaudación por IVA, la economía sumergida, el impuesto de sociedades, que se ha hundido con la crisis, y que no debería estar tan ligado a la actividad económica».

Sin embargo, Pich no ve tanto un problema a esa menor capacidad de ingresos fiscales. «España debe entender que necesita competir en su entorno europeo, y aunque sea complicado decirlo, quizá debería optar por menores servicios sociales y disponer de impuestos más bajos, en sociedades, por ejemplo, para poder competir».

Con los datos que manejan Pablo Hernández y David López, una de las conclusiones pararía los pies a la defensa de impuestos más altos para los ricos. «El peso sobre el PIB en la recaudación derivada de la imposición sobre el capital es más elevada que en la media de la UE27, debido a una imposición sobre la riqueza superior, mientras que la relativa a las rentas de las empresas y del capital son similares. En general, los tipos implícitos sobre el capital son ligeramente más elevados que los existentes entre sus socios comunitarios».

Fraude en sociedades

El inspector de Hacienda Francisco de la Torre, autor de Hacienda somos todos (Deusto), defiende que todo es producto de «un mal diseño» del sistema impositivo, y de que, al final, «lo que se debe hacer es cumplir las leyes, cosa que no está tan clara». Se refiere al fraude fiscal, y ofrece un dato, que recuerda de forma constante.

El primer año oficial de la crisis fue 2008. Y correspondía pagar los impuestos de 2007. Pero resultó que 2007 fue un año récord respecto a los beneficios de las empresas. Todavía España funcionaba a todo tren. ¿Y qué ocurrió? «Que se esfumaron 18.000 millones, porque la recaudación por sociedades cayó un 39%».

Es decir, no se trataba de un dato que obedeciera a un descenso de la actividad económica, sino a tretas para dejar de pagar impuestos.

¿Qué modelo quiere España?

De la Torre coincide en que son varios los factores que explican esa menor recaudación. «Uno de los objetivos, claro, debería ser ampliar las bases imponibles», y es que de rozar los 20 millones de cotizantes antes de la crisis, se ha pasado ahora a superar escasamente los 17 millones.

Lejos quedan países como Alemania, con una relación sobre el PIB del 44,6%; o Francia, con el 55,5%. Se puede pensar, desde una óptica más liberal, que esos porcentajes son excesivos. En Irlanda, con un impuesto de sociedades muy inferior, es del 34,9%, no muy lejos de España.

El caso es que los partidos políticos deberán decidir y ofrecer a los ciudadanos cuál es su país modelo. ¿Dinamarca, Irlanda, Francia?

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